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Guerra en Ucrania

Guerra en las vías: la operación ucraniana que golpeó las rutas críticas de suministro ruso

Ucrania logró sabotear la industria ferroviaria desde dentro

Al menos tres personas han fallecido este fin de semana después de que se registraran varios ataques contra infraestructuras ferroviarias rusas. Los incidentes formarían parte de una serie acciones orquestadas por la inteligencia militar ucraniana (HUR), en colaboración con las Fuerzas de Operaciones Especiales (SSO) de Ucrania.

Fuentes militares han asegurado al Kyiv Independent que se trató de una operación "singularmente compleja", con la que estarían buscando bloquear "rutas de suministros críticas para las fuerzas rusas que operan en las direcciones de Kharkiv y Sumy".

Dos de las bajas se produjeron el sábado 13, mientras miembros de la Guardia Nacional Rusa trataban de desactivar minas no identificadas que habían sido halladas en las vías del tren próximas a la ciudad de Oriol, situada a cerca de 190 kilómetros de la frontera con Ucrania. La explosión provocó la interrupción del servicio ferroviario, y fue confirmada por el gobernador provincial, Andrey Klychkov.

Desafíos logísticos

El segundo de los incidentes tuvo lugar durante la noche del 14 de septiembre. Una nueva detonación habría tenido lugar en las vias de la ruta San Petersburgo-Pskov, próxima la frontera con Estonia. Fuentes ucranianas afirmaron que una locomotora descarriló, y 15 vagones cisterna llenos de combustible quedaron destruidos.

"Como resultado de los daños (...) Rusia enfrentará serios desafíos logísticos, lo que afectará significativamente su capacidad para llevar a cabo operaciones ofensivas contra las fuerzas de Ucrania", aseguraron personas al tanto de la operación al Kyiv Independent.

En las últimas horas, el Estado Mayor General ucraniano también han reivindicado un ataque contra una refinería localizada en la región de Sarátov de la Federación Rusa. En este sentido, durante la noche del domingo drones ucranianos alcanzaron las instalaciones de Kirshi, la tercera mayor refinería en términos de producción del país, y situada en la región rusa de Leningrado.

Este tipo de operaciones, cada vez más frecuentes, se inscriben dentro de la estrategia de Kiev de golpear objetivos de alto valor en territorio ruso. El propósito es reducir el potencial militar y económico de Moscú, dificultando su capacidad de sostener la ofensiva en Ucrania mediante la interrupción de la cadena de suministro energético y la destrucción de infraestructura crítica. Además, los ataques buscan enviar un mensaje político y psicológico, mostrando que ninguna instalación clave está fuera del alcance de la guerra en curso.