Crisis en Egipto
Los Hermanos Musulmanes convocan nuevas protestas pese a la amenaza de prohibición
Los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi no se rinden y siguen bajando a la calle cada viernes. Los Hermanos Musulmanes convocaron nuevas protestas ayer, a pesar de las grandes medidas de seguridad, reforzadas después del atentado contra el Ministro del Interior el jueves en El Cairo. Ayer los tanques volvían a estar desplegados en los puntos calientes de la capital egipcia y también en el barrio de Medinat Nasser, donde tuvo lugar la explosión al paso del convoy de Mohamed Ibrahim el día anterior. Uno de los heridos en esa explosión falleció ayer en el hospital.
Nadie ha reivindicado aún el ataque pero los islamistas temen ser culpados, incluso sin pruebas, ya que ahora mismo gran parte de la opinión pública egipcia los denomina sin tapujos terroristas y los responsabiliza de toda la violencia que tiene lugar en las calles. Ellos insisten en su carácter pacífico y en la necesidad de seguir luchando, en el marco de la ley y sin violencia. "No perdáis la esperanza, porque eso es lo que esperan. No os dejéis arrastran a actos violentos, porque eso es lo que quieren", rezaba un comunicado de la Coalición contra el golpe, que más de dos meses después del mismo no cesa en su empeño. Pero los islamistas pierden poder de convocatoria a cada semana que pasa y también apoyo popular. Ayer no fueron los únicos que bajaron a la calle, sino que también hubo algunas manifestaciones para denunciar el atentado contra el Ministro del Interior y mostrar su apoyo a la Policía y el Ejército.
En varias localidades de todo el país, los seguidores y los detractores de Mursi se enfrentaron ayer como no ocurrían desde hace dos semanas, con el saldo de al menos dos personas muertas y decenas heridas. En la ciudad de Damietta, en la costa mediterránea, falleció un hombre miembro de la Hermandad, según el diario estatal Al Ahram, mientras que en Alejandría los manifestantes islamistas fueron atacados por los vecinos de Sidi Gaber, barrio siempre muy conflictivo.
Las autoridades han proseguido con la campaña de arrestos de miembros de los Hermanos Musulmanes en todo Egipto y el Gobierno interino ha vuelto a amenazar con ilegalizar el grupo, tal y como ya había advertido el primer ministro Hazem Beblawy. El Ministerio de Solidaridad Social –encargado de supervisar las organizaciones no gubernamentales- estaría preparando ya el decreto para prohibir la Hermandad, que se registró como ONG el año pasado, precisamente para sortear los obstáculos legales. Las autoridades podrían anunciarlo a principios de la semana que viene, lo cual devolvería al grupo a la clandestinidad, donde sobrevivió más de 50 años. Con la ley en la mano, las autoridades podrían ampliar la represión contra los islamistas y eliminarlos definitivamente de la vida pública y política.
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