Londres

El bando del Brexit se agrieta por el «tinte xenófobo» de la campaña

La «tory» Sayeeda Warsi abandona dos días antes de la consulta a los euroescépticos por «copiar el discurso antiinmigración del UKIP»

Cameron y Harriet Harman (diputada del Partido Laborista), durante una visita a la planta de BMW Mini en Oxford
Cameron y Harriet Harman (diputada del Partido Laborista), durante una visita a la planta de BMW Mini en Oxfordlarazon

La «tory» Sayeeda Warsi abandona dos días antes de la consulta a los euroescépticos por «copiar el discurso antiinmigración del UKIP»

Los defensores del Brexit sufrieron ayer un gran varapalo después de que la baronesa conservadora Sayeeda Warsi abandonase la campaña por considerar que está basada en «mentiras» y «xenofobia». «¿Seremos capaces de contar mentiras para extender el odio y la xenofobia sólo para ganar unas elecciones? Para mí, supone ir un paso demasiado lejos. No quiero que la campaña a favor de la salida mande en este país ni que sus mensajes sean la base del Reino Unido en el que quiero vivir y criar a mis hijos», declaró al rotativo «The Times». Según la baronesa, la gota que colmó el vaso fue el cartel mostrado la semana pasada por el líder del UKIP, Nigel Farage, con una imagen de refugiados a los que utilizó para alertar sobre la inmigración, asunto protagonista en el debate.

Warsi, que dejó en 2014 el Ministerio de Exteriores por la posición que Londres tomó respecto al conflicto de la f­ranja de Gaza, hará campaña ahora por la permanencia, lo cual supone una bomba de oxígeno a Cameron. Además, su deserción se suma a la de la diputada conservadora Sarah Wollaston, que justificó su cambio por la «mentira económica», en alusión a los 350 millones de libras (447 millones de euros) que, según los euroescépticos, Reino Unido paga a la UE cada semana. La cifra inunda todo el lateral del autobús con el que Boris Johnson viaja por el país.

Desde que se convirtió en diputada por Totnes en 2010, Wollaston, responsable del Comité de Sanidad de la Cámara de los Comunes, ha sido una de las voces más críticas con el «premier» Cameron, llegando incluso a calificar sus negociaciones en Bruselas de «acuerdo andrajoso». Era evidente, por tanto, que su cambio de vando no era por hacer un favor al líder de la formación. «He estado imaginando cómo me sentiría al despertar con un resultado de Brexit el día 24. No habría euforia o sentimiento de libertad, sino una profunda sensación de que algo se había perdido y también de culpa al saber que mi voto había contribuido a toda la confusión que vendría por delante», manifestó a principios de mes en un artículo en «The Times», donde recalcaba que tanto los «tories» Boris Johnson como Michael Gove –cabecillas de la campaña euroescéptica– eran «cada vez más indistinguibles del UKIP».

Las últimas encuestas dan una ventaja de tres puntos a los eurófilos. En las casas de apuestas, la permanencia cuenta ahora con un 74,6%. Con los nuevos datos, la libra esterlina registró ayer su mayor subida desde 2008. La moneda británica, que en las últimas semanas había sido una de las mejores referencias para conocer el sentimiento de mercado, se apreció un 2,2% frente al dólar y un 1,9% frente al euro.

«Sin vosotros, Europa será más débil»

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió ayer a los británicos el voto a favor de la permanencia en el club comunitario. «Os necesitamos. Sin vosotros, no sólo Europa sino toda la comunidad occidental y transatlántica será más débil», aseguró el líder europeo de visita en Portugal. Un mensaje que contrasta con el silencio que ha invadido a Bruselas en las últimas semanas. La consigna de los líderes europeos ha sido la de no hacer ruido, temerosos de que cualquier mensaje por parte de la Comisión Europea fuera ridiculizado por parte de los partidarios de la salida o interpretado al otro lado del Canal de La Mancha como una injerencia por parte de la capital comunitaria en un asunto de índole estrictamente interna. «Juntos seremos capaces de lidiar mejor con los cada vez más difíciles retos del futuro. Estoy absolutamente seguro. Separados, será más difícil», aseguró tras entrevistarse en Lisboa con el primer ministro, Antonio Costa. Sobre el día después, el presidente del Consejo hizo un llamamiento a la calma. «Somos conscientes de los riesgos, también de los que se derivarían de un posible Brexit. De ninguna manera minimizamos los costes que acompañarían un potencial Brexit».