Elecciones en Israel

Netanyahu relanza la formación de gobierno sin descartar el de unidad nacional

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha retomado hoy las negociaciones para la formación de su tercer gobierno consecutivo tras un parón de una semana por la Pascua judía, mientras parece cobrar fuerza la posibilidad de un ejecutivo de unidad nacional. Las primeras negociaciones tenían hoy como interlocutor al partido ultraortodoxo askenazí Judaísmo Unido de la Biblia y mañana, lunes, serán sus congéneres sefardíes del Shas los que seguirán las reuniones con el Likud, informó la radio pública israelí.

Se trata de las formaciones con las que las conversaciones están más avanzadas.

"Desde nuestro punto de vista ya podríamos cerrar un acuerdo de gobierno pero todo depende ahora de otros, y espero que sepan cuál es su lugar", señaló el líder del Shas, Arie Deri, al hablar de los otros posibles socios en el Ejecutivo y de las exageradas exigencias que han planteado.

Los contactos se retoman después del período estival del Pesaj (Pascua judía) "con el objetivo de sacar el carro de las negociaciones del barro", informa hoy el diario Yediot Aharonot, al dar cuenta de las dificultades con algunas de las formaciones que Netanyahu aspira a tener dentro de su coalición.

Una de ellas es la nacionalista Hogar Judío, con el que el equipo negociador del Likud se reunirá también mañana y, la otra, es la de centroderecha Kulanu, partido revelación de los comicios con 10 escaños y considerada el "hueso duro"de todo el proceso.

En un intento de abrir una brecha en el muro que separa a ambos, Netanyahu se reunió hoy en persona con el líder de Kulanu, Moshé Kahlon, en lugar de dejar los contactos a su equipo negociador como había hecho hasta ahora.

Según el Canal 10, ambos analizaban la forma de resolver el nudo gordiano en el que se ven después de que el primer ministro prometiera a los ultraortodoxos dos organismos vitales para las promesas electorales de Kulanu sobre la carestía de la vida y de la vivienda.

El primer ministro, que ganó holgadamente los comicios del pasado 17, quiere presentar su nuevo gobierno antes del día 22, fecha original prevista por ley, pero sus negociadores reconocen que podría verse obligado a pedir la prórroga de dos semanas que contempla la legislación.

Las fuentes del Likud revelaron al Yediot que por ahora no se ha tratado una de las cuestiones fundamentales de la negociación, el reparto de carteras, lo que hace que todo el proceso vaya ralentizado.

"No se puede avanzar en los contactos y resolver las diferencias sin hablar del reparto de carteras", declararon la fuentes.

Un argumento que rebatió el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, líder del quinto partido que podría formar parte del Ejecutivo israelí, el ultranacionalista Israel Beitenu.

"Las líneas del gobierno es lo que decidirá nuestra participación", aseguró el político en declaraciones a la radio pública israelí.

A juicio de este dirigente, los retrasos en la formación de Gobierno se deben a que Netanyahu "está estirando el tiempo"y conjeturó que, quizás, lo esté haciendo con la intención de acudir al frente de centro izquierda Unión Sionista para formar un ejecutivo de unidad nacional.

El sábado por la noche, en la celebración de la tradicional y popular noche de "Mimuna"-que pone el broche de oro al Pesaj con una copiosa mesa de dulces con la que los judíos retoman el contacto con la harina y el pan después de siete días de Pascua-, Netanyahu apeló a la "unidad"como objetivo de su próximo gobierno.

"El polvo de las elecciones ya se ha asentado, hay que reforzar la unidad entre los israelíes y en el pueblo de Israel, y así lo haremos", destacó.

Un llamamiento que no ha sorprendido en medios locales, donde se habla en los últimos días de las posibilidad de que el primer ministro convoque próximamente a su rival laborista, Isaac Herzog, si fracasan las negociaciones con sus aliados tradicionales de la derecha nacionalista.

Tampoco el dirigente del Shas, Deri, descartó esa posibilidad si partidos como Kulanu no ceden en sus exigencias, aunque por ahora la estrategia principal del Likud sigue siendo la de formar una coalición de derechas.