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Defensa

La misteriosa estela de luz sobre China oculta el arma que quiere cambiar la guerra para siempre

China exhibe su poderío militar con una espectacular prueba de misil, cuya estela luminosa ha desatado las especulaciones sobre un nuevo y secreto proyectil hipersónico, el posible Dongfeng-27

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La gran incógnita que rodea el último ensayo militar de China no es tanto lo que se vio, sino lo que permanece oculto. A pesar del imponente rastro de luz que el misil dibujó en el cielo, los analistas internacionales se muestran cautos: las imágenes difundidas hasta ahora solo confirman la fase de impulso del proyectil. Por el momento, no hay pruebas concluyentes para verificar la presencia del vehículo hipersónico, el componente clave que convertiría esta arma en una amenaza prácticamente imposible de interceptar para los sistemas de defensa actuales. No en vano, el desarrollo de este tipo de armamento es una prioridad para el país, pues los ataques de China ahora serán más peligrosos al ser hipersónicos.

De hecho, lo que sí es innegable es que Pekín desplegó un espectáculo visual deliberado el pasado 29 de septiembre. El lanzamiento dejó tras de sí una estela brillante y multicolor que se mantuvo visible a una altitud de entre 70 y 110 kilómetros, una clara demostración de fuerza diseñada para no pasar desapercibida y para alimentar el debate sobre las capacidades estratégicas del gigante asiático.

Sin embargo, ese mismo espectáculo ofrece pistas reveladoras sobre la tecnología empleada. El comportamiento y la composición de la estela, según informa el medio Interesting Engineering, apuntan a que se trata de un misil de combustible sólido con múltiples etapas. El tipo de propulsor parece ser sólido aluminizado, una tecnología que comparte con las familias de misiles ya conocidas DF-21, DF-26 y DF-31, lo que sugiere una coherencia en su programa de desarrollo armamentístico.

En este sentido, la altitud que alcanzó la estela es uno de los datos más elocuentes. Al superar en algunos tramos los 100 kilómetros, el proyectil se sitúa en la categoría de armas de alcance medio a intercontinental, confirmando que China está probando sistemas con capacidad para amenazar objetivos situados a miles de kilómetros de sus fronteras, un avance notable en su proyección de poder global.

El posible Dongfeng-27 y su encaje en la estrategia de Pekín

Por ello, muchos analistas ya se atreven a ponerle nombre y apellidos a esta incógnita. La hipótesis que cobra más fuerza es que Pekín podría haber probado el nuevo misil Dongfeng-27, un sistema balístico intercontinental (ICBM) de última generación que, de confirmarse que puede portar un vehículo hipersónico, supondría un nuevo y formidable desafío para el equilibrio militar mundial.

Además, esta demostración de fuerza no es un hecho aislado, sino que se enmarca dentro de una calculada serie de ensayos del ejército chino. El pasado 1 de marzo ya se registró un lanzamiento de características muy similares, lo que evidencia la constancia y la seriedad con la que Pekín está avanzando en el desarrollo de este tipo de armamento estratégico, consolidando su posición como una superpotencia militar.