Asia

La Habana

EE UU se embarca en una nueva «guerra fría» con Rusia y China

Wikileaks asegura que Edward Snowden está «sano y salvo», probablemente camino de Ecuador

El ex agente de la CIA protagonizó ayer un pecular juego del escondite y no subió al avión que iba a La Habana
El ex agente de la CIA protagonizó ayer un pecular juego del escondite y no subió al avión que iba a La Habanalarazon

Estados Unidos elevó ayer el tono para acusar a China y Rusia de poner en peligro las actuales relaciones bilaterales por su actitud en el «caso Snowden».

Estados Unidos elevó ayer el tono para acusar a China y Rusia de poner en peligro las actuales relaciones bilaterales por su actitud en el «caso Snowden». El presidente Barack Obama se limitó estrictamente a recordar que su Gobierno «sigue los canales apropiados y coopera con otros países para asegurarse que la ley se cumple» pero tanto el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, como el jefe de la diplomacia norteamericana, John Kerry, transmitieron claramente el mensaje de que la salida de Hong Kong de Edward Snowden no pudo hacerse sin la connivencia de Pekín y sin que Moscú estuviera al tanto de los planes del ex agente de la CIA a quien Estados Unidos acusa de espionaje. Además, exigieron a Moscú a expulsarle de su territorio. «Hay un tratado de extradición con Hong Kong. Si el procedimiento se hizo con suficiente antelación, sería muy decepcionante que se le hubiese dejado embarcar en el avión», indicó el secretario de Estado dando a entender que podría haber represalias.

Mientras, el paradero del «topo» que reveló el programa de vigilancia de EE UU era ayer un auténtico misterio. Aunque todo indicaba que viajaría ayer a La Habana desde la capital rusa, la agencia Interfax confirmaba que Snowden no había subido al avión.

De manera simultánea el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunciaba en su cuenta de Twitter que decidirá «con absoluta soberanía» la petición de asilo del joven informático que, según el fundador de Wikileaks, Julian Assange, estaba «sano y salvo». Ayer, el más que probable destino del escurridizo «topo» era Ecuador, siempre según Wikileaks, aunque la organización liderada por Assange baraja igualmente otros países, entre los que se nombran Islandia, Cuba y Venezuela.

El ministro ecuatoriano de Asuntos Exteriores, Ricardo Patiño, declaró ayer en una videoconferencia desde Hanoi que para tomar una decisión sobre la petición de Snowden, Ecuador se basará en su Constitución, que defiende la protección de la fuente y los derechos de asilo, así como la libertad de opinión y expresión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Patiño también criticó a Estados Unidos por interceptar la «mayoría de las comunicaciones del mundo» y perseguir a Snowden por revelarlo. El ministro aprovechó su comparecencia, para leer la carta de petición de asilo enviada por el ex analista de la CIA al presidente ecuatoriano, a quien expresa su temor a ser «juzgado y ejecutado» si es procesado en Estados Unidos por espionaje. Por otro lado, muchos analistas se preguntan por qué China dejó escapar a Snowden y mirar hacia otro lado ante la petición de extradición cursada por Washington.

La prensa oficial sostiene que así se evitaría dañar la relación con EE UU.

Snowden decidió hacer públicas las acusaciones de espionaje y relatar la existencia de objetivos concretos como empresas de telecomunicaciones en Hong Kong y la Universidad de Tsinghua en Pekín, tan solo días después de la reunión entre los presidentes Xi Jinping y Barack Obama. Para Shen Dingli, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Fudan en Shanghai «en un tema tan vital para la seguridad nacional, Hong Kong no iba a decidir por si sola».

«Si queremos tener buenas relaciones beneficia a China que Snowden se haya ido», argumenta. El Gobierno de Hong Kong insistió en que su decisión estaba basada en seguir estrictamente la ley. Queda ahora pendiente la siguiente cuestión: ¿Sería puesto en libertad condicional en caso de ser detenido a petición de Estados Unidos?.

Pizza, pollo frito, salchichas y una lata de pepsi

La velada de Edward Snowden, el pasado martes en Hong Kong, justo antes de embarcar en un avión de Aeroflot con destino a Moscú, empezó con una pizza, un poco de pollo frito y salchichas. Para beber, una Pepsi. Todo después de poner los teléfonos móviles en la nevera para bloquear cualquier intento de seguimiento, según recuerda su abogado, Albert Ho, a la Prensa estadounidense. Quizás fue una manera peculiar de despedirse de Estados Unidos. Dos horas estuvieron hablando Ho y Snowden, visiblemente afectado al saber que podría pasar años en prisión sin tocar un ordenador si se prolonga el litigio sobre su asilo político o la batalla en relación a su posible extradición a Washington. «Es un niño. Le gusta la Pepsi. La prefiere antes que el vino. Por eso digo que todavía es un niño», recuerda Ho tras admitir que Hong Kong tampoco le ofreció una salida sin incidentes a su cliente.