Portaaviones nuclear
El primer portaaviones con capacidad para llevar aviones de sexta generación ha empezado a construirse
El Mediterráneo podría albergar un nuevo coloso nuclear. Italia se prepara para estudiar desde 2026 la viabilidad de su primer portaaviones atómico, un salto tecnológico que la colocaría en la élite naval junto a potencias como Estados Unidos o China
Italia se prepara para estudiar la construcción de su primer portaaviones de propulsión nuclear, un ambicioso proyecto que comenzará a tomar forma a partir de 2026. Bajo el nombre de «Portaerei di Nuova Generazione», esta iniciativa forma parte de un plan de modernización de la Marina italiana con el horizonte puesto en 2040, con el que Roma busca dar un salto cualitativo en su capacidad de proyección estratégica. Este esfuerzo se enmarca en una tendencia global de rearme naval, donde incluso potencias como Estados Unidos se ven en la necesidad de modernizar sus flotas, tal y como lo demuestra la gran promesa del jefe de su Armada de reforzarla.
De hecho, el concepto que se baraja va más allá de un simple cambio de propulsión. El diseño contempla la integración de tecnologías punta, como catapultas electromagnéticas para el despegue de aeronaves (EMALS), y la capacidad para operar de forma conjunta con plataformas tripuladas y no tripuladas. Además, el buque estaría concebido desde su origen para acoger a los futuros cazas de sexta generación, asegurando así su relevancia operativa durante décadas. Esta capacidad para acoger la aviación del futuro es clave, ya que las grandes potencias están inmersas en una carrera por la superioridad aérea, como demuestra el desarrollo del caza invisible Vectis por parte de Estados Unidos.
En esta primera fase, los estudios de viabilidad se llevarán a cabo bajo el paraguas del programa «Minerva», una iniciativa de investigación dotada con 2,1 millones de euros, según detalla la publicación especializada Interesting Engineering. Un consorcio industrial, liderado por el astillero Fincantieri y la firma Ansaldo Nucleare, será el encargado de investigar el desarrollo de reactores navales compactos, una pieza clave para hacer realidad las aspiraciones del proyecto.
Un salto estratégico en el Mediterráneo
Asimismo, la propulsión nuclear supondría una ventaja estratégica fundamental para la armada transalpina. Permitiría al portaaviones operar con una autonomía casi ilimitada, eliminando la dependencia del reabastecimiento de combustible en alta mar y ampliando drásticamente su radio de acción. Este nuevo buque no llegaría para reemplazar, sino para complementar a los actuales portaaviones de la flota italiana, el Cavour y el Trieste, que seguirán siendo pilares de su fuerza naval. Esta mayor presencia naval es fundamental en una zona geopolíticamente clave, donde Sicilia ha vuelto a consolidarse como la perla del Mediterráneo gracias a su valor estratégico.
En definitiva, si la iniciativa supera las fases de estudio y se materializa, Italia entraría a formar parte de un círculo muy reducido de naciones con capacidad para operar portaaviones de propulsión nuclear. Se trata de un poderío militar que, hasta la fecha, solo ostentan potencias como Estados Unidos y Francia, lo que podría redefinir el equilibrio naval en el Mediterráneo.