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Guerra con Rusia

Las nuevas armas permiten a Ucrania infligir más daño a Rusia en su territorio

Las defensas aéreas rusas se debilitan cada vez más, ya que Ucrania las ataca intencionadamente para dejar vulnerables sus objetivos clave, según analistas militares

Potentes explosiones se escucharon la mañana del jueves a 700 km de Ucrania en el aeropuerto “Engels”, en la ciudad rusa de Saratov. Una vez más, drones ucranianos lograron burlar las defensas aéreas rusas y destruyeron un depósito de misiles X-101, utilizados por Rusia para atacar la infraestructura y ciudades del país invadido.

Este aeródromo es una base clave para la aviación estratégica rusa, albergando bombarderos Tu-95MS, Tu-22M3 y Tu-160, así como bombas aéreas y misiles.

Según informó una fuente del Servicio de Seguridad de Ucrania a medios locales, los sistemas de defensa aérea rusos actuaron de manera ineficaz y dispararon misiles contra edificios civiles e infraestructura en las ciudades de Engels y Saratov.

Este ataque es solo el más reciente en una serie de golpes ucranianos contra la infraestructura militar y energética rusa, ubicada lejos del campo de batalla. Aún no han podido cambiar el curso de la guerra. Sin embargo, la propuesta de Vladimir Putin de buscar un alto el fuego parcial para proteger su sector energético muestra el creciente dolor que los drones ucranianos —y ahora misiles— están causando a Rusia, lo que contrasta enormemente con el inicio de la invasión hace tres años, cuando Rusia podía bombardear Ucrania con misiles de largo alcance sin temer respuesta.

Las defensas aéreas rusas se debilitan cada vez más, ya que Ucrania las ataca intencionadamente para dejar vulnerables sus objetivos clave, según analistas militares. Una serie de ataques recientes con drones en Crimea destruyó al menos ocho estaciones de radar, esenciales para las defensas aéreas rusas, según Oleksandr Kovalenko, del Grupo de Resistencia Informativa de Ucrania.

La ausencia de estaciones de radar deja ciego cualquier sistema de defensa aérea, subraya Kovalenko. Su reemplazo es cada vez más difícil para el ejército invasor ya que su producción es lenta y compleja. Mientras Rusia traslada estos sistemas desde otras áreas hacia Ucrania, deja más vulnerables otros objetivos en su territorio.

En muchos casos, los drones ucranianos, lentos y ligeros, solo han causado daños limitados a refinerías y aeródromos militares rusos. Sin embargo, el desarrollo de armas modernas, como una versión modificada del misil Neptuno, podría aumentar la capacidad de Ucrania para responder a los ataques rusos y debilitar su maquinaria de guerra.

Este misil, diseñado originalmente para destruir buques, ya dejó su huella al inicio de la invasión cuando dos de ellos hundieron el mayor buque ruso en el Mar Negro, el crucero “Moskva”, en abril de 2022. Desde entonces, su alcance ha aumentado de 300 a 1.000 km, afirmó el presidente ucraniano Volodímir Zelenski la semana pasada.

Su prueba de combate más reciente probablemente ocurrió hace una semana, cuando una gran explosión —improbable para ser causada por un dron— se registró en la refinería de Tuapse a unos 550 kilómetros de Ucrania. Capaz de viajar a baja altura, unos 10 metros sobre el suelo, el misil suele evadir las defensas aéreas rusas, señala Kovalenko.

Puede lanzarse desde diversas plataformas: tierra, mar y aire. Expertos creen que puede llevar entre 100 y 300 kg de explosivos. Esto no le permitirá reemplazar completamente misiles occidentales de alta tecnología como el Taurus alemán, el Storm Shadow o el ATACMS, pero sí permitirá a Ucrania atacar una variedad de objetivos fortificados. Su alcance obligará a Rusia a alejar su aviación y buques de Ucrania, mientras su infraestructura energética y empresas de defensa seguirán vulnerables, dicen los expertos.

El misil ucraniano cuesta unas tres veces menos que sus equivalentes occidentales, dice Anatoli Jrapchinski, fabricante de equipos de guerra electrónica y exoficial de la fuerza aérea.

Sin embargo, los drones, generalmente más baratos, fáciles de producir y capaces de viajar más lejos, también seguirán siendo importantes. Recientemente se probó un dron capaz de recorrer 3.000 kilómetros, según el presidente Zelenski.

Los ataques de largo alcance no harán que Ucrania gane la guerra por sí solos, tal como Rusia no lo logró a pesar de atacar a Ucrania durante tres años, advierten los expertos. Sin embargo, pueden cambiar significativamente el equilibrio de fuerzas.

La pregunta clave es cuántos misiles y drones puede producir y lanzar Ucrania con éxito. Ucrania necesita fabricar al menos tantos misiles como Rusia —unos 40-50 al mes— para tener un impacto. Esto puede ser un desafío frente a los ataques rusos con misiles, y Ucrania necesita el apoyo de sus socios, aunque cuenta con los especialistas necesarios.

“Necesitamos producir más misiles, más drones, y hablaremos de esto con nuestros socios esta semana”, subrayó Zelenski el lunes, destacando que estas armas de largo alcance ayudarán a garantizar la seguridad de Ucrania y de Europa.