Cosa Nostra
Lucha de poder en la Mafia italiana tras la muerte de Messina Denaro
Los expertos aseguran que la Cosa Nostra está en vías de reorganizarse y no se descarta una guerra de clanes o la vuelta al poder de alguno de los capos que salen ahora de prisión
La última vez que la comisión provincial de Cosa Nostra se reunió para elegir al jefe de la Mafia siciliana fue hace 30 años. Era 1993 y Totò Riina, el 'capo dei capi' y prófugo de la justicia desde hacía más de dos décadas, había sido arrestado mientras circulaba con su coche por las calles de Palermo. La caída unos años más tarde de su mano derecha, Bernardo Provenzano, en búsqueda y captura durante 43 años, dejó descabezada a la organización criminal.
El último día en libertad de Riina, los investigadores perdieron la pista a Matteo Messina Denaro. El soldado más fiel de aquella mafia sanguinaria que sembró de cadáveres las calles italianas en su desafío al Estado desapareció para convertirse en el heredero de los 'padrinos' de Corleone. Sólo la enfermedad –padecía un cáncer de colon en estado avanzado-- le hizo bajar la guardia y permitió su arresto en enero mientras recibía tratamiento en una clínica privada de Palermo.
A pesar de su influencia, los investigadores sostienen que Messina Denaro no llegó a gozar del poder de sus predecesores. La necesidad de garantizar su propia supervivencia durante las casi tres décadas que vivió en clandestinidad y su origen (es de la provincia de Trapani y no de Palermo, como todos los jefes históricos de Cosa Nostra) le alejaron de la cúpula. Sin embargo, 'Diabolik', como le llamaban sus secuaces en honor a su pasión por el famoso cómic, estaba considerado el último gran 'capo' de la Mafia siciliana y su muerte esta semana a los 61 años reabre nuevas hipótesis sobre el incierto futuro de la organización criminal.
John Dickie, profesor de Estudios Italianos en el University College de Londres y autor de numerosos ensayos sobre la mafia, advierte que el traspaso de poder no será automático porque la organización criminal es hoy más débil que nunca. “No hay que pensar en el jefe de Cosa Nostra como si fuera un monarca absoluto y muerto un rey se elige otro con la misma autoridad. Cosa Nostra no necesita un jefe, necesita reorganizarse”.
En un intento de frenar la pérdida de influencia frente a la cada vez más poderosa 'Ndrangheta, la mafia originaria de Calabria, en los últimos años Cosa Nostra, que mantiene una estructura jerárquica ancestral, está tratando de recuperar el poder perdido. “La cúpula ha sido aniquilada, pero las familias están tratando de reconstruirla. Todavía existen demasiados vínculos de los 'hombres de honor' [como se conoce a los grandes 'capos'] con la sociedad, los negocios y la política”, sostiene el fiscal de Palermo Maurizio De Lucia, responsable de coordinar la investigación que consiguió capturar a Messina Denaro. “Ahora Cosa Nostra deberá encontrar un sustituto como punto de referencia para los grandes negocios”, apunta.
Intentos de reorganizarse ha habido varios en los últimos años. En 2018 los 'carabinieri' perdieron la pista a cuatro mafiosos de Palermo a quienes tenían pinchados los teléfonos. Un par de horas más tarde, la conexión se reactivó. Gracias a una escucha telefónica, los responsables de 'Cupola 2.0', como se bautizó esa operación policial, descubrieron que los criminales habían participado en una reunión secreta junto a los más importantes 'padrinos' de la capital siciliana para decidir el sucesor de Riina, que había muerto sólo unos meses antes en la cárcel con 87 años. Los mafiosos eligieron a un nuevo jefe: Settimo Mineo, que fue detenido poco después. Desde entonces, todos los planes de reconstruir el vértice de la organización han sido desmantelados.
En esa última reunión estuvieron presentes los líderes de todos los clanes de Palermo, pero no Messina Denaro, lo que demuestra, según algunos expertos, que el criminal nunca estuvo al frente de la organización, pero su influencia habría servido para frenar las ambiciones de muchos otros mafiosos y garantizar una suerte de jerarquía dentro de Cosa Nostra.
Guerra de clanes
A pesar de los temores, tras la desaparición de Totó Riina, el 'capo dei capi', no hubo una guerra entre clanes, una posibilidad que sin embargo los expertos no descartan ahora. El último informe de la Dirección Investigativa Antimafia (DIA) publicado recientemente apunta que “la prolongada ausencia de un liderazgo sólido y reconocido, así como reglas menos estrictas y restricciones jerárquicas, estaría favoreciendo el paso adelante de nuevos exponentes que ostentan un origen familiar mafioso”. La lista de candidatos la encabezan Stefano Fidanzati, un 'capo' de la droga de 70 años miembro de la aristocracia mafiosa de Palermo y, sobre todo, Giovanni Motisi, de 61 años, “sicario de confianza” de Riina y prófugo de la justicia desde 1998.
Al mismo tiempo, los investigadores sospechan que algunos “hombres de honor” que están abandonando la cárcel podrían intentar recuperar el poder. Entre ellos se encuentra Patrizia Messina Denaro, hermana del último 'padrino' de Cosa Nostra, que saldrá de prisión en 2024.
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