Política

Naufragio en Lampedusa

Europa asiste pasiva a otra vergüenza en Lampedusa

Una barcaza con 250 personas se hunde a 111 kilómetros de la isla y deja 50 muertos, entre ellos diez niños

Una barcaza con 250 personas se hunde a 111 kilómetros de la isla y deja 50 muertos, entre ellos diez niños
Una barcaza con 250 personas se hunde a 111 kilómetros de la isla y deja 50 muertos, entre ellos diez niñoslarazon

Mientras los equipos de rescate todavía siguen recuperando cuerpos sin vida del barco cargado con 500 inmigrantes que se hundió el pasado 3 de octubre frente a las costas de Lampedusa (van ya 339 muertos), una tragedia similar se repetía en las aguas del Canal de Sicilia.

Mientras los equipos de rescate todavía siguen recuperando cuerpos sin vida del barco cargado con 500 inmigrantes que se hundió el pasado 3 de octubre frente a las costas de Lampedusa (van ya 339 muertos), una tragedia similar se repetía en las aguas del Canal de Sicilia. El mal estado de la mar provocó que una embarcación en la que intentaban llegar a Europa alrededor de 250 personas se fuera ayer a pique a 60 millas, 111 kilómetros, al sureste de esta pequeña isla italiana convertida en puerta de entrada para la inmigración en el Viejo Continente, pues se encuentra a su vez a poco más de 100 kilómetros de las costas norteafricanas.

Gracias al despliegue especial en la zona ordenado por el Gobierno de coalición italiano, liderado por Enrico Letta, tras el desastre de la semana pasada se pudo evitar que se repitieran esas cifras. Según las últimas informaciones, alrededor de 200 de los viajeros de la barcaza pudieron ser rescatados con vida. Las víctimas mortales fueron aumentando hasta alcanzar los 50 fallecidos, entre ellos diez niños, aunque los equipos de rescate al cierre de esta edición seguían buscando desaparecidos en la zona.

El nuevo drama fue descubierto por un avión maltés que vio cómo se producía el hundimiento de la barcaza. Tras recibir la alarma, llegó a la zona un helicóptero de la patrullera de la Marina militar italiana «Libra», que en los últimos tiempos está en servicio en labores de reconocimiento en el Canal de Sicilia. El helicóptero divisó cuerpos sin vida flotando sobre el agua, pero también supervivientes, a quienes les lanzó chalecos salvavidas y lanchas autohinchables para que pudieran aguantar hasta que llegaran los otros equipos de rescate.

Después de la «Libra» arribaron al lugar del desastre otras dos patrulleras italianas, así como un helicóptero de la Capitanería del puerto de Lampedusa. De esta pequeña isla convertida en estos últimos días en el símbolo del drama de la inmigración también partieron dos patrulleras de la Guardia costera y un helicóptero de la Guardia de Finanzas para participar en las tareas de rescate.

El hundimiento se produjo en un lugar casi equidistante de Italia y de Malta, pues está situado a 70 millas de las costas maltesas. Por ello el Gobierno de La Valletta se decidió a actuar y envió también una patrullera a la zona para colaborar en el auxilio a los supervivientes y en la recuperación de los cadáveres. Al parecer fueron las autoridades maltesas las que pidieron a las italianas que les ayudaran, pues temían no contar con recursos suficientes para afrontar esta nueva catástrofe en el mar. Algunas informaciones señalaban incluso que habría sido la Capitanería del puerto de La Valletta la primera en saber que la barcaza estaba pasando graves dificultades por medio de una llamada que habrían hecho los propios inmigrantes con un teléfono satélite. Tras este anunció, envió a la zona una aeronave, que fue la que presenció cómo la embarcación se daba la vuelta primero debido al oleaje para acabar poco después hundiéndose. Los desafortunados que estuvieron a punto de sufrir el mismo destino que los eritreos y somalíes que se dejaron la vida la semana pasada frente a Lampedusa son sólo una pequeña parte del flujo migratorio que trata estos días de alcanzar las costas italianas. Además de este grupo, otros 500 inmigrantes tuvieron que ser ayer socorridos en aguados del Canal de Sicilia debido a las malas condiciones meteorológicas. Entre estas embarcaciones, que iban a la deriva o sufrían por la mala mar, había una con 210 refugiados sirios que huían de la guerra en su país. Fueron auxiliados por un mercante de bandera panameña. Otras barcazas fueron también rescatadas entre Italia y Libia y muchos de sus ocupantes acabaron en el centro de acogida de Lampedusa, que está hasta los topes. Cuenta con plazas para 250 personas, pero con los recién llegados va a superar con creces los 1.000 internos.

El naufragio de ayer es un ejemplo más de la desesperación de los inmigrantes para alcanzar el dorado europeo y de la impotencia de Europa para resolver el drama. Esta semana el primer ministro italiano y el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, visitaron Lampedusa y se enfrentaron a la indignación ciudadana por la pasividad de la UE ante esta tragedia que se ha vuelto rutina.