Conflicto
Ejército y rebeldes vuelven a incumplir el alto el fuego en Sudán
La escasez de agua y de alimentos acorralan a la población civil en Jartum
El Ejército sudanés y el grupo militar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) alcanzaron este martes un acuerdo de alto el fuego de 24 horas, propuesto por Estados Unidos, para poder garantizar el paso seguro de los civiles y la evacuación de los heridos, informaron medios.
El alto el fuego comenzará a las 18.00 hora local de este martes y no se extenderá más allá de 24 horas, confirmaron el líder del Ejército de Sudán, Abdelfatah al Burhan, a la cadena estadounidense CNN, así como el miembro del consejo militar sudanés, Shams al Din Kabbashi, a la cadena saudí Al Arabiya.
Anteriormente, el líder de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, aseguraba en su cuenta oficial de Twitter que aceptaba un armisticio de 24 horas. Ambas partes habían acordado en los días anteriores treguas de unas pocas horas para permitir que los civiles atrapados en el fuego cruzado pudieran ser evacuados y salieran a las calles para abastecerse.
Sin embargo, los combates por Jartum prosiguen mientras el mapa sudanés comienza a cobrar forma tras el golpe de Estado fallido del pasado sábado. Mientras tanto, el Ejército regular controla el este y zonas próximas al sudoeste del país, las RSF ocupan el suroeste, en la región que rodea la ciudad de Darfur.
Las RSF luchan ahora con especial empeño por tomar la capital, Jartum, y la ciudad norteña de Meroe, dado que una derrota en ambas localidades supondría o bien una derrota definitiva de los rebeldes o un estancamiento del conflicto con su consiguiente prolongación. Cabe a destacar que las zonas ocupadas por el ejército regular corresponden a la rivera del río Nilo y a las mayores fuentes de agua del país, algo que se probará vital para el abastecimiento futuro de las tropas y de la población civil.
En la madrugada del martes, el ejército regular introdujo en la capital nuevas unidades de tanques T-72 con la intención de reforzar sus tropas, mientras que la fuerza aérea prosigue los bombardeos contra las posiciones de las RSF. Sin embargo, y más allá de la situación de los combates, el cuarto día desde el inicio del conflicto trae consigo una creciente preocupación por el estado de la población civil.
Uno de los eventos más dramáticos del pasado domingo salió a la luz a lo largo del lunes. Un hospital de Jartum fue asediado y bombardeado por paramilitares del RSF, quedando completamente destruida el ala de maternidad y resultando en la muerte de varios civiles, entre los que se encontraba un niño de seis años. Los médicos del hospital confirmaron a la CNN que tuvieron que evacuar el hospital en una situación de caos: “Tuvimos que dejar atrás a niños en las incubadoras y a pacientes en cuidados intensivos”. Todavía no está claro si las RSF se hicieron con el hospital, que se encuentra a escasos metros de una base militar todavía controlada por el ejército regular.
La población civil, al límite
También se han registrado bombardeos contra edificios civiles por parte del ejército regular. Ciudadanos sudaneses denuncian que el RSF está utilizando viviendas y edificios de particulares como bases de operaciones (y requisando vehículos, alimentos y bienes útiles), convirtiendo dichos inmuebles en objetivos militares pese a la presencia de civiles en ellos.
La población sudanesa todavía no se ha decidido a participar en el conflicto. Temerosos de las posibles represalias que puedan llegar del bando victorioso, permanecen en sus hogares mientras el tableteo de las ametralladoras y el estampido de las explosiones sacuden la capital sudanesa sin descanso. El agua escasea en una ciudad donde las máximas de este martes alcanzaron los 39 grados. Los supermercados están vacíos o cerrados. La electricidad se cortó el domingo por la mañana y los alimentos frescos se han echado a perder a falta de frigoríficos y congeladores. La catástrofe humanitaria se insinúa en Jartum si los organismos de ayuda no consiguen acceder a la capital y reabastecer los servicios básicos. .
Naciones Unidas ha procurado organizar un corredor humanitario desde el pasado fin de semana, con relativo éxito hasta la fecha: la esperanza de un alto el fuego de cuatro horas en la tarde del domingo se vino abajo cuando ambos bandos rompieron lo acordado antes de tiempo, aunque en la tarde del martes se negoció un alto el fuego de 24 horas. Pese a que ambos bandos se comprometieron en un principio a esta pausa en los combates, las RSF emitieron un comunicado en el que negaban la autoridad del ejército regular a la hora de "negociar con la comunidad internacional". Igual que ocurrió el pasado domingo, el alto el fuego no se ha cumplido, rompiéndose a los pocos minutos de su inicio, y ambas facciones han proseguido su ofensiva.
El asesinato de tres trabajadores del Programa Mundial de Alimentos durante el fin de semana obligó a paralizar la ayuda de la ONU. Una ciudadana japonesa que trabajaba en una ONG en Jartum ha sido violada por paramilitares del RSF. Un avión de la ONU estacionado en el aeropuerto de Jartum ha sido bombardeado. El embajador de la UE en el país también fue agredido en su casa por hombres armados sin identificar.
No se esperaba otra cosa de los líderes en conflicto. El general Hemdeti es el responsable de diversos crímenes de guerra en Jartum y en Darfur en los últimos años, entre los que se incluyen el asesinato de 100 manifestantes en Jartum en 2019 o la Operación Verano Decisivo llevada a cabo en Darfur en 2014, cuando se registraron asesinatos y torturas a civiles, además de una serie de violaciones en masa llevadas a cabo por sus tropas.
Al Burhan también participó en los sucesos de Darfur en 2014, por lo que no es de extrañar que ambos bandos tengan en muy poca consideración a la población civil, si no es para repetir en redes sociales y medios de comunicación las soflamas donde les animan a tomar las armas a su favor.
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