Asia
Un general apartado del Ejército, favorito en las elecciones de Indonesia en las que votan 204 millones de electores
Prabowo Subianto fue apartado del Ejército por violaciones de los derechos humanos durante la dictadura de Suharto
Indonesia celebra durante el día de los enamorados las mayores elecciones del mundo musulmán, en las que 204 millones de electores con derecho a voto decidirán quién sucederá al actual presidente, Joko Widodo, al frente de la mayor economía del Sureste Asiático. Se trata de una hazaña asombrosa que implica desplazar los votos en barco, avión y a caballo por el vasto archipiélago de más de 278 millones de habitantes. El ministro de Defensa, Prabowo Subianto, apartado del ejército en medio de especulaciones sobre abusos contra los derechos humanos y en su día vetado en Estados Unidos por su presunto turbio historial, se encuentra ahora en la pole position para convertirse en el próximo líder del país. No obstante, tanto Ganjar Pranowo, exgobernador de Java Central, como Anies Baswedan, exgobernador de Yakarta, confían en frustrar su posible victoria en la primera vuelta y llevar la elección a una segunda ronda en junio.
Se trata de las sextas elecciones legislativas que se celebran en Indonesia desde el levantamiento popular de 1999 contra el entonces presidente Suharto, que marcó la transición de la nación a la democracia. La actual campaña electoral ha estado marcada por numerosas polémicas, especialmente en torno a la preocupación por el retroceso democrático en el país, lo que ha suscitado dudas sobre la influencia del propio Widodo en las instituciones del Estado para favorecer a su candidato predilecto: el aspirante Prabowo. A medida que los votantes acudan a las urnas, se espera que estas preocupaciones y acusaciones de favoritismo arrojen una sombra sobre la transparencia y la imparcialidad de los comicios. Sin duda, esta situación añade un elemento adicional de tensión a estas elecciones históricas.
El presidente saliente, Joko "Jokowi" Widodo, ha liderado una década de crecimiento estable, afluencia de inversiones, desarrollo de infraestructuras y estabilidad social. Se ha convertido en el séptimo mandatario de la nación, y a lo largo de su trayectoria ha logrado mantener una popularidad notable entre el público.
Durante estos diez años, Indonesia ha desempeñado un papel cada vez más destacado en la geopolítica regional, consolidándose como un peso pesado tanto en la economía como en la seguridad. Asimismo, ha asumido importantes responsabilidades, como la presidencia de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y del G20. Por otra parte. se ha convertido en un actor clave en la región debido a su posición estratégica y control sobre rutas comerciales y marítimas cruciales, como el estrecho de Malaca y la parte sur del mar de China Meridional. Además, se ha colocado como el "hermano mayor" de ASEAN, bloque económico y político regional de gran relevancia que ha desempeñado un papel fundamental en la promoción del equilibrio de poderes y las relaciones entre Estados Unidos y China en la región.
Ambicioso y temperamental, con un sombrío pasado, el exgeneral del ejército Prabowo Subianto lleva toda una vida compitiendo por el premio mayor de la política indonesia. Ahora, con una amplia ventaja en las últimas encuestas, parece que la presidencia está finalmente a su alcance. Su candidatura ha generado mucha atención debido a la presencia del hijo de Widodo en su lista, postulándose como aspirante a la vicepresidencia, una alianza que ha recibido el apoyo implícito del mandatario y que al parecer le ha beneficiado.
El favorito se encuentra en su tercera contienda electoral presidencial, y durante este tiempo ha logrado forjar una relación de amistad con su ex rival Widodo. Estratégicamente, ha adoptado la imagen de "el hombre de Jokowi", buscando capitalizar su popularidad y prometiendo dar continuidad a sus políticas, bien recibidas por el público.
Adicionalmente, ha llevado a cabo una estrategia de cambio de imagen, abandonando la de hombre duro para adoptar una apariencia más simpática y amigable. Incluso se ha mostrado en redes sociales como un anciano bailarín, buscando generar empatía y un contraste notorio con la percepción que algunos indonesios tienen de él como exgeneral del ejército, enfrentado a duras acusaciones de violaciones a los derechos humanos.
Militar ambicioso que sirvió principalmente en las Fuerzas Especiales (Kopassus), su matrimonio con una hija del autoritario ex presidente Soeharto aceleró su carrera. Ascendió al rango de teniente general y, finalmente, al puesto clave de comandante de la poderosa Reserva Estratégica del Ejército (Kostrad) en la capital, Yakarta. Cuando el régimen de Soeharto empezó a tambalearse en medio de la crisis financiera de 1997, se involucró en operaciones encubiertas para defender el régimen del Nuevo Orden, represivo y respaldado por el ejército, frente a sus críticos.
Bajo su dirección, la "Brigada Rosa" de las Fuerzas Especiales fue acusada de secuestrar y torturar a más de 20 estudiantes manifestantes, de los cuales 13 continúan desaparecidos, presuntamente muertos. El propio Prabowo ha admitido los secuestros, pero niega haber participado en ningún asesinato. Aunque varios de sus hombres fueron juzgados y condenados, él nunca fue procesado. Las acusaciones contra él supusieron que, durante años, se le denegara el visado para entrar en Estados Unidos. Asimismo, niega toda una serie de acusaciones anteriores relacionadas con atrocidades cometidas por las fuerzas especiales bajo su mando en Timor Oriental y Papúa, incluidas presuntas torturas y homicidios.
En este proceso electoral no ha ocultado sus credenciales militares y de mantenimiento del orden público, en contraposición a los valores pluralistas y progresistas de la última década. Además, en ocasiones, ha mantenido vínculos incómodos con los segmentos islámicos más duros de la sociedad indonesia.
En una democracia relativamente nueva, con aún reciente en la memoria la violencia y la represión de la era militar de Suharto, los estrechos vínculos de Prabowo con el antiguo régimen se han visto como un presagio de lo malo que está por venir.
Todas estas alianzas políticas y cambios estratégicos han generado críticas y escepticismo en algunos sectores, quienes cuestionan la autenticidad de su nuevo enfoque y si realmente refleja una transformación en sus convicciones políticas. En última instancia, serán los votantes quienes decidirán si su estrategia resulta efectiva y si logra convencer de su capacidad para liderar el país.
Otro de los aspirantes del partido gobernante, Ganjar Pranowo, que se ha aliado con el ex ministro de Seguridad Mahfud MD, apuesta en gran medida por la continuidad.
El único candidato de la oposición es el ex gobernador de Yakarta Anies Baswedan, que se presenta junto a Muhaimin Iskandar, fuertemente vinculado a la mayor organización islámica de Indonesia, Nahdlatul Ulama, con unos 40 millones de miembros. Este antiguo rector de universidad recibió elogios por su labor en la mejora de las infraestructuras de Yakarta durante su mandato como gobernador, pero el roce con la política identitaria que le llevó a ese cargo también ha alejado a algunos electores.
De acuerdo con los sondeos de opinión realizados la semana pasada, Prabowo se ubicaba ligeramente por encima del 50% de apoyo electoral, en segundo lugar, se encontraba Anies Baswedan, con aproximadamente el 24% de intención de voto, seguido por Ganjar Pranowo, quien obtenía alrededor del 20% de respaldo.
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