Europa

Bruselas

Por una gran Europa

La Razón
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Entre el 22 y 25 mayo se celebran las elecciones europeas, una cita importante para medir la crisis multifacética de la integración europea. Este gran evento democrático debe animarnos a identificar tres desafíos políticos complementarios a través de propuestas que recuerdan el significado de la UE, profundicen la eurozona y alimenten una confrontación partidista abierta.

1. Repositivar la gran Europa

La atención recientemente dada a la crisis en la zona euro no debe hacernos olvidar que las próximas elecciones europeas implican una gran Europa. Es en este nivel donde nuestro países y ciudadanos, unidos en la diversidad y reconciliados, deben escribir nuevas páginas en su aventura común. La gran Europa es más que nunca la mejor escala para confirmar el creciente papel de la UE en la globalización, que la mayoría de sus pueblos desea fortalecer, muy conscientes de que la unión hace la fuerza. La UE ya está dotada de las políticas de ampliación y ayuda exterior que se debatirán en la próxima campaña electoral. Del mismo modo ocurrirá con la política comercial en estos tiempos de negociaciones transatlánticas, con los esfuerzos europeos para regular mejor unas «finanzas desbocadas» y los comienzos de la UE en materia de inmigración. Finalmente, los compromisos diplomáticos y militares de los europeos deben ser fortalecidos, al menos en su vecindario inmediato, en particular sobre la base de una cooperación limitada. La gran Europa es también el horizonte relevante de seguir trabajando en la protección del medio ambiente y el clima, y para fomentar el proceso de transición energética. Éste es el propósito del proyecto «Comunidad Europea de la Energía», que promovemos para satisfacer las aspiraciones prioritarias de los ciudadanos y los Estados de la UE (la competitividad de la industria, la seguridad del suministro, la protección del medio ambiente, etc). Finalmente, la gran Europa es el mercado único, que puede profundizarse aún más en el ámbito de los servicios, la economía digital y la grandes infraestructuras para crear más crecimiento y empleo que debería permitir una libre circulación de los trabajadores más fluida y mejor regulada y que debe ser objeto de una armonización social y fiscal con el fin de aliviar las tensiones entre el Este y el Oeste o el centro y la periferia.

2. Finalización de la Unión Económica y Monetaria

La crisis ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades fruto del desequilibrio entre la unión monetaria y la unión económica, pero ahora la eurozona se ha convertido en el crisol de una mayor integración política, basada en los derechos y las obligaciones específicas en términos de disciplina y solidaridad. Por ello, primero es necesario perseguir acciones de solidaridad ya emprendidas y de control: aplicación de una verdadera «cooperativa de crédito», basada en una supervisión bancaria europea con la participación de los agentes financieros en su propio rescate y reducir las diferencias en los intereses que las empresas y los hogares deben pagar; la mejora de la coordinación de las políticas económicas y sociales de los Estados miembros para prevenir los excesos y abusos que amenazan el funcionamiento de la unión monetaria a través de incentivos financieros para la realización de reformas en los Estados miembros; la creación de mecanismos contracíclicos bajo diversas formas entre los Estados de la zona euro; la mutualización parcial de la emisión de deuda nacional contra el riesgo de crisis sistémica que quedan... La unión económica y monetaria completa también incluye una dimensión social específica, en base a los interlocutores sociales, por ejemplo para organizar mejor la libre circulación de trabajadores o la responsabilidad de las víctimas europeas del ajuste estructural, con los jóvenes en cabeza. Se le está dando formas específicas para apoyar el crecimiento a través de inversiones masivas, tanto al acelerar la salida de la grave crisis económica y la crisis social que amenaza su cohesión y dinamismo, como para establecer las condiciones para un desarrollo humana y ambientalmente responsable. Por último, hay que completar la gobernanza de la zona euro juntos sobre una base para regular las cumbres de la zona euro, proporcionando al Eurogrupo un presidente permanente, y a los parlamentarios nacionales y europeos ejercer mejor su función de control en Bruselas y en las capitales nacionales.

3. Promover la integración europea sobre la base de alternativas claras

Todo ello está creando una doble agenda positiva en la UE y la zona euro que hará posible dar sentido pleno a la campaña electoral, que se desarrollará en registros complementarios. En primer lugar, hay que actuar para reafirmar la confianza en la integración europea mediante la promoción del supuesto fundamental, por ejemplo, el espíritu de reconciliación y el principio de la libre circulación. Los partidos extremistas tienen la intención de convertir las próximas elecciones en una especie de referéndum a favor o en contra de la UE o el euro, aprovechando su impopularidad por la crisis y su gestión. Una nueva prueba para una incansable Europa, con determinación y apertura y sobre la base de una visión amplia de las oportunidades y amenazas geopolíticas a las que se enfrenta. Las próximas elecciones europeas también deben proporcionar una clara confrontación partidista entre los diferentes enfoques de las políticas, del funcionamiento y del futuro de la UE. Se trata de poner de relieve las diferencias que separan a los conservadores, liberales, socialdemócratas, ecologistas, la izquierda radical y las otras fuerzas políticas, y así permitir a los votantes decidir sobre sus progrmas para el horizonte de la Europa de 2020. En esta perspectiva es bienvenido que las fuerzas partidarias de Europa estén a punto de nominar a sus candidatos a la presidencia de la Comisión, para personificar los temas en el debate y la votación. Esto es también porque los europeos no sólo puedan poner rostro a las principales líneas de la integración europea sino también a las divisiones que constituyen la vida política de la UE, por lo que serán capaces de comprender plenamente la gran cita democrática de la próxima primavera en España y Europa.

¡A las urnas, queridos conciudadanos!

*Jacques Delors, presidente fundador de Notre Europe y ex presidente de la Comisión Europea

**Antonio Vitorino, presidente de Notre Europe y ex comisario europeo de Justicia e Interior