Papel

La doctrina «América sola»

La Razón
La RazónLa Razón

Trump tachó a China y Rusia de «competidores» que tratan de desafiar el poder de Estados Unidos. ¿Afectará a las relaciones bilaterales?

–China es el reto más importante. Trump sacrificó el liderazgo de su país abandonando el Acuerdo Transpacífico. Como consecuencia, los países asiáticos ven en Pekín la indiscutible potencia hegemónica de la región. Esto complica aún más tratar asuntos como la expansión china en el mar del sur de China. Rusia es más débil y económicamente inferior a España. Putin ha sacado ventaja de los errores de EE UU (especialmente en Ucrania con Obama) y está claramente dirigiendo una guerra cibernética contra EE UU y otros países de Occidente. No sorprende que Trump no se enfrente a Rusia y su ciberguerra. Esto no es una nueva Guerra Fría, pero es preocupante dada la agresividad de Moscú. El énfasis en las armas nucleares como base de defensa es parecido al de la Guerra Fría, pero las armas nucleares no se pueden usar. Es engañoso enfatizar tanto esta línea de defensa.

La Casa Blanca repite que «América primero» no significa «América sola», ¿pero no parece esto precisamente?

–La constante insistencia de Trump sobre la OTAN muestra que él sólo contempla «América sola». Sólo las intervenciones del secretario de Defensa Mattis y del consejero de Seguridad Nacional McMaster han modificado la aversión de Trump por los aliados. Esta presión anti-globalización la fomentó Bannon y no tiene sentido. Las alianzas no son sólo militares, también se basan en el poder económico y diplomático, en consensos construidos en el sistema internacional y otras herramientas de «poder suave». Trump es un ignorante al respecto y su retórica se dirige a satisfacer a sus seguidores. La ironía es que ha mostrado muy poca inclinación a usar el poder militar para lograr sus metas y a la vez liquida las herramientas de poder suave del Gobierno. Es una incompetencia jamás vista en la Casa Blanca.