Política

Represión en Venezuela

Así silenció el chavismo a los líderes opositores

Durante años, las voces más críticas han sido arrestadas y perseguidas hasta que se exiliaron

Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional / Efe
Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional / Efelarazon

Durante años, las voces más críticas han sido arrestadas y perseguidas hasta que se exiliaron.

La ministra de Asuntos Penitenciarios de Venezuela, Iris Varela, tiene preparada una celda en prisión para Juan Guaidó, el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición desde que ésta ganara con mayoría absoluta en las elecciones legislativas de 2015: «Te acomodé la celda con su respectivo uniforme. Espero a que nombres a tu gabinete para saber quiénes son los que te van a acompañar». Dos días después de esta advertencia en Twitter, Guaidó fue detenido en extrañas circunstancias durante más de media hora, en lo que la oposición ha calificado como una detención arbitraria.

El Gobierno de Maduro ha sido constante en el acoso a los líderes opositores. Tras un juicio amañado, Leopoldo López fue sentenciado a 13 años de prisión, si bien actualmente cumple condena en su casa. Antonio Ledezma se fugó de Caracas cuando estaba en arresto domiciliario. Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial, resultó inhabilitado, igual que María Corina Machado. Todos ellos son figuras prominentes del antichavismo. Otros muchos de sus compañeros se vieron obligados a huir del país tras ser amenazados y acusados por el régimen como Carlos Vecchio o Julio Borges, que fue presidente de la Asamblea Nacional.

Juan Requesens, diputado del partido Primero Justicia, fue encarcelado tras el supuesto magnicidio contra Maduro en agosto pasado a pesar de la falta de pruebas en su contra. Pese a que goza de inmunidad parlamentaria, el Gobierno decidió seguir adelante con su arresto. La Asamblea Constituyente instaurada por el Gobierno ha amenazado en varias ocasiones con retirar el fuero a los parlamentarios. Tras haber descabezado a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la plataforma que logró unir a más de quince partidos contra Maduro, las protestas políticas en las calles fueron perdiendo impulso.

La persecución oficialista también se ha producido en alcaldías, gobernaturas y en universidades, donde el movimiento estudiantil llegó a tener una fuerza considerable en las movilizaciones contra el Gobierno de 2014. La asociación civil venezolana Foro Penal ha contabilizado desde ese año la detención de 12.800 personas, de las que 7.500 han sido excarceladas, si bien fueron sometidas a medidas restrictivas a la libertad. Según la misma fuente, ha habido 1.330 presos políticos desde ese año. Foro Penal ha registrado más de 350 casos de trato cruel a los detenidos.

Alfredo Romero, director ejecutivo de Foro Penal, explica que además del acoso contra las grandes voces opositoras, las autoridades persiguen a grupos o colectivos como los estudiantes, militares o activistas de derechos humanos. «Se les detiene para generar miedo en el resto del grupo del que forman parte, para intimidar», asegura. Aunque no hay cifras oficiales, se habla de entre 150 y 300 militares supuestamente contrarios al régimen de Maduro.

Existe un tercer grupo de represaliados, según Romero, «que estaría conformado por presos políticos que el Gobierno utiliza para hacerse la víctima». En este grupo cabría hablar del empresario Manuel Morales, dueño de los supermercados Día a Día, que fue detenido con el argumento de que era uno de los responsables de «la guerra económica» que el Gobierno utiliza para justificar la maltrecha economía nacional.