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Obama, atrapado en el avispero sirio

Jay Carney informa de la decisión de la Casa Blanca de armar a los rebeldes sirios
Jay Carney informa de la decisión de la Casa Blanca de armar a los rebeldes sirioslarazon

La autorización de Barack Obama para suministrar ayuda armamentística a los rebeldes sirios, justificándola con la utilización de armas químicas por parte de Bachar al Asad, no ha servido más que para aumentar la tensión internacional y para que Obama se quede solo ante un mar de dudas.

La autorización de Barack Obama para suministrar ayuda armamentística a los rebeldes sirios, justificándola con la utilización de armas químicas por parte de Bachar al Asad, no ha servido más que para aumentar la tensión internacional y para que Obama se quede solo ante un mar de dudas. ¿Responde esta decisión a una cortina de humo para tapar el escándalo provocado por Edward Snowden? ¿Por qué precisamente ahora? ¿Es consciente de la repercusión de su decisión? Lo que está claro es que Estados Unidos se ha metido en un túnel sin salida, un avispero alimentado por una guerra entre chiíes y suníes en el que, de momento, está atrapado. De hecho, Reino Unido, que hasta ahora era uno de sus grandes aliados, ayer mantuvo las distancias. David Cameron matizó que, aunque tiene pruebas aportadas por el Centro Británico de Investigación de Armas que demuestran que Siria ha llevado a cabo «múltiples ataques con armas químicas», aún no ha tomado «ninguna decisión para armar» a los rebeldes. Pierde así Obama a uno de sus grandes apoyos, ya que Londres y París habían sido los encargados de persuadir a la Unión Europea de levantar el embargo de armas contra Siria, pero ambos se han comprometido a mantener a raya las entregas hasta agosto. Y así lo harán, independientemente de la decisión unilateral de Obama.

Así que, con esta decisión, el presidente norteamericano lo que ha conseguido es dotar de más argumentos a sus detractores, entre los que se encuentran Rusia, China e Irán. El asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, aseguró que «lo presentado por EE UU no nos parece convincente, ya que difícilmente (lo que prueban) pueden ser considerados hechos», a la vez que añadió que aún no plantean entregar los misiles S-300 a Asad. «Buscamos una solución constructiva a este asunto», aseveró Ushakov. «La Casa Blanca ha publicado un comunicado trufado de mentiras sobre el uso de armas químicas en Siria, basándose en informaciones inventadas, a través de las cuales intenta hacer asumir al Gobierno sirio la responsabilidad de tal utilización», indicó el responsable del Ministerio de Exteriores sirio. Para más inri, en estos momentos, el Ejército de Asad está más fuerte que nunca. Tras superar una crisis inicial, que permitió un significativo avance de los rebeldes, las tropas sirias conforman una fuerza homogénea, preparada y fundida en el crisol del combate. He ahí dónde radica otro de los principales problemas ya que mientras que la aportación de EE UU, según lo anunciado, tan sólo consistirá en un mero suministro armamentístico, los soldados del régimen han sido entrenadas para la guerra durante este último año por formadores iraníes. Incluso, si se analiza detenidamente el cargamento que Obama pretende enviar a Siria, sobre todo antitanque (cañones, minas terrestres y misiles), éste servirá de poco para inclinar la balanza a favor de los rebeldes. Resulta ridículo respecto a la «lista de la compra» que presentó el republicano John McCain a finales de mayo tras entrevistarse con miembros de la oposición a Asad. En ella incluía nuevos modelos de «Stinger», misiles contracarro, equipos de visión nocturna, radiocomunicaciones encriptadas y morteros pesados con cabezas múltiples. Una serie de armas que, al parecer, no contemplan en la Casa Blanca. Según expertos consultados por LA RAZÓN, si de verdad Obama quiere salir victorioso en el conflicto, tiene dos opciones: o entrar en el país o seguir los consejos de McCain. «Una intervención directa de EE UU está justificada incluso sin el mandato de la ONU, como ocurrió en Kosovo», reconoció ayer McCain en una entrevista con el canal alemán Phoenix. El problema, y lo que hasta ahora condicionaba una respuesta unánime de la comunidad internacional, es que dicho armamento pudiera caer en manos de grupos yihadistas que se mezclan en la amalgama opositora. Ante este panorama desolador al que Obama se enfrenta, es necesario subrayar que, en caso de una emergencia, EE UU cuenta con una importante flota en el Mediterráneo, el apoyo de Israel y el territorio turco al que recurrir si Asad y sus aliados le pusieran entre la espada y la pared.