Política

Somalia

Instrumento yihadista

La Razón
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El relato es estremecedor: tuit a tuit, foto a foto, Al Shabab (@HSMPress) exhibe en Twitter el cadáver de un soldado de Kenia en Somalia, y su posterior linchamiento, "sin piedad por una multitud enfurecida", hasta que quedó a merced "de los perros que lo van a devorar". Junto a otra foto con sus efectos personales, se mofan: "Este infiel no se fuma sus cigarrillos en el infierno".

Ocurrió en septiembre, sin que por aquí tuviéramos mucha noticia. Este miércoles, Al Shabab volvió a exhibir su crueldad: "Dennis Allex ha sido ejecutado", tuiteó con frialdad. Un bombazo sin bomba en occidente porque Dennis Allex era francés. Su muerte nos recuerda el infierno de Somalia, y nos enfrenta a una inquietante evidencia: las redes sociales se han convertido en un potente instrumento de propaganda yihadista con el que alcanzan a todo el mundo con plena libertad.

Pero no sólo cuentan sus atrocidades. También sus supuestas acciones benéficas, y todo su argumentario. "Cuando uno de los líderes muyahidines es asesinado, la noticia tiene una cobertura favorable en los medios de comunicación, un kafir (infiel) es asesinado y es etiquetado como "repugnante"". Y todo al módico precio de una conexión a internet.