Guerra

Rusia pone urnas entre las bombas

Los rusos han comenzado a celebrar "elecciones para consejos locales y órganos legislativos” en los territorios ocupados ucranianos

Soldados ucranianos en tanques rusos T-72 capturados realizan un entrenamiento militar cerca de la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, cerca de Chernihiv,
Soldados ucranianos en tanques rusos T-72 capturados realizan un entrenamiento militar cerca de la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, cerca de Chernihiv,Aleksandr ShulmanAgencia AP

Los rusos han comenzado a celebrar "elecciones para consejos locales y órganos legislativos” en los territorios ocupados ucranianos, según informó el jueves el Centro de la Resistencia Nacional ucraniano.

En estas elecciones participan cuatro partidos rusos, incluido el prorruso “Rusia Unida”, mientras que los otros tres partidos solo son independientes en su nombre y están estrictamente controlados por el Kremlin. La votación en los colegios electorales se llevará a cabo durante tres días, entre el 8 y el 10 de septiembre. El Centro de la Residencia Nacional ucraniano explica que la razón de una duración tan larga se debe a un intento de ocultar el escaso interés entre los residentes locales.

Por otro lado, la llamada “votación anticipada” ha comenzado en la parte ocupada de las regiones de Zaporiyia y Donetsk y comenzará este 2 de septiembre en los territorios ocupados de las regiones de Lugansk y Jerson.

Actualmente, los miembros de las comisiones electorales están visitando las casas de los residentes locales acompañados por soldados rusos. Tal y como asegura el alcalde de la ciudad ocupada de Skadovsk, Oleksandr Yakovlev, a los medios locales ucranianos, están tratando “formalmente de encontrar” a quienes quieren votar, pero “realmente”, lo que buscan es “intimidar a los vecinos para que voten a su favor”. “Vienen y dicen que una persona debe votar”, afirma, añadiendo que las elecciones no tienen “nada que ver con los procedimientos democráticos”. Además, en esta región están apareciendo personas traídas del territorio de Rusia y reubicadas en las casas abandonadas de los residentes locales, según informa el Estado Mayor del ejército ucraniano. "Preparan falsificaciones y una imagen necesaria para los medios rusos”.

¿Por qué Rusia celebra estas elecciones en plena guerra con Ucrania?

Casi un tercio de las personas nominadas formalmente como candidatos a diputados son residentes de Rusia, principalmente de la región de Rostov, señaló el político opositor ruso Illia Ponomariov, a medios ucranianos. “Es decir, los habitantes de los territorios ocupados no quieren sumarse a esta desgracia y participar en esta farsa”, dijo, subrayando que “es simplemente una imitación de los procedimientos democráticos”.

En 2022, los rusos ya implementaron un plan similar en el "referéndum", que fue usado por Rusia como pretexto para anexar a cuatro regiones ucraniano parcialmente ocupadas. Según un informe del Centro de Resistencia Nacional, Rusia planea traer a 2035 unas 300.000 personas de su territorio a la destruida ciudad de Mariupol. “Para estimularlos, el Kremlin lanzó un programa de hipotecas preferenciales para ciudadanos de la Federación Rusa. Además, los invasores están trayendo trabajadores y funcionarios de las regiones atrasadas de la Federación de Rusia a los territorios temporalmente ocupados”.

Las ONG ucranianas de derechos humanos advierten del creciente peligro de que el continuo éxodo de ucranianos de los territorios ocupados por Rusia y la afluencia de funcionarios, profesores y trabajadores rusos puedan provocar enormes cambios demográficos en las regiones ocupadas. Rusia también está haciendo la vida cada vez más difícil a aquellos vecinos que no solicitan un pasaporte ruso. La ciudadanía rusa se ha convertido en una condición previa para recibir muchos servicios estatales básicos, como la educación o la atención sanitaria. Según un decreto firmado por el presidente ruso Vladimir Putin en abril, quienes no reciban la ciudadanía rusa podrían ser expulsados a partir de julio de 2024.

Y es que muchos se van por su propia voluntad. Por ejemplo, en la región de Sumy, en el noreste y donde existe un paso fronterizo único entre Rusia y Ucrania, se estima que más de la mitad de la población abandonó las zonas ocupadas. Muchos de los que se han quedado, por otra parte, se muestran reacios a abandonar sus hogares y propiedades, esperando a las tropas ucranianas. En su mayoría, son personas mayores, pues temen perder todo lo que construyeron durante toda su vida. Además, las casas vacías son utilizadas por los soldados rusos como cuarteles.

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“Los objetos de valor que contienen son robados rutinariamente”, dice Larissa, una residente desplazada de la región de Jerson, a LA RAZÓN. “Debido a que muchos de los ancianos se niegan a irse o simplemente no pueden hacerlo, porque están enfermos o demasiado frágiles, en muchos casos sus hijos también se ven obligados a quedarse para cuidarlos”, explica.

Sin apenas poder pedir ayuda a la Justicia, su principal esperanza es evitar cualquier enfrentamiento con las autoridades de ocupación. Los espantosos descubrimientos de cámaras de tortura y fosas comunes en los territorios reconquistados sugieren que prácticas similares continúan en aquellos que no han sido liberados hasta ahora.

Según un informe de la organización de derechos humanos “OPORA”, Rusia también busca limitar el acceso de los locales a los medios de comunicación ucranianos e independientes. Hasta un millar de sitios web están bloqueados en los territorios ocupados mientras la propaganda rusa se traduce a través de la televisión, la radio e Internet.

“Rusia está tratando activamente de convencer a los vecinos de que Ucrania nunca recuperará sus tierras. También está tratando de difundir la narrativa que pinta a quienes permanecen en los territorios ocupados como traidores a los ojos del resto de los ucranianos”, escribe Anatoliy Bondarchuk de “OPORA”. “Si bien los adultos pueden resistir mejor, es menos lo que se puede hacer para proteger a los niños, que están siendo adoctrinados en las escuelas que reescriben la historia para culpar a Ucrania de toda la destrucción”, añade un residente desplazado de Mariupol.

Aun así, la resistencia en los territorios ocupados continúa. Adopta muchas formas. Algunos están involucrados en el movimiento “Cintas Amarillas”, que deja los símbolos nacionales ucranianos en los espacios públicos. Otros arriesgan sus vidas informando a las fuerzas ucranianas sobre la ubicación de las fuerzas y tropas enemigas, con informes periódicos que aparecen sobre ataques contra el ejército ruso y sus colaboradores locales.