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«Mi preciosa hija: ve a cantar con los ángeles y sigue sonriendo»

Las familias transitan de la esperanza de encontrar a los desaparecidos al horror de descubrir y asimilar su muerte.

«Mi preciosa hija: ve a cantar con los ángeles y sigue sonriendo»
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Poco a poco se van conociendo las identidades de las 22 víctimas de Salman Abedi. Ayer la esperanza desaparecía para los familiares de Olivia Campbell, la joven de 15 años a las que sus padres y amigos estuvieron buscando sin descanso durante más de 24 horas. «DEP mi preciosa y maravillosa niña que se ha ido demasiado, demasiado pronto. Ve a cantar con los ángeles y sigue sonriendo. Tu mami te quiere tanto», escribía Charlotte en Facebook a modo de despedida. El resto de los familiares daba las gracias por el apoyo recibido y pedía respeto durante su duelo.

El fallecimiento de Nell Jones, otra adolescente, también fue trágicamente confirmado ayer. Jones tenía tan sólo 14 años, había acudido con una amiga, Freya Lewis, al concierto. Lewis se salvó gracias a que una pareja le realizó la maniobra CPR en el mismo Manchester Arena. Ahora está estable tras una operación de más de diez horas y media. Jones no tuvo tanta suerte, murió al instante. El director de su colegio describió ayer al «Manchester Evening Standard» a la joven como una «chica brillante y muy popular». Su tutor, David Wheeler, señaló que sus compañeros «han perdido a una hermana, no a una compañera. Siempre estaba sonriendo».

Los amigos y familiares del bloguero Martyn Hett reconocieron que Hett se encontraba entre las víctimas del 22M. A sus 29 años, ayer tendrían que haber empezado «las vacaciones de su vida» en un viaje de dos meses a EE UU. «Por la noche nos enteramos de que nuestro maravilloso icónico y bello Martyn no sobrevivió. Dejó este mundo exactamente como vivió, siendo el centro de atención», explicaba su amigo Russel Hayward. Su muerte fue Trending Topic en cuanto se confirmó y las redes sociales se llenaron de tributos al joven. «Creo que es justo decir que le encantaría esto», tuiteó su hermano Dan con la lista de tendencias del día.

Pero no sólo hay menores de edad entre las víctimas de Salman Abedi. Muchos padres y adultos les acompañaron al concierto y otros muchos les esperaban a la salida. Es el caso de Alison Howe y Lisa Lees, dos madres que aguardaban a que Ariana Grande dejase de cantar para recoger a sus hijas adolescentes. Howe, de 45 años y Lees, de 47, eran de Royton, Oldham, y ambas han sido descritas como «hospitalarias y con muy buen corazón». Las hijas de Angelika (de 40 años) y Marcin Klis (42 años), de origen polaco, se han quedado huérfanas. El «selfie» que se hizo la pareja en el centro de Manchester antes de ir a buscar a sus hijas al estadio estuvo durante horas en las redes, por si alguien los había visto, pues llevaban la misma ropa. Ahora es el último recuerdo de las jóvenes Alex y Patricia. Las dos, tras la detonación de Salman Abedi y la consecuente estampida dentro del Manchester Arena, consiguieron huir y ponerse a salvo. Después comenzó la búsqueda de sus padres. La familia vivía en York y la comunidad polaca de allí ya ha comenzado a recaudar fondos para ayudar a las chicas.

Una de las historias más emotivas es la de Kelly Brewster, de 32 años, que falleció siendo una heroína. Brewster fue al concierto de Ariana con su hermana Claire y la hija de ésta, Hollie Booth. En el momento de la explosión, protegió con su cuerpo a su sobrina de 11 años. «No sé cómo funciona esto, pero no son buenas noticias. Kelly Brewster no estaba entre los pacientes de los hospitales sin identificar. Tristemente ha fallecido en el ataque terrorista», escribió su pareja, Ian Winslow, en Facebook. «Kelly verdaderamente era y estaba todo lo feliz que podía y teníamos tantas cosas planeadas juntos. Mi hija Phoebe se queda absolutamente devastada, como todos», añadió. De hecho, ambos habían entregado, el día anterior, una señal para comprarse una casa. Jane Tweddle-Taylor acudió con una amiga para recoger a la hija de ésta. «Alegre y amable», la simpática recepcionista de la Academia South Shore, en Blackpool, deja tres hijos.

También se supo más sobre la protagonista de una de las fotografías del lunes por la noche: una niña que es reconfortada por dos agentes de Policía con un enorme abrigo. Su madre, Michelle Kiss, asistió al concierto con ella. Ayer su sobrina Laura Murray informaba de la triste noticia. «La familia era su vida y estamos todos obviemente devastados por su pérdida. Se la han llevado de nuestro lado, tanto como la queríamos, de la manera más traumática que se imagine. Esperamos encontrar a través del coraje y la fuerza que nos enseñó en vida, el modo de superar estos momentos tan difíciles».

Otra familia marcada por el atentado es la de la agente de Policía (de servicio) que acudió con su marido y sus dos hijos al concierto del lunes. Ella murió, según informó ayer el jefe del cuerpo policial del área metropolitana de Manchester, Ian Hopkins. Su marido continúa ingresado. Jon Rouse, director de Servicios de Salud y Sociales de Manchester, explicó a LA RAZÓN que «ahora estamos tratando a 64 personas, de las cuales aproximadamente 20 están recibiendo cuidados intensivos, lo que significa cuidados muy urgentes». Rouse reconoció que «tienen lesiones en órganos principales, heridas importantes en las extremidades y algunos de ellos van a necesitar cuidados y apoyo durante mucho tiempo. Son heridas altamente traumáticas».