La sombra de Epstein vuelve a amenazar a Trump

La firma de Donald Trump en una felicitación de cumpleaños al pederasta Jeffrey Epstein ha desatado un auténtico vendaval político en Washington. En ella, se puede leer el nombre de «Donald» escrito a mano, y justo encima, con letra mecanografiada, «Donald J. Trump». La rúbrica se encuentra al final de una lasciva carta (el dibujo de la silueta de una mujer desnuda enmarca el contenido), una felicitación supuestamente enviada por el presidente estadounidense a Epstein con motivo de su 50 cumpleaños en el 2003.

Ciertas frases de la felicitación han levantado todo tipo de sospechas y comentarios: «Tenemos ciertas cosas en común», le escribe. Además, le recuerda que comparten «secretos». Trump insiste en que esta felicitación es «falsa», pero sus oponentes aseguran que miente. De momento, es la palabra de uno contra la de otro, a pesar de que todo apunta a que esa sería su letra. De lo que no hay ninguna duda es de que el caso ha vuelto a dar fuertes dolores de cabeza al presidente, que no se libra de la polémica trama Epstein.

El primero en mencionar la felicitación que ve ahora la luz fue el periódico Wall Street Journal. El pasado mes de julio, el rotativo habló de la misiva, pero no la mostró, dando pie a que Trump hiciera creer que se trataba de una mentira para desprestigiarle. La exclusiva le costó al periódico una demanda por parte de la administración, en la que se le pedía una indemnización de «al menos, 10.000 millones de dólares». Actualmente, el caso está pendiente de un tribunal federal de Miami.

Mientras esa disputa legal se resuelve, la carta, que se encontraba entre las pertenencias del fallecido que sus herederos entregaron a la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes tras un requerimiento, acaba de hacerse pública gracias a que el Congreso la ha conseguido legalmente y los demócratas no han perdido tiempo en compartirla. Se trata de una tarjeta de cumpleaños que forma parte de un álbum de 238 páginas con varias felicitaciones, un regalo entregado a Epstein por sus familiares hace 22 años con recuerdos y mensajes de amigos . «Aquí está. Hemos conseguido la nota de cumpleaños de Trump a Jeffrey Epstein que el presidente dijo que no existía. Trump habla de un `secreto maravilloso´ que compartían los dos. ¿Qué ocultan? ¡Publicad los archivos!», han exigido los congresistas demócratas de la Comisión en su cuenta de X. El partido parece haber encontrado en esta imagen la oportunidad perfecta para atacar al presidente con un tema que parece estar desgastando a su administración. «Es hora de que el presidente nos diga la verdad sobre lo que sabía y publique todos los archivos de Epstein», ha dicho el representante demócrata por California, Robert García, añadiendo que el pueblo «exige respuestas».

La Casa Blanca, como ya hizo en julio, insiste en que la misiva es «falsa», y su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, en un comunicado publicado en X, asegura que «está muy claro que el presidente Trump no dibujó esta imagen, y no la firmó». Trump también se defiende repitiendo que «estas no son mis palabras, no es mi forma de hablar. Además, yo no dibujo imágenes». El subjefe de despacho de la Casa Blanca, Taylor Budowich, trata de proteger a su líder publicando varias fotos de diferentes versiones de la firma de Trump y remarcando que la publicada en la felicitación «no es su firma».

También se han alzado algunas voces mostrando pruebas de las habilidades pictóricas del mandatario que desmienten sus declaraciones de que él «no hace dibujos». La cadena estadounidense CNN recoge uno de estos ejemplos, asegurando que la doctora Lowery Lockard, directora de la organización benéfica Hattie Larlham, declaró a CNN que en 2004, Trump le envió «dos dibujos firmados para una subasta benéfica en Ohio». El dibujo en cuestión, un árbol con dólares cayendo y firmado por Trump, se vendió por 8.500 dólares.

La maquinaria de uno y otro bando se ha puesto en marcha tratando de encontrar formas que demuestren la veracidad o falsedad de la tarjeta de cumpleaños, porque lo importante es la amistad que Trump pudiera tener con Epstein, que se suicidó en prisión en agosto de 2019 cuando estaba siendo juzgado por tráfico sexual. El presidente estadounidense insiste en que rompió relaciones con él hace dos décadas porque «le robó» a mujeres jóvenes que trabajaban para el spa de su resort en Mar-a-Lago, incluida Virginia Giuffre, una de las denunciantes más conocidas de Epstein y que se suicidó el pasado 25 de abril a los 41 años.

El caso Epstein ha generado divisiones políticas incluso entre los propios republicanos. Algunos consideran que debería publicarse absolutamente todo el material sobre la investigación (uno de los mayores promotores de esta idea es Thomas Massie, representante republicano por Kentucky). Otros apuntan a que se trata de una farsa para desprestigiar a su líder. Lo cierto es que por mucho que Trump ha intentado calmar las aguas, todavía no ha conseguido apaciguar el clamor por una transparencia completa en este caso.

La divulgación de la carta se produce en medio de un impulso bipartidista en el Congreso para que se publiquen los llamados “archivos de Epstein” tras años de especulación. Los exhortos para la publicación de los archivos vinieron de varios republicanos, incluido el vicepresidente JD Vance, antes de que asumiera el cargo número 2 del país.