Guerra en Ucrania
La central nuclear de Rivne, el próximo objetivo de las tropas rusas
Después de tomar la planta de Zaporiyi, la mayor de Europa, el ejército de Rusia quiere hacerse con el resto de centrales nucleares de Ucrania
Las tropas rusas tomaron la central de Zaporiyia, en la localidad de Energodar (al sureste de Ucrania) en el día de ayer, después de varios ataques desde la noche previa. La planta se trata de la más grande de Europa y el riesgo de un accidente nuclear creció a límites insospechados tras los bombardeos rusos a algunas instalaciones.
La madrugada fue especialmente dura para los vecinos de la localidad ucraniana. El incendio provocado fue sofocado por los bomberos tras horas de incertidumbre y, por fortuna, los reactores de la central permanecen intactos. “No se han registrado cambios en el estado de radiación en el momento actual”, aseveraron las autoridades de Ucrania, confirmando, además, que el Ejército de Rusia se había hecho con la central. Según ha podido confirmar LA RAZÓN, el ataque no fue un accidente, sino que estaba previsto, y las cuatro centrales nucleares de Ucrania son uno de los objetivos marcados por las tropas rusas en su tarea de “desmilitarizar el país”, es decir, durante la invasión al territorio.
Además de la central de Zaporiyia están: Sur de Ucrania (a unos 170 km de la ciudad de Odesa), Jmeltniski (al oeste) y Rivne (en el noroeste de Ucrania, cerca de la frontera con Bielorrusia). Entre las cuatro, hay quince reactores: cuatro en Rivne, dos en Jmeltniski (otros dos estaban en construcción), tres en Sur de Ucrania y seis en Zaporiyia. Y a esto se suma la central de Chernóbil, cerrada después de la catástrofe de 1986.
La lluvia de proyectiles provocó un gran incendio en un centro de formación de la central de Zaporiyia. Chernóbyl, aunque no funciona, también fue capturada hace unos días, y según la empresa Energoatom, las tropas rusas se encuentran cerca de la ciudad de Voznesensk, a unos 30 km al sur de la planta de Ucrania del Sur, pero un puente fue destruído para privar su paso, según explica Reuters.
Las centrales de Rivne y Khmelnitski no parecen estar bajo ninguna amenaza inmediata. No obstante, LA RAZÓN ha confirmado que Rivne es el próximo objetivo de Rusia. El líder ruso, Vladimir Putin, busca establecer el control sobre todas las plantas de energía nuclear de Ucrania, de tal manera que provocará un colapso energético en el país (la energía nuclear produce más de la mitad de la electricidad del país) y una vez que Rusia tome todas las plantas, Ucrania ya no podrá crear armas nucleares.
“Todo va según lo previsto”, dijo el mandatario ruso, quien afirma que ya casi han logrado “desmilitarizar” Ucrania. Para destruir los sistemas de defensa antiaérea se requiere de cierto tiempo: hay que encontrarlos y después golpear. Prácticamente este trabajo se ha completado”, dijo Putin en una reunión.
Desde Ucrania ven estas acciones como un terrorismo nuclear, aseverando que Rusia ignora los riesgos que conlleva para el mundo entero, e incluso para sí misma, un manejo tan descuidado del átomo pacífico. Los ataques a las plantas de energía nuclear podrían destruir reactores con emisiones de radiación a gran escala que podrían cubrir y volver inhabitable todo el continente.
Aunque las centrales son robustas en sí mismas, el OIEA ha advertido que el personal estresado por los combates podría cometer errores involuntariamente. Esto significa que el bienestar de los trabajadores de las centrales nucleares era “una cuestión humanitaria, pero no sólo, también es una cuestión técnica”, dijo el viernes el jefe del OIEA, Rafael Grossi.
El personal de las centrales nucleares suele trabajar por turnos, pero el OIEA ha dicho que el personal de Chernóbil no ha podido rotar sus turnos desde la invasión rusa de Ucrania, y el viernes el OIEA expresó su preocupación por el bienestar del personal de la ciudad de Zaporiyia.
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