Brasil

Los socios de Gobierno de Rousseff debaten si la dejan caer

El ex presidente Lula, confiado, reitera su inocencia en una semana crucial para el PT

El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva ofreció ayer una rueda de prensa a los medios internacionales para pasar al ataque
El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva ofreció ayer una rueda de prensa a los medios internacionales para pasar al ataquelarazon

Brasil inició ayer una semana decisiva para vislumbrar el desenlace de su crisis política. En un clima de temores más que fundados que señalan el rompimiento de la coalición gubernamental para aislar aún más a Dilma Rousseff, el ex presidente Luiz Inacio Lula pasó ayer al ataque y aseguró a la prensa internacional que ve factible que el Ejecutivo salga victorioso en el proceso de juicio político en el Parlamento. Incluso trazó una nueva política económica para salir de la recesión por medio de rebajas fiscales.

«Creo que sucederá algo como lo que pasó en 2003, cuando gané las elecciones. El Gobierno construirá una base parlamentaria con el PMDB (su principal aliado) y tendremos una especie de coalición sin el apoyo de la dirección», aseguró ayer el ministro nombrado de la Casa Civil, aún sin asumir el cargo por decisión judicial.

El ex presidente Lula reiteró su inocencia y criticó al juez Sergio Moro, que le investiga por su eventual implicación en la trama Petrobras. Dijo de él que es «inteligente y competente, pero fue picado por la mosca azul», en una supuesta referencia al color de principal partido de la oposición, el PSDB.

Preocupado por la desfavorable imagen internacional –el semanario británico «The Economist» pidió recientemente en su portada la salida de Rousseff–, el Gobierno brasileño se esfuerza por contrarrestar esa visión. La semana pasada, la presidenta ofreció una conferencia de prensa para cinco medios de comunicación internacionales en la que repitió que no renunciará.

Ruptura en la coalición

El mayor problema del Gobierno no está en las portadas de los periódicos, sino en el propio Ejecutivo. Mañana mismo la coalición gubernamental podría quedar dinamitada con la salida del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal sostén de Rousseff al frente del país. Esta formación centrista, liderada por el vicepresidente de Brasil Michel Temer, celebra hoy una reunión de su directorio nacional para decidir si se mantiene en el Ejecutivo o abandona a su suerte al Gobierno de Rousseff.

Se trata de una decisión clave para el desarrollo de los futuros acontecimientos en Brasil, un país que vive en permanente estado de tensión por la impredecible crisis política. El PMDB es el partido con mayor número de diputados en la Cámara Baja, con 69, y su salida del Ejecutivo supondría la antesala del fin del Gobierno de Rousseff, quien difícilmente lograría aunar 172 votos parlamentarios para evitar que el Congreso envíe al Senado la decisión final sobre la destitución de la presidenta.

Rousseff reunió ayer a seis de los siete ministros del PMDB para tratar de mantener el apoyo, pero todo indica que la formación abandonará en bloque al Ejecutivo. Otras formaciones menores de la coalición, como el Partido Progresista, con 49 diputados, también decidirán esta semana si salen del Gobierno.

Algunos medios de comunicación locales ven a Michel Temer como el futuro presidente de Brasil, ya que debería asumir el cargo hasta las elecciones de 2018 si Rousseff es depuesta por el Legislativo. Sin embargo, el Gobierno de la ex guerrillera aún tendría algunas balas en la recámara para evitar esa situación, como la convocación de nuevos comicios. Una huida hacia delante que trataría de equilibrar el desgaste del Partido de los Trabajadores (PT) con el de otras formaciones como el PMDB o el propio PSDB, que según las últimas investigaciones de la «operación Lava Jato» también tendrían estrechos lazos con los desvíos desde la estatal petrolífera Petrobras.

El PMDB: un importante aliado

- 69 diputados. El Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) cuenta con 69 escaños de los 513 diputados en la Cámara Baja. También en el Senado es primera fuerza, con 18 de los 81 asientos. Por lo que su apoyo es clave para evitar la destitución de la presidenta Rousseff.

- Líder y sucesor. Se cumple la paradoja de que el sucesor de la presidenta de Brasil, en este caso el vicepresidente Michel Temer, es asimismo el líder del PMDB, partido que decidirá hoy si rompe con el Gobierno de Rousseff.

- Municipales en octubre. Varios de los dirigentes rupturistas aseguran que no pueden seguir apoyando a un Gobierno con tan sólo un 10% de aprobación popular, sobre todo si se piensa de cara al futuro en las elecciones municipales de octubre. En la actualidad, el PMDB está al frente de siete de los 27 estados del país, así como de 1.041 municipios de las 5.570 alcaldías de todo Brasil.