Hungría
Más críticas contra Hungría mientras sigue el éxodo de refugiados
"Muchos permanecen en condiciones precarias en los puntos de recogida. Serían necesarias mejoras", afirmó el director de ACNUR para Europa
El éxodo de los refugiados de Oriente Medio desde Hungría hacia Alemania, a través de Austria, continuó hoy por cuarto día consecutivo, en medio de las críticas por las malas condiciones de acogida de los inmigrantes en este país.
El éxodo de los refugiados de Oriente Medio desde Hungría hacia Alemania, a través de Austria, continuó hoy por cuarto día consecutivo, en medio de las críticas por las malas condiciones de acogida de los inmigrantes en este país.
Un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) instó hoy en Budapest a las autoridades a que mejore las condiciones de vida en los centro de acogida, al tiempo que exigió que se agilicen los trámites de registro.
"Muchos permanecen en condiciones precarias en los puntos de recogida. Serían necesarias mejoras", afirmó Vincent Cochetel, director de ACNUR para Europa, quien ha visitado varios centros para refugiados en Hungría
Recientemente la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) también criticó el trato a los refugiados, al asegurar que muchos niños duermen al raso pese al frío y que los inmigrantes apenas reciben comida y agua.
"Hungría debe urgentemente ofrecer a los refugiados e inmigrantes que cruzan la frontera desde Serbia condiciones de recepción más humanas, más transporte y claridad sobre a dónde serán enviados", señaló AI en un comunicado.
Según dijo Cochotel hoy, "los procesos de registro en Hungría muchas veces son muy complicados y los solicitantes de asilo en muchas ocasiones no entienden de qué se trata".
En esos centros son internados los refugiados que llegan a Hungría, tras cruzar la frontera vallada con Serbia.
Allí deben pasar los primeros días y es donde se registran las solicitudes de asilo y donde son inscritos los inmigrantes, tomando sus huellas digitales.
El punto más caliente de la frontera entre Hungría y Serbia es la zona en torno a Röszke, donde hoy cientos de refugiados huyeron corriendo de un puesto de registro, aunque pocas horas después fueron retenidos de nuevo por los agentes.
El procedimiento de registro, más allá de realizarse en circunstancias "precarias", como denuncian las organizaciones humanitarias, es lo que menos quieren los refugiados.
De acuerdo con la legislación comunitaria, los trámites de asilo deben ser procesados en el país de entrada de los refugiados.
Por eso, los inmigrantes de Oriente Medio no quieren ser registrados en Hungría porque temen ser devueltos a ese país, incluso si logran llegar a Europa Occidental.
Sin embargo, Hungría se limita a aplicar la normativa comunitaria de registro, que además permite restringir sus movimientos mientras dura el proceso de asilo.
Ante la crisis migratoria vivida la semana pasada en Hungría, los gobiernos de Austria y Alemania anunciaron que dejarían entrar en sus países a los refugiados procedentes de este país.
Desde entonces han pasado ya unas 23.000 personas sin controles desde Hungría a Austria y de allí a Alemania solo hoy fueron 7.000.
La estación Keleti en Budapest, que hasta la semana pasada era como especie de campamento para miles de refugiados, se ha convertido ahora en una enorme "sala de tránsito".
Los refugiados llegan a miles cada día para subirse directamente a uno de los trenes que los llevan a Viena o a Múnich (Alemania), sin que nadie les controle.
Frente al caos que caracterizó ese lugar las últimas semanas, hoy los refugiados estaban bien organizados, haciendo filas en la planta baja de la estación para subir en grupos a los andenes y luego a los trenes, según pudo comprobar Efe.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, anunció hoy que se acelerará la construcción de una segunda valla en la frontera con Serbia, de cuatro metros de altura, para frenar la inmigración.
El objetivo del Gobierno conservador nacionalista de Orbán es terminar la polémica valla en el mes de octubre, para cuando la ONU estima que empiece a reducirse el flujo migratorio.
Las autoridades húngaras han interceptado en lo que va de año a más de 167.000 personas que cruzaron de una forma ilegal la frontera, según datos de la policía.
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