EE UU
Steve Witkoff: el negociador inesperado que irrumpe en el centro de la geopolítica mundial
El abogado y viejo amigo de Donald Trump se ha convertido en una de las figuras centrales para la negociación del acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania
En un momento en que el mundo contiene la respiración ante el posible avance de Rusia sobre el acuerdo de alto el fuego propuesto por Estados Unidos para Ucrania, un nombre domina los titulares de Washington y Moscú: Steve Witkoff. Un magnate inmobiliario sin experiencia diplomática, elegido por Donald Trump como emisario personal ante el Kremlin, y que hoy se ha convertido en una de las figuras más influyentes —y controvertidas— en los esfuerzos por negociar la paz en Europa del Este.
De los rascacielos al tablero geopolítico
Nacido en el Bronx hace 68 años, Witkoff se formó como abogado especializado en bienes raíces antes de fundar The Witkoff Group, una de las firmas inmobiliarias más prominentes de Nueva York. Entre sus propiedades más emblemáticas destacan el Park Lane Hotel, el Woolworth Building y varias decenas de edificios residenciales y comerciales dentro y fuera de Estados Unidos.
Su historia profesional se asemeja en muchos aspectos a la de Trump: un imperio familiar, una fortuna construida en el mercado de Manhattan y una estrecha relación con el mundo del golf, escenario donde ambos consolidaron una amistad de décadas. "Mi querido amigo Donald Trump", lo llamó Witkoff cuando tomó la palabra en la Convención Nacional Republicana de 2024, donde respaldó abiertamente su agenda política y su filosofía de "no más cheques en blanco".
Su cercanía personal con el presidente explica por qué, tras la reelección de Trump, Witkoff ascendió desde papeles secundarios en política económica —como miembro de los grupos empresariales creados durante la pandemia— hasta ocupar un puesto clave en la política exterior estadounidense.
Un negociador autodidacta con acceso directo a Putin
En enero, Trump sorprendió a su propio equipo al designarlo como enviado especial para Oriente Medio. Pero pronto su rol se expandió: Witkoff comenzó viajes regulares a Moscú para conversar directamente con Vladimir Putin sobre un posible fin de la guerra en Ucrania. Desde entonces, se ha reunido varias veces con el presidente ruso, a quien el magnate describe como "un tipo súper inteligente" con quien dice mantener una "amistad".
Sus declaraciones han llamado la atención tanto dentro como fuera de Estados Unidos. En febrero, tras su primera reunión privada con Putin —de más de tres horas y sin más testigos que traductores— regresó con un "hermoso retrato" de Trump, encargado por el propio líder ruso. Y en entrevistas posteriores, asumió sin matices puntos de vista casi calcados del Kremlin: que Ucrania es una "falsa nación" o que varias regiones del país son "históricamente rusas".
Las críticas no tardaron en llegar. El Wall Street Journal apuntó que "un negociador estadounidense no puede repetir como loro los argumentos del adversario", mientras que el congresista demócrata Seth Moulton calificó la situación como "insana: un enviado de EE UU negociando para el otro lado".
La tormenta creció cuando Bloomberg reveló que Witkoff habría aconsejado a un alto asesor ruso sobre cómo presentar mejor sus exigencias al presidente estadounidense. Esa insinuación —de que facilitaba la posición de Moscú— puso la lupa sobre su papel y sobre cómo fue escogido por Trump por encima de figuras experimentadas como el secretario de Estado Marco Rubio o el propio enviado oficial para Ucrania, Keith Kellogg.
El "arquitecto" del acuerdo en Gaza
A pesar de las críticas, Witkoff ha cosechado elogios en otro frente: Oriente Medio. Fue una figura central en las negociaciones que derivaron en el acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamas, y en el intercambio inicial de rehenes israelíes por prisioneros palestinos. Diplomáticos de la región lo describen como "duro pero empático", con una habilidad particular para conectar con familias en duelo, marcada por la muerte de su hijo Andrew en 2011 por una sobredosis de OxyContin.
Sin embargo, incluso su rol en Gaza generó polémica. Tras una visita, respaldó la sorpresiva propuesta de Trump de "desarrollar" la Franja y convertirla en el "Riviera del Medio Oriente", un plan criticado por organismos internacionales por implicar desplazamiento masivo de población.
Sombras del pasado: vínculos con figuras del crimen organizado ruso
Uno de los aspectos menos conocidos del perfil de Witkoff emergió recientemente: sus antiguos nexos con el ruso Anatoly Golubchik, condenado en 2013 por su rol en una red internacional de apuestas ilegales vinculada al célebre mafioso Semion Mogilevich. Documentos judiciales sugieren que Witkoff firmó una carta de recomendación para que Golubchik adquiriera un apartamento en Manhattan, algo que su equipo afirmó después haber "lamentado" profundamente.
Expertos señalan que, en la Rusia contemporánea, las líneas entre oligarcas, crimen organizado y servicios de seguridad se diluyen, lo que vuelve cualquier conexión pasada motivo de escrutinio cuando el involucrado actúa hoy como intermediario con el Kremlin.
Sin embargo, a medida que las tensiones aumentan por la filtración de que Witkoff pudo haber participado en un chat donde altos funcionarios compartieron información sensible sobre operaciones militares, su figura se vuelve aún más polémica aunque Trump insista en que su "amigo de confianza" puede cerrar un acuerdo con Putin.