Militarismo

Japón abandona el pacifismo con la aprobación de las exportaciones de cazas de última generación

El Gobierno de Fumio Kishida desregula de forma gradual las cláusulas de la Constitución que limitan su Ejército a la autodefensa

FILE - Britain's Defense Minister Grant Shapps, right, Italy's Defense Minister Guido Crosetto, left, and Japanese Defense Minister Minoru Kihara, center, shake hands after a signing ceremony for the Global Combat Air Programme (GCAP) at the defense ministry, Dec. 14, 2023, in Tokyo, Japan. Japan’s Cabinet on Tuesday, March 26, 2024, approved a plan to sell future next-generation fighter jets that it’s developing with Britain and Italy to other countries, in the latest move away from the coun...
Los representantes de Italia, Reino Unido y Japón sellan el acuerdo para producir de forma conjunta cazas de última generaciónASSOCIATED PRESSAgencia AP

Japón se aleja a marchas forzadas de la doctrina pacifista que adoptó al término de la Segunda Guerra Mundial. Si hace apenas unas horas se hacía público que el país asiático planea blindar en las próximas semanas el acuerdo de seguridad que le vincula a Estados Unidos desde 60 años, este martes el Consejo de Ministros que preside Fumio Kishida ha aprobado un plan para exportar a terceros países los cazas de última generación que está desarrollando junto con Italia y Reino Unido desde finales de 2022. Las partes trabajan en la producción de un avión de combate avanzado que sustituya a su anticuada flota de cazas F-2 de diseño estadounidense y a los Eurofighter Typhoon que utilizan las Fuerzas Armadas italianas y británicas.

El Ejecutivo nipón espera que esta medida refuerce el papel de Tokio en el proyecto conjunto de aviones de combate y su posición como garante de la seguridad mundial. Kishida alega que la prohibición de exportar productos acabados obstaculizaría los esfuerzos para desarrollar el nuevo caza y limitaría al paós a un papel de apoyo en el proyecto, aunque matiza que por ahora no tiene previsto exportar armas letales desarrolladas conjuntamente, a excepción de los nuevos cazas, que no se espera que entren en servicio hasta 2035.

El Gobierno de Kishida aprobó también una revisión de las directrices japonesas sobre transferencia de equipos y tecnología armamentística con el objetivo de permitir la venta de armas letales de producción conjunta a terceros países, una clara desregulación de las cláusulas vigentes en la Constitución de corte pacifista, que limita su Ejército a la autodefensa. En otros términos, Japón podrá por primera vez exportar a otros países las armas letales que fabrica en proyectos conjuntos.

En 2014, el Gobierno nipón comenzó a exportar algunos suministros militares no letales, y en una última medida el pasado diciembre, aprobó un cambio que permitiría la venta de 80 armas letales y componentes que fabrica bajo licencias de otros países de nuevo a los licenciadores. El cambio gradual despejó el camino para que Japón vendiera misiles Patriot de fabricación estadounidense a Estados Unidos, ayudando a sustituir las municiones que Washington estaba enviando a Ucrania.

Es el fin de los principios pacifistas de posguerra que adoptó el país como potencia agresora. Un fin que viene motivado, según las autoridades, por la creciente amenaza de Rusia, China y Corea del Norte.

Kishida solicitó la aprobación del Gobierno antes de firmar el acuerdo con Londres y Roma en febrero, pero se retrasó por la resistencia de su socio de coalición menor, el partido Komeito, de inspiración budista. La oposición, sin embargo, acusa al primer ministro de comprometerse con el proyecto sin haber dado explicaciones a la opinión pública ni solicitar la aprobación de este importante cambio de política. Las encuestas reflejan una amplia división social al respecto.