Política

India

Hollande, borrón y cuenta nueva

Alivio en el Partido Socialista francés tras su ruptura con Trierweiler

Valérie Trierweiler, ayer, a su llegada al aeropuerto de Bombay, en India
Valérie Trierweiler, ayer, a su llegada al aeropuerto de Bombay, en Indialarazon

Borrón y cuenta nueva. El anuncio oficial de la separación entre François Hollande y Valérie Trierweiler ha puesto fin a quince días de un psicodrama que ha enrarecido el ya deletéreo clima económico y social que se vive en Francia. A partir de ahora, el gobernante socialista ejercerá en solitario. No es el primer soltero del Elíseo, pero aunque su situación no deja de ser una anomalía en la historia reciente de la V República, a los franceses no parece preocuparles demasiado tener un presidente célibe. Tampoco a la clase política, que respira aliviada tras la esperada clarificación. «No es ningún problema», declaraba ayer la candidata socialista al Ayuntamiento de París, Anne Hidalgo, que defendía haber «votado por un presidente y no por una pareja». Para el ministro de Empleo, «la decisión era necesaria», y denunció el exceso de curiosidad y «voyeurismo» con que «demasiada gente» esperaba el anuncio de la separación.

Una ruptura que habría sido menos tormentosa de lo que se auguraba a juzgar por el entorno de la ex primera dama. Valérie Trierweiler ha quedado «en buenos términos» con Hollande, señalaban ayer sus colaboradores a un puñado de medios galos. Las mismas fuentes confirmaron que ambos acordaron el fin oficial de la relación durante un almuerzo «que se desarrolló bien». Los detalles de la negociación se desconocen, salvo que Trierweiler debería regresar al piso que compartían en el distrito XV de París y cuyo alquiler sigue figurando a nombre del político galo. Entre los escasos mensajes de solidaridad con la «ex» de Hollande, sorprendió el de la ultraderechista Marine Le Pen, escandalizada por la «brutalidad con la que Trierweiler ha sido repudiada y el método utilizado», cuestionando así el supuesto carácter «bonachón» de Hollande.

La prueba de que la periodista está superando el traumático trance es el viaje que ayer emprendió a India en apoyo a la ONG Acción contra el Hambre. Decenas de reporteros y fotógrafos aguardaban en el aeropuerto Charles de Gaulle a la colaboradora de «Paris Match», que, pese a haber perdido su condición de consorte elísea, transitó excepcionalmente por las zonas restringidas para evitar flashes y preguntas. La marcha de la primera dama va a generar además un ahorro de 400.000 euros anuales en el gasto público. Lo comentaba ayer, ufano, el diputado socialista René Dosiere, ferviente opositor a la figura de la «first lady», cuya definición no recoge ningún texto jurídico francés, y a la que «se ha puesto fin de facto», recalcó.

Pasada la página de sus vicisitudes sentimentales, Hollande va a poder centrarse en gobernar. Sin más interferencias. En el plano diplomático, hoy inicia un viaje oficial de dos días a Turquía antes de ser recibido en la Casa Blanca por el matrimonio Obama el 11de febrero. Pero su principal caballo de batalla consistirá en materializar el giro socioliberal anunciado a primeros de mes: reducción de cargas sociales a las empresas y recortes del gasto público por valor de 50.000 millones de euros de aquí a 2017, «sin destruir nuestro modelo social», aseguró la pasada semana el primer ministro, Jean Marc Ayrault, que en abril comunicará a sus ministros la cifra definitiva del ajuste que tendrán que realizar para el trienio 2015-2017.