Política

El Futuro de Venezuela

Guaidó abre la puerta a todas las opciones para liberar a Venezuela

El presidente interino de Venezuela lanza una amenaza velada si Maduro se enroca en el poder, aunque prefiere dar prioridad a un incremento de la presión diplomática.

Juan Guaidó
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El presidente interino de Venezuela lanza una amenaza velada si Maduro se enroca en el poder, aunque prefiere dar prioridad a un incremento de la presión diplomática.

Venezuela amaneció intranquila en sus fronteras. En las poblaciones limítrofes con Colombia, como San Antonio y especialmente Ureña, las calles despertaron con escombros, huellas de las protestas del sábado y mucho miedo. En algunos puntos, barricadas de la Guardia Nacional preparadas por si se repetía la lucha del día anterior que dejó al menos 295 heridos. También, desde muy temprano, grupos paramilitares chavistas se organizaron para mantener el «orden» apelando al miedo. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) registró la actuación de estos grupos en nueve estados del país el sábado y ayer volvieron a ser vistos en Ureña. El ministro de Información, Jorge Rodríguez, dijo que no eran oficialistas, sino un «falso positivo»: «Ya hemos capturado a dos de esas personas y vienen sorpresas con respecto a quiénes eran esos encapuchados».

Pasado el mediodía, se reactivaron los enfretamientos en los puentes fronterizos. Las imágenes recogidas por algunas cámaras mostraban choques de grupos con piedras con funcionarios de cuerpos de seguridad de Estado. Entretanto, la situación se recrudecía en la frontera sur, limítrofe con Brasil. En Santa Elena de Uairén se mantuvo la represión, en un territorio donde hasta la mañana de ayer se registraban tres personas muertas desde el viernes y medio centenar de heridos por armas de fuego. El alcalde, el opositor Emilio González, huyó a suelo brasileño denunciando amenazas y desde Paracaima denunció que la violencia chavista había dejado al menos 20 muertos del lado venezolano, cifra que la Prensa y ONG no han podido verificar.

En cualquier caso, el debate nacional ayer ya no era sobre si la ayuda humanitaria podía entrar o no por la frontera, sino las palabras de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido presidente interino por más de 50 países, que afirmó que «todas las cartas» están sobre la mesa, una vez vista la violencia desatada el sábado. «Seguimos recibiendo el respaldo de la comunidad internacional, que ha podido ver, con sus propios ojos, cómo el régimen usurpador viola el protocolo de Ginebra, que dice claramente que destruir la ayuda humanitaria es un crimen de lesa humanidad».

Opositores como el exiliado Antonio Ledezma llamaban a Guaidó a solicitar una intervención humanitaria extranjera en el país bajo el concepto de la «responsabilidad de proteger», haciendo efectiva una previsión constitucional que permite al presidente del país convocar a fuerzas internacionales. También Julio Borges, representante de Guaidó ante el Grupo de Lima, dijo que en la reunión multinacional de mañana pedirá que los países apliquen acciones diplomáticas más contundentes e incluso el uso de la fuerza contra Maduro. Indicó que aprovecharán la presencia del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, y de los cancilleres latinoamericanos para solicitar «acciones contundentes», pues «lo que ocurrió ayer abre las puertas a una estrategia más determinante, definitiva e inmediata». Guaidó, que se desplazó a Bogotá para la cita del Grupo de Lima, insistió en denunciar la «violencia sin precedentes del Gobierno de Maduro». «Vinimos para ayudar a nuestro pueblo que resiste e insiste en buscar la democracia y la libertad».

El ministro de Exteriores, Josep Borrell, advirtió ayer de que España no apoyaría una intervención militar extranjera en Venezuela y aseguró que «no todas las posiciones están sobre la mesa» para solucionar esa crisis. «No todas las posiciones están sobre la mesa. Hemos advertido claramente que no apoyaríamos y condenaríamos firmemente cualquier intervención militar extranjera, que esperamos que no se produzca», dijo Borrell.