
Conflictos
La "lista de la compra" del Pentágono desvela detalles sobre las "tácticas nunca vistas" empleadas por EE UU durante los bombardeos a Irán
Documentos de reasignación presupuestaria desvelan que aviones furtivos estadounidenses emplearon hasta 60 bombas guiadas y más de 130 cohetes láser durante la operación Midnight Hammer

El Departamento de Guerra de Estados Unidos ha revelado por primera vez parte del arsenal empleado en la Operación Midnight Hammer, el ataque del 21 de junio de 2025 contra tres instalaciones nucleares iraníes. En un documento de reasignación presupuestaria publicado el pasado 1 de agosto y desclasificado recientemente, el Pentágono detalla que se gastaron 2,3 millones de dólares en GBU-39/B Small Diameter Bombs, 3,3 millones en cohetes láser APKWS II y 123 millones en los gigantescos GBU-57 MOP, lo que confirma que la misión fue mucho más compleja que el simple lanzamiento de bombas de penetración desde bombarderos B-2.
La combinación de bombas de precisión de 113 kilogramos, cohetes de 70 milímetros y proyectiles de 14.000 kilos demuestra que el ataque fue diseñado para confundir, saturar y desmantelar la defensa aérea iraní por capas. Según el general Dan Caine, presidente del Estado Mayor Conjunto, “se emplearon tácticas nunca vistas”, incluyendo el uso de aviones de quinta generación como F-22 y F-35 que volaron por delante del paquete de ataque para absorber fuego enemigo y atraer misiles con señuelos lanzados desde B-2 que volaban sobre el Pacífico como distracción.
Los GBU-39/B, con un alcance de más de 70 kilómetros, fueron lanzados desde plataformas furtivas para suprimir sistemas de defensa aérea iraníes antes de que los B-2 llegaran a Fordow y Natanz. Cada una de estas bombas, guiadas por GPS, puede penetrar hasta un metro de hormigón armado y fue diseñada para destruir búnkeres y radares con precisión quirúrgica.
Saturación y engaño: el doble golpe del paquete de ataque
Por su parte, los cohetes APKWS II, adaptados para el combate aire-aire en su versión FALCO, fueron utilizados contra drones y misiles de crucero iraníes que intentaron interceptar el paquete de ataque. Aunque su empleo directo sobre objetivos terrestres no está confirmado, su presencia indica que Estados Unidos anticipó una respuesta masiva por parte de Irán y preparó una defensa activa en capas mientras los B-2 penetraban en el espacio aéreo enemigo.
El costo total de la operación, solo en municiones, supera los 140 millones de dólares, sin contar los casi 500 millones adicionales destinados a reponer interceptores THAAD que defendieron Israel durante los días previos y posteriores al ataque. Esto convierte a Midnight Hammer en una de las misiones más caras de los últimos 20 años, y la primera en la que se combina ataque de precisión, saturación, engaño y defensa antimisiles en un mismo paquete de combate.
La revelación envía un mensaje claro a Moscú y Pekín: Estados Unidos puede escalar rápidamente, combinar plataformas furtivas con armas baratas y efectivas, y reponer su arsenal en meses, no en años. Para Irán, la lección es aún más dura: su red de defensa fue invisible para los radares, pero no para la planificación americana.
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