Poder aéreo

El inesperado sablazo multimillonario de EEUU a Suiza en la compra de los F-35

El gobierno suizo desechó las ofertas de Rafale, Eurofighter y F/A-18 Super Hornet porque eran más caras que el F-5 de Lockheed Martin

Parte delantera de un caza F-35
Parte delantera de un caza F-35US NavyUS Navy

La compra de 36 aviones de combate F-35 por parte de Suiza está generando una fuerte polémica tras conocerse que Estados Unidos exige un sobrecoste de entre 650 y 1.300 millones de dólares. El gobierno suizo había acordado un precio fijo de 6.035 millones de francos suizos (unos 6.400 millones de euros) en 2022, pero Washington alega ahora que la inflación y el encarecimiento de las materias primas justifican el aumento.

El ministro de Defensa suizo, Martin Pfister, aseguró que Suiza no superará el presupuesto aprobado en referéndum en 2020 y que, si es necesario, se podría reducir el número de aeronaves adquiridas. "Respetaremos el presupuesto máximo previsto. Si el precio fuera mayor, estudiaríamos diferentes opciones, como comprar menos aviones", afirmó en una entrevista con "Le Matin Dimanche".

Pfister, sin embargo, defiende la compra del F-35 como estratégica: "Sería necesario comprar este avión en cualquier caso", señaló, argumentando que, incluso con el aumento, sigue siendo más barato que sus competidores y que muchos países europeos ya lo han adoptado. "Es importante para la defensa de nuestro espacio aéreo que Suiza se integre en este sistema", dijo.

La polémica ha llegado al Parlamento, donde una comisión ha abierto una investigación para esclarecer los términos del contrato. La compra ya fue controvertida desde su inicio: en 2020, el presupuesto fue aprobado en referéndum por un estrecho margen, y el gobierno suizo justificó su decisión alegando que el F-35 era el más avanzado y con el coste más bajo entre los cuatro candidatos: Rafale, Eurofighter, F/A-18 Super Hornet y el propio F-35.

Las primeras entregas de los aviones están previstas para 2027. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa suizo busca una solución negociada con Estados Unidos, aunque desde Washington consideran que todo se trata de un "malentendido".