Política

Estados Unidos

El espionaje industrial, el campo de batalla de la nueva Guerra Fría

La Razón
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Fue en mayo de 2014 cuando cinco funcionarios del Gobierno de China fueron acusados de lanzar ciberataques contra numerosas compañías de Estados Unidos. Los piratas habían puesto en su punto de mira grandes negocios del país y les habían conseguido robar sus secretos. Desde China, se negaron tales acusaciones, pero el director del FBI, James Comey, tuvo que reconocer después que «hackers» de China habían intentado atacar prácticamente todas y cada una de las grandes compañías estadounidenses. En su punto de mira siempre están las grandes como Apple, Microsoft, Yahoo o Google. Los «hackers» saturan sus páginas web con tráfico, lo cual impide a visitantes regulares acceder a su espacio en internet. Pueden hacer también que dejen de funcionar los servidores, y de esta forma provocar que la página web se bloquee al completo. Es sólo una de las formas en las que tienen lugar las agresiones contra los intereses económicos de Estados Unidos. Desde Washington, se ha acusado de manera continua a Pekín. Desde allí se atacan a agencias y compañías en Estados Unidos, entre las que destacan además de las citadas empresas de seguros y sanitarias.

Así es como se libran las guerras del siglo XXI. De las mismas también forma parte Estados Unidos, que utiliza sus agencias de espionaje. Lo hace tal y cómo desveló la filtración de WikiLeaks de las prácticas secretas de la Agencia Nacional de Seguridad. Espían a los aliados en la mayoría de los casos para aprovecharse en la negociación de tratados comerciales entre potencias. En el caso de China, para que los ejecutivos de sus empresas puedan acudir con cierta ventaja a las reuniones antes de cerrar sus negocios con sus homólogos extranjeros. Según una alerta del FBI enviada a las compañías de EE UU a principios de este mes, sus investigadores determinaron que desde mediados de mayo se había manipulado el trabajo en internet «para crear ciberataques dirigidos a páginas web con base en Estados Unidos». En el mismo texto de la mencionada alerta, se indicó que dicho tráfico en internet había sido originado por piratas informáticos relacionados con el Gobierno de Pekín que, a su vez, utilizaron dos compañías de telecomunicaciones del gigante asiático para llevar a cabo los ataques sobre páginas web estadounidenses.

Uno de los casos más polémicos y recientes provino desde Corea del Norte. La compañía Sony iba a estrenar una película («The Interview») en la que se asesinaba al dictador norcoreano, Kim Jong-un. Tras meses de ataques y chantajes a los empresarios de Sony, asustados ante la cantidad de información confidencial que poseían, los «hackers» contratados por el régimen de Pyongyang se iban a salir con la suya, pues incluso llegó a frenarse la distribución del film. Ahora Hollywood prepara su propio documental sobre los ciberataques a «The Interview».

El dinero de los ciberataques

Entre 2015 y 2019 se estima que las grandes empresas estadounidenses perderán 1.900 millones de euros por los ciberataques. Mientras, las agencias federales se gastarán en 2015 alrededor de 14.000 millones de euros en seguridad informática.