Espionaje en EEUU

Golpe bajo al orgullo francés

El ministro de Exteriores galo, Laurent Fabius
El ministro de Exteriores galo, Laurent Fabiuslarazon

Francia reiteró que considera "totalmente inaceptable"el espionaje al que fueron sometidas decenas de millones de comunicaciones en el país por parte de Estados Unidos, al que reclamó "una respuesta tangible"y rápida que demuestre que esas prácticas han terminado.

Los «oídos» del espionaje estadounidense no tienen fronteras ni límites en el allanamiento de la privacidad. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ya no se conforma con penetrar en las intimidades diplomáticas de sus socios y hacerse con sus secretos. La vida y las conversaciones de los franceses también formarían parte de sus objetivos, según revelaba ayer «Le Monde», que ha tenido acceso a nuevos documentos de Edward Snowden. Los archivos clasificados y aireados por el ex empleado de la agencia ponen al descubierto un sistema de espionaje masivo del que Francia habría sido objeto, al menos, hasta principios de este año. Solamente entre el 10 de diciembre de 2012 y el 8 de enero de 2013, se habrían controlado y registrado más de 70 millones de comunicaciones, a razón de tres millones de datos telefónicos cada día, con máximos de hasta 7 millones entre el 24 de diciembre y el 7 de enero.

En el punto de mira de la NSA se encuentran individuos presuntamente relacionados con actividades terroristas, pero también personas vinculadas al mundo empresarial, así como políticos, hombres de negocios, instituciones y personal de la Administración, aunque el rotativo no proporciona más detalles sobre la identidad de los espiados.

Nada más conocerse la noticia, el Gobierno francés convocaba ante el Ministerio de Exteriores al embajador de EE UU en Francia para pedir explicaciones. Pero tras quince minutos en el Quai d'Orsay, Charles Rivkin abandonaba la sede diplomática sin añadir mucho más a «la excelente relación a nivel militar, de inteligencia y de fuerzas especiales» que une a ambos países, según comentó a varios medios antes de ser llamado a rendir cuentas. «EE UU ya ha comenzado a revisar la manera en que recaba sus informaciones para encontrar el equilibrio entre las exigencias legítimas de seguridad y el respeto a la vida privada», se limitó a apuntar.

Pero París pide más. «Visiblemente hay que ir más lejos», declaraba el jefe de la diplomacia gala, Laurent Fabius, tras explicar que ya en junio, al conocerse las primeras revelaciones sobre espionaje en embajadas y sedes europeas, el Ejecutivo francés reaccionó «con gran firmeza». «Este tipo de prácticas entre socios, que atentan contra la vida privada, son totalmente inaceptables», recalcó Fabius, que hoy se reúne con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, de gira en Europa para tratar la crisis de Siria y que no podrá eludir la delicada cuestión con su anfitrión. Un portavoz de la Casa Blanca se limitó a decir que EE UU espía «como todos los países».

También el primer ministro pidió explicaciones inmediatas y que Washington ponga fin a esas prácticas, en caso de que continúen. Para Jean Marc Ayrault, la intromisión en la privacidad de los ciudadanos franceses no tiene ninguna justificación «estratégica o de seguridad nacional», y aseguró que ahora no se va a conformar con más «respuestas evasivas».

Para practicar sus «escuchas», la agencia de contraespionaje estadounidense habría recurrido a sofisticados métodos que permiten interceptar las conversaciones de determinados números de teléfono y grabarlas automáticamente, también detectar el contenido de los mensajes de texto a partir de palabras clave y almacenar sistemáticamente el historial de comunicaciones de sus objetivos. Millones de datos que la NSA habría obtenido también mediante la supervisión de populares redes sociales como Facebook y de portales como Google y Yahoo. Además, entre el 1 y el 31 de enero de este año, la agencia habría puesto «especial atención» en la mensajería electrónica de «wanadoo.fr», antigua filial de Orange, que cuenta con 4,5 millones de usuarios, y en «alcaltel.lucent.com», empresa francoamericana de telecomunicaciones.

A raíz de la primera tanda de revelaciones, en junio pasado, la Fiscalía de París abrió una investigación preliminar, pero, según los documentos filtrados por Edward Snowden, el espionaje de Francia no es nada comparado con el que Washington practica en otros socios como Alemania o Reino Unido.