Conflicto

Un avión militar español llega a Djibouti para evacuar a los españoles en Sudán

60 españoles y un total de 1.500 europeos se encuentran atrapados en el país africano, donde la situación iniciada durante el pasado sábado ha derivado en una guerra civil

Un avión transporte militar A400M del Ejército del Aire ha llegado este viernes a Djibouti como parte del operativo que prepara España para evacuar a unas 80 personas, entre españoles, europeos y sudamericanos, que se encuentran atrapados en Sudán.

Fuentes militares han confirmado que el Airbus ha salido de Zaragoza a mediodía hacia Djibouti para unirse a otros aviones militares con los que España tiene previsto evacuar a unos 60 españoles, residentes y turistas, y otras 20 personas de nacionalidad europea o sudamericana. Según la web Flightradar24, el A400M español ha aterrizado en el aeropuerto de Djibouti a las 19.00 horas.

El propio ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha explicado este viernes desde Berlín que estaba "todo listo" para la evacuación de unos 60 españoles y 20 personas de otras nacionalidades que se encuentran atrapadas en Jartum por la guerra entre dos jefes militares de aquel país.

Albares no ha sabido precisar en qué momento tendrá lugar la evacuación dado que las condiciones en el país “son muy difíciles, de combate intenso”, ha dicho. “Estamos esperando que se produzca una tregua efectiva aunque sea de unas horas” para proceder a la operación de evacuación, ha subrayado. Según ha detallado, "lo tenemos todo listo, hay aviones militares del Ejército español preposicionados para el momento en que se den las condiciones, pero ahora desgraciadamente no se dan para que puedan aterrizar” en la capital sudanesa.

El Ministerio de Exteriores ha contactado con todos los españoles que se encuentran en el país y ha comenzado el reagrupamiento de la colonia pese a que los desplazamientos “son extremadamente peligrosos”, ha precisado el ministro.

Y es que, la evacuación de ciudadanos extranjeros se ha probado como una complicación añadida en la guerra civil de Sudán. Después de que los primeros combates del sábado tuvieran lugar en el Aeropuerto Internacional de Jartum, momento en que un avión de la ONU fue bombardeado y otro avión comercial de Arabia Saudí recibió impactos de ametralladora cuando se disponía a despegar, la vía aérea permanece cerrada. Centenares de ciudadanos extranjeros sobreviven atrapados en un entorno extremadamente hostil que ya se ha cobrado sus primeras víctimas.

Tres trabajadores del Programa Mundial de Alimentos fueron asesinados dentro de las primeras 48 horas del conflicto; una ciudadana japonesa fue violada por hombres armados sin identificar; el embajador de la Unión Europea fue agredido en su domicilio; y un trabajador de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) fue asesinado en la mañana del viernes cuando viajaba con su familia al sur de El Obeid y su vehículo quedó atrapado en un intercambio de disparos entre ambas facciones. La seguridad de los extranjeros en Sudán es hoy, por tanto, una preocupación real.

No han sido pocos los países que han procurado organizar misiones de rescate para sus nacionales, hasta ahora sin éxito. Alemania fletó un aparato de su Fuerza Aérea para evacuar a 150 ciudadanos alemanes pero la misión tuvo que cancelarse el miércoles debido a la intensidad de los combates. Igualmente, un C-130 de las Fuerzas de Autodefensa japonesas se encuentra actualmente en Yibuti con la intención de prepararse para la evacuación de los 63 japoneses atrapados en Sudán. El Pentágono ha posicionado a sus militares junto a la frontera sudanesa para contribuir en la evacuación de la Embajada estadounidense en Jartum, que se prevé que sucederá en los próximos días.

Chad, contra las cuerdas

Chad se posiciona como el primer país afectado por la corriente de refugiados que huyen de los combates. Funcionarios de ACNUR confirmaron el jueves que entre 10.000 y 20.000 personas han huido al país vecino desde la región sudanesa de Darfur, mientras se requieren con urgencia “agua, comida, refugio, protección de menores y una prevención contra la violencia de género”. Chad cuenta ya con 400.000 refugiados sudaneses venidos de conflictos previos. El gobierno chadiano ha mostrado su temor ante la posibilidad de que la guerra pueda afectar a su soberanía, ya que, por un lado, un elevado número de combatientes de las RSF son de ascendencia chadiana, a la vez que se teme que el ansia revolucionaria afecte a sus ciudadanos a la hora de plantar frente al gobierno autoritario dirigido por Mahamat Déby, hijo del dictador Idriss Déby.

El ministro de Defensa chadiano, Bichara Issa Djadallah, dijo el jueves ante los medios de comunicación que “ya tenemos 320 soldados [sudaneses] en nuestro territorio. No cabe duda de que también hay civiles, y estamos en proceso de recibirles y tomar las medidas necesarias para garantizar su comodidad”.