Tratados y Organizaciones
Rusia y China: dos (súper) potencias con pies de barro
La reunión al más alto nivel entre Vladimir Putin y Xi Jinping fue saludada en EE UU sin excesiva fanfarria. La Casa Blanca, al cierre de esta edición, guardaba silencio, mientras todos los medios se hacían eco de las efusivas muestras de complicidad que exhiben los dos líderes. Especialmente la declaración de Xi, que no dudaba en calificar a su homólogo de su mejor amigo. Todo, claro, con el paisaje sombrío de una posible alianza entre las dos potencias y las tensiones crecientes por la guerra comercial entre Washington y Pekín y las ya tradicionales turbulencias geoestratégicas con Moscú a cuenta de Crimea, Venezuela o Siria. O el Ártico, del que hace poco discutieron sin demasiada fortuna.
Como reflexionaba la columnista Holly Ellyatt en la NBC, da la sensación de que los dos países planean reforzar sus sinergias. Ellyat ofrece algunas claves. Por ejemplo, que «China se ha convertido en uno de los socios comerciales más grandes de Rusia» y que «en 2018, el volumen de negocios entre Rusia y China aumentó un 27,1%, alcanzando los 107.000 millones de dólares, según el Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia». Recuerda que Rusia exporta al gigante asiático combustibles fósiles, fertilizantes y alimentos. Las posibilidades podrían crecer exponencialmente. De momento, Rusia «solo representa el 1,8% de las exportaciones de China, por un valor de casi 44.000 millones de dólares, frente a EE UU, que «representan el 20%», o sea, 477.000 millones en 2017.
Las dos naciones han sido objeto de represalias recientes de la Casa Blanca, bien en forma de sanciones, como en el caso de Rusia, bien con la subida de los aranceles y las de momento empantanadas negociaciones comerciales. La analista también recuerda la fragilidad de los «modelos económicos» que sustentan tanto a Rusia como a China, basados la exportación de gas y petróleo, caso de Rusia, y en la exportación de bienes, China. Más allá de esa pieza, notable y solitaria, los principales medios preferían dedicar sus quehaceres a noticias más llamativas.
Todo ello coincidiendo con un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que alertaba ayer de que la guerra comercial iniciada por Estados Unidos contra sus principales socios comerciales, principalmente China, podría reducir el crecimiento del producto interior bruto (PIB) mundial de 2020 en medio punto porcentual. En un artículo publicado en la página web del FMI, la directora gerente de la institución, Christine Lagarde, ha alertado de que el recrudecimiento de las tensiones comerciales podría «reducir aún más» la inversión, la productividad y el crecimiento, y perderían todos. En concreto, los nuevos aranceles aprobados tanto por Washington como por Pekín podrían contraer el crecimiento. El recorte del PIB avanza hasta las cinco décimas, equivalente a 455.000 millones de dólares.
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