Estados Unidos
La deuda de Trump: 574 millones de euros
La situación de los negocios del candidato republicano, que siempre se ha negado a hacer pública su declaración fiscal, sería crítica según una investigación realizada por «The New York Times»
La situación de los negocios del candidato republicano, que siempre se ha negado a hacer pública su declaración fiscal, sería crítica según una investigación realizada por «The New York Times»
Siempre se ha resistido a hacer públicas sus cuentas. A pesar de que la palabra magnate siempre sucede a su apellido, nadie sabe a ciencia cierta cuál es la situación económica del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump. Quizá el antecendente de Mitt Romney, candidato conservador en 2012, pesa demasiado. Cuando Romney accedió por fin, tras una fuerte resistencia, a revelar sus ingresos, puso de pie a más de uno al conocerse que ganaba alrededor de 40.000 dólares al día debido a sus inversiones. Sin embargo, el misterio sobre las cuentas de Trump fue resuelto por «The New York Times» y los motivos parecen ser totalmente opuestos a los del ex candidato a la Casa Blanca. Trump debe más de lo que ingresa. Según una investigación publicada ayer por el periódico estadounidense, las compañías del hombre de negocios tienen una deuda de, al menos, 574 millones de euros (650 millones de dólares), dos veces la cantidad reflejada en la documentación obligatoria que los candidatos presidenciales deben presentar ante las autoridades federales.
En este artículo, también se desvela que gran parte de los acreedores y los fiadores de Trump resultan ser algunas de las víctimas de sus ataques durante la campaña. Entre ellos, destaca uno de los prestamistas de los 950 millones de dólares del edificio de la Sexta Avenida de Manhattan, el Banco de China, uno de los más grandes del país asiático. Trump ha atacado a este gigante asiático en diferentes ocasiones por, entre otras cosas, «haber robado los trabajos a los estadounidenses». Al mismo tiempo, el banco Goldman Sachs también habría apoyado a Trump con la compra de este edificio, a pesar de que les ha acusado de controlar a la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton.
A la vez, la investigación del «New York Times» profundiza en que la fortuna del candidato de verso desmedido está vinculada a tres alianzas, las cuales poseen una deuda de 2.000 millones de dólares. Esta dudosa gestión de sus negocios coincide con sus cuatro bancarrotas, las cuales tuvieron lugar en 1991,1992, 2004 y 2014. La primera se produjo tras utilizar bonos basura para construir el Trump Taj Mahal en Atlantic City. Le fue imposible pagar los intereses de los préstamos. Tuvo que declararse en bancarrota y vender su yate, su aerolínea y parte de su casino. Un año después le llegó el turno al Trump Plaza, también en Atlantic City, donde perdió 550 millones de dólares. Lo que se añadió a su deuda personal de 900 millones. La tercera bancarrota vino en el año 2004 cuando los Hoteles y Casinos Trump registraron una deuda de 1.800 millones de dólares. La cuarta se produjo tras la caída de Trump Entertainment Resorts.
La situación de morosidad del candidato republicano desvelada por el rotativo estadounidense plantea la duda de si en caso de que se hiciese con la Casa Blanca, pudiese utilizar su poder para beneficiarse a sí mismo o a sus negocios.
Al conocer la información que iba a publicar el diario neoyorquino, Trump publicó un mensaje en la red social Twitter llamando «moribundo» a «The New York Times». Y es que, sin duda, desde la nominación oficial del candidato republicano en junio, no hay día en el que no se desate una polémica en la carrera del conservador por la Casa Blanca. La dimisión de dos de sus directores de campaña, los supuestos vínculos de uno de ellos con el ex presidente ucraniano, Viktor Yanukovich y los pagos en negro de éste y sus salidas de tono constantes, no hacen más que allanar el camino a su rival demócrata, Hillary Clinton, para hacerse con el Despacho Oval. La mayoría de las encuestas siguen dándole a la ex secretaria de Estado una ventaja de dos dígitos. Por este motivo Trump se reunió ayer con el recién creado «Consejo Nacional Hispano de Asesoramiento», un conjunto de líderes empresariales, civiles y religiosos, para relanzar su debilitada posición en las encuestas, centrándose especialmente en el votante hispano. Una tarea compleja tras los comentarios despectivos que durante toda la campaña de primarias lanzó contra estas minorías de EE UU. Entre otros, calificó a los inmigrantes provenientes de México de «violadores» y responsables del tráfico de droga, y ha prometido la construcción de un muro en la frontera sur estadounidense para frenar la inmigración irregular. Y no sólo eso. El controvertido magnate también ha causado revuelo por criticar al juez federal encargado del caso del presunto fraude de la Universidad Trump de ser parcial por tener orígenes mexicanos, pese a haber nacido en Indiana.
«Su participación es sólo uno de los componentes de nuestro esfuerzo expansivo para comprometernos con la comunidad hispana, y su colaboración nos ayudará a competir por cada voto en cada comunidad hasta el día de las elecciones», apuntó Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano. Los hispanos representan el 17% de la sociedad estadounidense y ya se han registrado 25,4 millones para las presidenciales del 8 de noviembre.
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