San José

La retirada del candidato oficialista abre un panorama inédito en las elecciones en Costa Rica

La retirada del candidato presidencial oficialista, Johnny Araya, abre un panorama inédito en la historia electoral de Costa Rica con la obligación de realizar una segunda ronda, y además plantea a Luis Guillermo Solís, ya único aspirante, la necesidad de lograr acuerdos.

Para la segunda ronda del próximo 6 de abril, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) tiene su presupuesto preparado, de 4,1 millones de dólares y el proceso se realizará con normalidad pese al anuncio de Araya de retirarse, el miércoles, pues la Constitución Política prohíbe renunciar a la candidatura.

"El proceso de elección continúa en marcha porque solo el pueblo puede determinar quien va a ser el próximo presidente", declaró hoy a Efe el asesor de Gestión Política y portavoz del TSE, Gustavo Román.

El funcionario aseguró que la candidatura de Araya, del Partido Liberación Nacional (PLN), "sigue vigente"y que el proceso electoral "continúa dentro de los cánones normales fijados por la Constitución Política".

Para el analista político Claudio Alpizar, según comentó a Efe, la retirada de Araya no afecta al sistema democrático, pero sí al proceso electoral y a la credibilidad de los costarricenses en la clase política, de por sí ya deteriorada.

"Lo principal es decir que nuestro sistema democrático es tan fuerte, tan sólido, que tiene la legislación correspondiente para este tipo de casos, así que tendremos elecciones, aunque tal vez un poco desteñidas", manifestó.

Para Alpízar, "no son válidas"las razones expuestas por Araya para desistir de sus aspiraciones presidenciales sobre falta de dinero para hacer campaña, los resultados negativos de encuestas hechas por el partido y divisiones internas.

"Es una eutanasia política sabiéndose perdedor y seguramente con un margen muy alto de oposición. Prefirió retirarse antes que esperar el día de las elecciones por una posible derrota histórica para el Partido Liberación Nacional", opinó el analista.

Por su parte, Luis Guillermo Solís, del centro izquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC), dijo hoy que aspira a construir una unidad nacional que englobe a sectores políticos, sociales y empresariales, con el fin de enfrentar los retos más urgentes del país.

"No creo que la unidad se construye a partir de acuerdos entre cúpulas políticas que terminan repartiéndose como si fuera un queque (torta) los puestos del Estado, y tampoco entre dos partidos. Es un debate muchos más amplio con sectores privados, productivos y sociales", dijo Solís al programa Nuestra Voz de Radio Monumental.

Las tarifas eléctricas, el combate al contrabando, el gasto del Estado, el déficit fiscal, que en 2013 cerró en un 5,4 % del Producto Interno Bruto, y obras de infraestructura, han sido algunos de los temas señalados por Solís como prioritarios para el país.

Solís calificó al abstencionismo como "el enemigo de la democracia costarricense"y reiteró su llamamiento a los ciudadanos a acudir a las urnas, pues considera esa será la forma en que quedará legitimado si llega a gobernar, como parece seguro.

"Para que el nuevo gobierno pueda acometer esa tarea tan importante y encaminarnos hacia la construcción de una agenda de Estado con los grandes proyectos que puedan sacarnos del punto de parálisis en que nos encontramos, se necesita un mandato claro, una expresión popular", argumentó.

Entretanto, los sectores empresariales se pronunciaron en favor de luchar por "el interés país"y dejar atrás intereses partidistas y personales.

Entre las peticiones de los empresarios, sectores productivos y financieros, sobresalen la reducción de las tarifas eléctricas, no negociar más tratados de libre comercio, dar prioridad al desarrollo del turismo, combatir el déficit fiscal y estabilizar el tipo de cambio del dólar.

Para el analista Alpízar, ahora Solís tiene la oportunidad de construir con tranquilidad el diálogo con los diferentes actores económicos y políticos del país, así como para definir el equipo que lo acompañará en su gobierno para el periodo 2014-2018.

Así, el 8 de mayo próximo, podría "empezar un Gobierno que devuelva la credibilidad política", que a su juicio es lo que ha faltado al Gobierno de Laura Chinchilla, aseguró.