Venezuela

Maduro promete destruir a la oposición

Venezuela da un paso más hacia un régimen castrista. El presidente tacha de éxito el fraude electoral y amenaza con la cárcel a los diputados, a la Prensa y a la fiscal

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro
El presidente de Venezuela, Nicolás Madurolarazon

Venezuela da un paso más hacia un régimen castrista. El presidente tacha de éxito el fraude electoral y amenaza con la cárcel a los diputados, a la Prensa y a la fiscal.

Un fraude que ni siquiera la enorme maquinaria mediática del Gobierno puede tapar. En Venezuela, según el oficialismo, más de ocho millones de personas acudieron a las urnas para refrendar la Asamblea Constituyente con la que el presidente Nicolás Maduro pretende legislar de forma paralela, modificar la Constitución y perpetuarse en el poder. Sin embargo, según la oposición, tan sólo dos millones de personas acudieron a votar. Maduro, amenazó ayer con medidas contra el Parlamento, la Fiscalía, los líderes de la oposición y los medios privados en su primera intervención tras la elección el domingo de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que él ha impulsado. El líder chavista, en un acto televisado con simpatizantes, aseguró que la ANC, que, según dijo, tomará el poder en Venezuela en las próximas horas y «levantará la inmunidad parlamentaria a quien haya que levantarla», actuará contra la «burguesía parasitaria» para solucionar la crisis económica y se hará con el mando de la Fiscalía «para que haya justicia». Maduro criticó la cobertura dada por los canales de televisión privados, a los que acusó de «censurar las elecciones» y pidió una investigación a Televen por hacer «apología del delito». «Estamos en combate comunicacional otra vez contra las mentiras de las televisoras, ¡alerta!», añadió.

«Llegó la Constituyente a poner orden», dijo el mandatario socialista sobre el proceso, rechazado por la oposición al considerar que llevará a la consolidación de una dictadura en Venezuela, y proclamó: «Algunos terminarán en una celda, bajo el mando de la justicia necesaria». «Se acabó el sabotaje de la Asamblea Nacional», dijo también Maduro, en alusión al Parlamento, de mayoría opositora, que ha sido declarado en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia acusado de servir de brazo judicial del Gobierno.

El presidente recriminó al Ministerio Público –cuya titular, Luisa Ortega Díaz, ha acusado a Maduro de atropellar la Constitución y convertir el país en un «Estado policial»– no haber actuado ante la violencia de la que viene acusando a la oposición en los casi cuatro meses de protestas contra su Gobierno. El mandatario chavista prometió intervenir y reestructurar esta institución, un anuncio que fue recibido con fervor por quienes habían acudido a celebrar la instauración de la ANC a la plaza Bolívar del centro de Caracas. «Fiscal, traidora, ya te llegó la hora», coreó la multitud chavista.

Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), más de 8 millones de los cerca de 19,5 millones de venezolanos con derecho a voto participó en la elección, que estuvo marcada por las fuertes protestas y los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden y se saldó con al menos 16 muertos. La oposición, sin embargo, asegura que solo acudió a votar un 12% del censo. Estas son algunas de las medidas que tomará o podría adoptar el nuevo cuerpo de 545 asambleístas que se instalará esta semana. La misión primordial de la Constituyente es redactar una nueva carta magna que reemplace a la promovida por el fallecido Chávez. En esa ocasión, la Asamblea tuvo una duración de seis meses. Maduro ha dicho que la nueva Constitución será un «perfeccionamiento» del plan revolucionario de su antecesor. Entre los cambios, Maduro ha adelantado que modificará la economía social de mercado propuesta en la actual carta magna por una «pospetrolera» que le permitirá al país depender cada vez menos de los vaivenes de los precios internacionales del crudo, su principal fuente de ingresos.

Además, Maduro ha dicho que incluirá los populares programas de subsidios –que le granjearon una enorme popularidad y rédito político a Chávez– en la nueva Constitución «para proteger y garantizar por siempre las misiones (planes de asistencia)». Asimismo, el nuevo cuerpo –durante el tiempo que decida estar operativo– tiene potestad para transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico, por ejemplo, reformando los códigos Penal y Civil, la ley laboral, las normas electorales y la legislación referida a la administración pública, incluyendo al Banco Central. También ha dejado entrever que desde la Constituyente sus aliados buscarán la aprobación de un Parlamento Comunal, algo ya ventilado por el chavismo cuando la oposición ganó las parlamentarias de 2015.

Aunque las organizaciones comunitarias ya tienen un gran alcance a través de unos 45.000 consejos comunales, la Constituyente podría darles más prominencia. Incluso, hay quienes sostienen que la intención del Parlamento Comunal, que estaría integrado por sectores populares, es restarle poder al Parlamento, en manos de los adversarios de Maduro. Según la actual Carta Magna, los poderes públicos no podrán impedir las decisiones de la ANC y ni el presidente podrá objetar la nueva Constitución. Cercanos aliados de Maduro, como el flamante constituyente Diosdado Cabello, adelantaron que el nuevo cuerpo destituirá de su cargo a la fiscal general. Además, Cabello, vicepresidente del partido de Gobierno, dijo que la Constituyente reemplazará al Parlamento y hasta se reunirá en el hemiciclo que hoy ocupan los diputados de mayoría opositora.