Referéndum en Reino Unido
La dualidad del «premier»
La figura de Cameron dentro de la UE refleja que existe una dualidad: desde la perspectiva de Bruselas, es visto como un euroescéptico cínico e interesado y como un lastre para el proyecto europeo, mientras que en Reino Unido es visto como el eurófilo más destacado del país y el líder de la campaña de la permanencia en la Unión. Son, en gran parte, sus intentos de manejar esta doble percepción que se tiene de él, en su país y fuera de él, los que han desembocado en el «rompecabezas político» que afronta hoy Reino Unido.
Cameron ha sido el líder del Partido Conservador durante once años, lo que le ha convertido en uno de los políticos más veteranos en la historia de esta formación. Ha sido primer ministro durante seis de esos once años, pero ganó sus primeras elecciones generales en 2015. A pesar de la longevidad de Cameron en las altas esferas de la política británica, el país entero sigue desconcertado sobre qué defiende realmente, dejando a un lado su persecución y mantenimiento del poder. Margaret Thatcher dijo una vez sobre su forma de entender la política que, «si te pones en medio de la carretera, te llevas golpes de ambos lados». Cameron surgió como «el heredero de Blair», cuyo punto de vista era más bien contrario al de Thatcher: «La victoria se encuentra dominando el centro». En retrospectiva, parece que el enfoque de Thatcher ha sido el más acertado, ya que Blair es ahora igual de rechazado tanto en la izquierda como en la derecha de la política británica y David Cameron está intentando desesperadamente evitar el mismo destino.
Cuando el Partido Conservador dejó el Partido Popular Europeo en 2009, muchos políticos europeos se quedaron estupefactos sobre por qué Cameron y el Partido Conservador querrían dejar la formación política más grande de la UE y formar, por otro lado, un partido euroescéptico. En Reino Unido esta decisión se vio con insatisfacción por los euroescépticos y por una gran parte del Partido Conservador, quienes pensaron que se trataba de un compromiso muy pobre hacia el referéndum prometido por Cameron y de una muestra de la intención de abandonar la UE. Estos hechos son un microcosmos de lo que sucede hoy en día.
Con la promesa de un plebiscito durante la campaña para las elecciones generales de 2010 y de 2015, Cameron sabía que no sería capaz de mantener unidos a su Gobierno y a su partido sin cumplir finalmente una de sus promesas electorales más controvertidas. Puesto que no fue capaz de lograr el gran objetivo de reformar la UE, se vio obligado a hacer campaña a favor de la Unión sin reformar lo que ha criticado siempre. Es probable que esta postura sin principios les haya condenado tanto a él como a sus compañeros de viaje al mismo desierto político en el que ahora vive Blair. La batalla sobre la permanencia en la UE ha sido el equivalente a la Guerra Fría en Reino Unido desde hace 50 años e, indudablemente, una «guerra caliente» en el Partido Conservador desde hace 30.
Independientemente del resultado del referéndum, es poco probable que Cameron siga siendo primer ministro durante más de un año y medio, y pasará ese tiempo «recibiendo golpes de ambos lados».
* Concejal conservador en el Ayuntamiento de Londres y presidente del think tank Bow Group
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