Defensa

La falta de presupuesto pone en jaque el dominio espacial de Estados Unidos para un futuro próximo

"La Fuerza Espacial de Estados Unidos debe ser más ágil y versátil en órbita para no perder su ventaja", advierte un informe que señala la falta de dinero como la principal amenaza

Aparece un cohete de la Fuerza Espacial de Estados Unidos creado por Boeing
La falta de presupuesto pone en jaque el dominio espacial de Estados Unidos para un futuro próximoFuerza Espacial Estados Unidos

La ambiciosa visión de la Fuerza Espacial de Estados Unidos para dominar la próxima frontera se enfrenta a un obstáculo tan terrenal como insalvable: la falta de dinero. Un demoledor informe del Mitchell Institute, un influyente centro de pensamiento con sede en Washington, advierte de que el progreso de su doctrina más avanzada encara una amenaza considerable por culpa de las severas restricciones presupuestarias y la inevitable competición con otras prioridades estratégicas del Pentágono. Este escenario se complica aún más con las promesas de reforzar otras ramas, como las que ha realizado recientemente el jefe de la Armada de Estados Unidos, que también exigen una parte significativa del presupuesto.

Lo que está en juego es nada menos que un cambio de paradigma. El plan estadounidense busca redefinir por completo el dominio orbital, abandonando la idea de los satélites estáticos para dar paso a una arquitectura de activos con una capacidad de maniobra, adaptación y respuesta nunca vista. Se trata de un ecosistema espacial dinámico, ágil y, sobre todo, impredecible para cualquier potencial adversario.

En este sentido, la clave de esta nueva era reside en la propulsión y el reabastecimiento en órbita. Los expertos apuestan por sistemas energéticos completamente nuevos, como la propulsión nuclear o por plasma, y por el diseño de plataformas modulares que puedan ser actualizadas a distancia. La posibilidad de repostar combustible en el espacio es fundamental, pues otorgaría a sus satélites la capacidad de maniobrar impredeciblemente, un requisito vital para la nueva constelación de vigilancia RG-XX.

Asimismo, esta agilidad orbital debe tener su réplica en tierra. Para ello, tal y como han publicado en DefenseScoop, se está trabajando en sistemas de mando y control alojados en la nube, como el programa R2C2, y en el desarrollo de antenas especializadas bajo el proyecto SCAR. El objetivo es blindar las comunicaciones frente a interferencias mediante técnicas como el salto de frecuencia o las conexiones láser cruzadas, ya exploradas en otras arquitecturas.

La tecnología que impulsa la nueva doctrina espacial

Por otro lado, la estrategia de lanzamiento también ocupa un lugar central en este nuevo enfoque. El estudio del Mitchell Institute aboga por diversificar tanto los vehículos como las bases de lanzamiento para no depender de unas pocas infraestructuras críticas, lo que aumenta la resiliencia de todo el sistema. Se busca, además, una mayor flexibilidad en los lanzamientos, permitiendo configurar las cargas útiles de forma mucho más rápida para adaptar las misiones sobre la marcha.

En definitiva, todo este despliegue tecnológico depende de una apuesta económica decidida que, por ahora, no parece garantizada. La advertencia del informe es contundente: sin un aumento notable en la financiación para materializar esta visión, el innovador programa de operaciones espaciales dinámicas de Estados Unidos corre un claro riesgo de estancamiento, poniendo en jaque su pretendida superioridad en la órbita terrestre.