Elecciones en Alemania
Pilar Requena: «Alemania tiene que marcar las líneas rojas a la extrema derecha»
La ex corresponsal de TVE en Berlín es la autora de «Una potencia reticente».
Pilar Requena, ex corresponsal en Berlín de TVE, acaba de presentar «Una potencia reticente», (Debate). Tras las elecciones en Alemania, atendió a las preguntas de LA RAZÓN.
-En términos globales, en el este de Alemania la extrema derecha (AfD) y los postcomunistas (Die Linke) fueron la segunda y la tercera fuerza más votada, respectivamente. ¿Este fuerte voto de castigo demuestra que aún no se ha cerrado la brecha entre este y oeste?
-Desde la reunificación, siempre el este y el oeste han votado de forma diferente. El PDS (heredero del partido único de la RDA) no puntuaba en el oeste, pero si en el este. Tras la refundación con el partido del ex socialdemócrata Oskar Lafontaine, empezaron a ganar votos en el oeste. Era el partido que recogía el descontento y la nostalgia de una parte de la población que se sentía como ciudadanos de segunda clase. AfD ha quitado parte del voto de protesta a Die Linke. Una parte de la CDU, que hasta ahora era el partido preferido en el este, también ha ido a parar a la extrema derecha como resultado de la crisis de refugiados de 2015. También cala ese miedo al extranjero porque Alemania Oriental era una sociedad homogénea. Había trabajadores de países amigos comunistas, pero vivían separados. En cuanto al discurso neonazi, ellos no han hecho la revisión histórica. Eran fascista por decreto ley, lo que supone la no aceptación de la culpa del Holocausto y de la II Guerra Mundial. Ellos habían quedado en lado bueno que había sido liberado por la Unión Soviética.
-¿Quién puede liderar la refundación del Partido Socialdemócrata?
-¿Por qué no Sigmar Gabriel? Ha dejado que Schulz se enfrentara contra Merkel porque sabía que él no tenía ninguna posibilidad, pero tal vez piensa que si podría ganar frente al sucesor de la canciller. Gabriel ha ganado mucho en popularidad como ministro de Asuntos Exteriores. Todos piensan que Schulz será el líder de la oposición y del partido, pero es lo que toca decir al día siguiente tras una derrota.
-¿Por qué los socialdemócratas no han sabido beneficiarse de las medidas que ellos impusieron para entrar en esta última Gran Coalición, como el salario mínimo?
-La mayoría de las política progresistas de la Gran Coalición han sido medidas del SPD, pero que al final parece que eran más de Merkel. Schulz no ha sabido recuperar un perfil político y a todos los votantes que se perdieron por la Agenda 2010 de Schröder.
-¿Le ha perjudicado estar fuera de Alemania durante casi 25 años?
-Pudo beneficiarle al principio por ser savia nueva y su gran currículum europeo e internacional, pero tal vez no ha sabido olfatear lo que se ha cocido en la sociedad alemana durante todos estos años. Merkel, en cambio, todo eso lo percibía muy bien.
-¿Un tripartido puede beneficiar a Merkel en el sentido de que sean sus socios liberales y verdes los que se desgasten políticamente?
-Si se llega a un pacto, se cumplirá a rajatabla. Depende de lo que logren introducir en el acuerdo de coalición. Si consiguen medidas que son fundamentales para unos y otros, será un éxito porque en la oposición no podrían hacerlo. No habrá una fagocitación tan clara como la habido con el SPD. Si ellos pueden vender a su electorado que han avanzado, el desgaste puede ser menor porque ahora se repartirá entre dos. La clave va a estar en qué pactan, en si son medida descafeinadas que luego les puedan pasar factura. Para Los Verdes volver a un Gobierno, tal vez con Cem Ozdemir, el primer ministro de Exteriores de origen turco. Y los liberales que ocupen la cartera de Finanzas a cambio de que Merkel ceda en otra cosa. Será política de cocina.
-¿La propuesta para que Schäuble presida el Bundestag allanará el pacto de Gobierno con los liberales?
-Si hay pacto de coalición, los liberales votarán a Schäuble. Si se requiere más mayoría, posiblemente el SPD podría apoyarle por razones de Estado.
-¿Cómo se vislumbra una sucesión de Merkel cuando ella ha segado la hierba bajo los pies de sus rivales?
-Tendrán ahora que emerger los oponentes. Si ha decidido que ésta sea su última legislatura, habrá una lucha por la sucesión en la CDU y veremos qué parte se impone y si Merkel elige a un sucesor o sucesora.
-¿Merkel ya está pensando en su legado como canciller?
-Su legado es Europa y dependerá del pacto de coalición. Ella va a intentar convencer a lo liberales de cedan en algunas cosas. En cuatro años pueden pasar muchas cosas en la política europea e internacional. El legado de los refugiados ya ha quedado allí.
-¿El abrir las fronteras de Alemania a los refugiados ha sido su apuesta más arriesgada?
-Yo no creo que fuera arriesgada. Hizo lo que tenía que hacer en el momento que lo tuvo que hacer. Ha hecho otras apuestas arriesgadas como Fukushima. La crisis de refugiados ha tenido como consecuencia que Alternativa para Alemania lo ha utilizado a su favor, pero de momento no se ha acabado Alemania. No le ha costado la Cancillería y sigue siendo la más votada. Ha estado en campaña electoral por el futuro más que por el pasado. Ha superado ya muchas crisis y ha hecho muchos cambios que no le han costado la Cancillería. Parte de esa perdida de votos es por un desgaste de doce años de Gobierno. Hoy por hoy, más del 50% de alemanes quiere que Merkel siga siendo canciller. Algunos, sabiendo que Merkel iba a seguir siendo canciller, han votado a otro partido. Habrá que analizar las razones que explican estos 8,5 puntos de caída. Tal vez los sondeos se han equivocado asignando los indecisos a los grandes partidos y no a los pequeños.
-¿Sería posible un Gobierno minoritario?
-Entre Gobierno en minoría y repetición de elecciones, una diferencia abismal por la segunda, lo que sería un suicidio para muchos, pues beneficiaría a AfD y dejaría en mal lugar a los demás. Los votantes pensarían que no les han escuchado. A Merkel el Gobierno minoritario no le gusta nada y los alemanes lo interpretan como inestabilidad. Todo es posible en Alemania, lo que es un vergüenza es que Alternativa para Alemania esté en el Bundestag.
-¿El resto de partidos harán un cordón sanitario frente a la extrema derecha?
-Tienen que hacerlo sin estigmatizar a sus votantes. Merkel dijo que hay que atender a los votantes de AfD, no son unos apestados. No se puede permitir que dirijan la agenda política y menos el tono bronco. Tienen ante sí lo desconocido.
-¿Petry quería un AfD que pudiera pactar con otros partidos?
-Incluso ella tiene un lenguaje y un tono que no es aceptable. Ahora la sociedad, los medios de comunicación y los partidos tienen que marcar las líneas rojas a AfD sin estigmatizar a sus votantes. Así podrán desenmascararlos y que se puedan hundir por sus rencillas internas.
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