Guerra comercial
Las fórmulas arbitrarias de Trump para calcular los aranceles
El republicano no se basó en datos contundentes, sino que usó interpretaciones del comercio global
El “día de la liberación” de Estados Unidos ha causado una lluvia de amenazas de retaliaciones tarifarias por parte de empresas y gobiernos del mundo que a contrarreloj calculan los costos de una guerra comercial con la administración Trump, al tiempo que los mercados siguen asustados por lo que algunos expertos han llamado “el fin de la era de liberación” que ha moldeado el orden internacional durante décadas.
“Los contribuyentes estadounidenses han sido estafados durante más de 50 años”, dijo Trump desde la Casa Blanca. “Pero eso ya no va a volver a pasar”.
Como parte de su plan para conseguirlo, ha sacado un listado en el que impone un mínimo de 10% de tarifas a las importaciones provenientes de casi todos los países con los que tiene dinámica comercial, pero en otros casos como el de naciones asiáticas o la Unión Europea, las cifras escalaron hasta más del 35%.
Trump declaró una emergencia económica nacional para imponer estos aranceles, prometiendo que los empleos en fábricas regresarán a Estados Unidos como resultado de estos impuestos, pero sus políticas corren el riesgo de provocar una desaceleración económica repentina, ya que los consumidores y las empresas podrían enfrentar fuertes aumentos de precios.
Como parte de sus justificaciones, como es costumbre, el mandatario estadounidense no siempre se basó en datos contundentes sino más bien en interpretaciones del comercio. Al alardear de los supuestos beneficios de los aranceles, Trump afirmó que “Estados Unidos fue proporcionalmente el país más rico que jamás ha existido” entre 1789 y 1913, cuando los aranceles representaban un mayor porcentaje de los ingresos federales, antes de la aprobación de una ley en 1913 que restableció el impuesto sobre la renta federal.
Trump no explicó qué quiso decir con “proporcionalmente el más rico”, pero según las medidas estándar, EE. UU. es mucho más rico hoy que a principios del siglo XX y antes. El PIB per cápita es ahora muchas veces superior al de entonces.
País por país siguieron los anuncios no claros o falsos. Por ejemplo, aunque señaló correctamente que Canadá impone aranceles de más del 250% a algunos productos lácteos estadounidenses, afirmó falsamente que simplemente “el primer cartón de leche” exportado a Canadá enfrenta un “precio muy bajo”, pero que “luego sube a 275, 300%”.
En realidad, Canadá ha garantizado que decenas de miles de toneladas métricas de leche estadounidense importada por año —no solo un cartón— estarán exentas de aranceles; Canadá concedió cierto nivel garantizado de acceso libre de aranceles al mercado lácteo estadounidense como parte del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA), que fue negociado, como bien es sabido, por la propia administración de Trump.
También el republicano, al afirmar que en EE.UU. “subvencionamos a muchos países”, dijo falsamente que “es cerca de 200 mil millones de dólares al año” con Canadá. Trump ha utilizado repetidamente esta cifra para describir el déficit comercial con los canadienses en particular, el cual es en realidad mucho más bajo; las estadísticas oficiales de EE. UU. muestran que esta diferencia en bienes y servicios en 2024 fue de 35.7 mil millones de dólares y de 70.6 mil millones solo en bienes.
Sobre su principal competidor, Trump repitió su frecuente afirmación falsa de que, gracias a los aranceles que impuso a China durante su primer mandato, EE. UU. “recaudó cientos de miles de millones de dólares” que “ellos pagaron”. En realidad, los importadores estadounidenses, no los exportadores extranjeros como China, son quienes hacen los pagos de los aranceles, y numerosos estudios han demostrado que los estadounidenses asumieron la gran mayoría del costo de los aranceles de Trump sobre China en su primer mandato; hay ejemplos específicos de empresas que trasladaron ese costo a los consumidores estadounidenses.
Trump también repitió su afirmación falsa de que, antes de su primer mandato, China “nunca pagó ni 10 centavos a ningún otro presidente” en aranceles. Más allá del hecho de que los importadores de EE. UU. son quienes pagan, el país en realidad ya generaba miles de millones de dólares anualmente en ingresos por aranceles sobre importaciones chinas antes de que Trump asumiera el cargo; de hecho, EE. UU. ha tenido aranceles sobre importaciones chinas desde 1789.
Pero su estrategia se basa en querer “recuperar” un Estados Unidos que dice haber sido destruido por los demócratas. Trump afirmó falsamente que, durante la presidencia de Joe Biden, el país tuvo “la inflación más alta en la historia de nuestro país”.
En cambio, Trump pudo haber dicho, con razón, que la tasa de inflación interanual en EE. UU. alcanzó un máximo de 40 años en junio de 2022, cuando fue del 9.1%, pero eso no se acerca al récord histórico del 23.7% establecido en 1920. (Y luego la tasa cayó en picada. La inflación en el último mes completo de la administración Biden, diciembre de 2024, fue del 2.9%; en enero de 2025, fue del 3%, un mes compartido entre Biden y Trump).
Trump también afirmó que hubo “prácticamente cero inflación” durante su primer mandato. Se dio cierto margen con la palabra “prácticamente”, pero vale la pena señalar que sí hubo inflación durante sus primeros cuatro años en el cargo; los precios aumentaron alrededor de un 8% desde el inicio hasta el final de su presidencia. La inflación interanual fue del 1.4% en el mes en que dejó el cargo, enero de 2021. En este documento puedes consultar los aranceles de Trump país por país