Los indecisos, objetivo de Syriza y Nueva Democracia

Resulta llamativo que ante unos comicios tan relevantes, todavía exista un amplio sector de la sociedad griega que no haya decidido su voto. Sin embargo, la esperanza del actual primer ministro, Antonis Samaras, para conseguir acortar la distancia con Alexis Tsipras se centra principalmente en ese 11% de ciudadanos indecisos. De este modo, este número de griegos que no lo tienen claro, o más bien no lo han hecho público, bien podría decantarse por grupos minoritarios o por el neonazi Amanecer Dorado.

Otro de los posibles destinos de la papeleta de los indecisos puede ser para el recién fundado Movimiento de los Socialistas Democráticos de Papandreu. Desencantados con el Pasok, que pasó de una arrolladora mayoría absoluta en 2009 a su actual sexto puesto en las predicciones electorales, los electores progresistas pueden ver en el ex primer ministro nuevos aires socialistas.

De los 9,8 millones de electores inscritos, 2,85 millones tienen más de 65 años, mientras que 2,3 millones se encuentran entre los 18 y 35 años. Parece claro que los más jóvenes tienen su voto claro (Syriza o Amanecer Dorado), mientras que la población adulta podría en último momento dar su apoyo a los conservadores de Samaras debido a la incertidumbre económica que plantea la formación de Tsipras. Las pensiones son sagradas y a pesar de las promesas de Syriza, el mensaje no llega de igual manera a toda la población, especialmente a los jubilados.

Por otro lado, sobre los partidos tradicionales sobrevuela el cansancio de los electores: la corrupción, la bajada de sueldos, la subida de impuestos, el desempleo... Lo que en el último momento podría llevarles a negarles su apoyo en pro de nuevas formaciones que aporten otras soluciones.