Riad
El «misiar», un matrimonio a la carta que divide a los saudíes
El "misiar"es un matrimonio informal considerado por algunos saudíes como una alternativa a las obligaciones del casamiento tradicional, y por otros como un modo de encubrir relaciones "ilegítimas"y casos de prostitución.
Legítimo según los preceptos del islam, en este tipo de contrato matrimonial de carácter habitualmente temporal la mujer queda desprotegida, al renunciar a sus derechos de que el esposo le provea un hogar o costee sus gastos, incluso de los hijos.
Las casamenteras o "jatabas", son las protagonistas en el arreglo del "misiar". Una de ellas, Um Ahmed, reconoce que este tipo de matrimonios no dura mucho ya que depende de "las circunstancias", pero defiende que es la forma adecuada para aquellos que no pueden cumplir con los compromisos del casamiento y necesitan más libertad.
¿Es una forma de avalar relaciones esporádicas en un país ultraconservador en el que rige una estricta interpretación de la ley islámica y se impone la segregación de sexos en espacios públicos?
Este matrimonio informal, que se ha extendido mucho en Arabia Saudí, aunque no hay cifras exactas, despierta reacciones encontradas entre la población.
Según Um Ahmed, que dice haber orquestado en los últimos seis meses 33 bodas, hay muchas mujeres que trabajan como médicas, profesoras o funcionarias y que por su tipo de profesión les es complicado contraer un matrimonio tradicional.
"Es difícil que un hombre de Oriente acepte que su mujer llegue tarde de su trabajo o que salga repetidamente de su hogar en casos de emergencia, como ocurre con los médicos", explica.
También hay mujeres que no pueden irse a vivir al hogar matrimonial con sus esposos porque tienen que cuidar a sus padres enfermos, por lo que -continúa la casamentera- prefieren un marido que las visite de vez en cuando.
En cuanto a los hombres, sus motivos suelen ser distintos: "Algunos no desean que su primera esposa lo sepa, mientras que otros no quieren tener hijos o no pueden afrontar los mayores gastos de un matrimonio oficial", agrega.
El hombre que desee casarse por "el misiar"debe pagar una dote equivalente a entre 8.000 y 13.000 dólares por una chica virgen, y menos por una que no lo es, revela Um Ahmed, que cobra por cada contrato entre 260 y 400 dólares.
Esta "jataba"se jacta de tener cuentas en Facebook y Twitter y de poseer una lista de más ochenta candidatas, la mayoría saudíes y de distintos niveles económicos, pero todas de "buena reputación".
Aunque Um Ahmed asegura no haber engañado a nadie, el Ministerio saudí de Justicia ha advertido recientemente a la población de que no trate con las casamenteras, que ejercen con falsos permisos.
Las autoridades, que reconocen el matrimonio "misiar", insisten en que para contraer matrimonio solo se debe recurrir a los funcionarios debidamente acreditados para evitar situaciones indeseadas.
Hace pocas semanas, un tribunal de la ciudad saudí de Yeda condenó a seis meses de cárcel y a 50 latigazos por proxenetismo a una mujer extranjera, que arreglaba este tipo de contrarios matrimoniales.
La socióloga Abir al Muslem asegura que esa condena es una prueba de que ese tipo de bodas puede abrir la puerta a relaciones ilegítimas en un país en el que está penado tener relaciones sexuales sin estar casado.
"Pese a que algunas personas lo necesiten, podría convertirse en una peligrosa trampa para mujeres inocentes", señala Al Muslem, que cita los miedos de algunas a quedar solteras como un motivo para aceptar este tipo de matrimonios poco ventajosos para ellas.
Cifras difundidas por el Ministerio de Planificación a fines de 2010 indicaron que el número de solteras mayores de 30 años alcanzará los cuatro millones en 2015 en Arabia Saudí, con una población de 27 millones.
"Esa gran cifra explica que muchas de ellas aceptan recurrir al 'misiar' por el ser único medio para huir del terror de la soltería", subrayó la socióloga, que lamenta que rara vez el matrimonio es duradero.
Más favorable se muestra un funcionario autorizado por el Ministerio de Justicia para casar, el jeque Salem al Gamedi, que recordó a Efe que los expertos islámicos defienden la legitimidad del "misiar".
En su opinión, este cumple con los requisitos del islam, que son el acuerdo mutuo de la pareja, la presencia del tutor de la mujer y dos testigos, la dote y hacer publica la boda.
Para el jeque, el "misiar"no conduce a la prostitución, pero "su prohibición sí que podría fomentar relaciones ilegítimas".
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