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«¿Tiene impulsos homicidas?»
Los aspirantes a piloto, además de los exámenes físicos, deben rellenar test básicos y realizar una entrevista con un psicólogo de apenas diez minutos
MADRID - ¿Cómo es posible que alguien capaz de suicidarse a los mandos de un avión comercial y segar, junto a su vida, la de 149 personas, pueda pasar un exhaustivo examen psicológico?
Actualmente, en Europa, todo piloto de líneas aéreas debe tener un certificado médico denominado «EASA Part-FCL Class 1». Las especificaciones médicas que debe cumplir el candidato están recogidas en un documento aprobado por la Comisión Europea aprobado el 3 de noviembre de 2011 y denominado por su número de registro: 1178/2011. En la sección segunda de este documento, concretamente en la página 179, están especificados los diversos requisitos en varios capítulos: general, sistema cardiovascular, sistema respiratorio, sistema digestivo, endocrinología, etc... El apartado dedicado a la situación psicológica es el MED.B.060 y, en claro contraste con el resto de capítulos (muy detallados y de varias páginas) apenas se compone de dos epígrafes de dos líneas cada uno. En el epígrafe primero se dice que el solicitante del certificado «no debe tener establecidas deficiencias psicológicas algunas que puedan interferir con el ejercicio seguro de los privilegios aplicables a la licencia». El segundo que «una evaluación psicológica puede ser requerida como parte o complemento a un examen por parte de un especialista psiquiátrico o neurológico». El capítulo psiquátrico es un poco más extenso, pero apenas llega a media página. En este capítulo, el MED.B.050, se especifica que «los solicitantes con un historial de lesiones autoinfringidas deliberadas, aisladas o repetidas, deben ser considerados no aptos» pero, a continuación, abre la posibilidad de que se les vuelva a considerar aptos tras «someterse a una evaluación psiquiátrica satisfactoria». El parrafo «f» enumera los únicos supuestos en los que siempre se considerará no apto al solicitante. Sólo se enumeran tres patologías: esquizofrenia, trastorno esquizotípico y trastorno delirante. Un mes después de que la Comisión Europea aprobara este reglamento la EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea) aprobó a su vez otro: «Acceptable Means of Compliance and Guidance Material to Part-MED. 15/12/2011». Este documento sigue los pasos del primero y amplía someramente los requisitos del primero.
Esta es la legislación europea, pero luego son las autoridades de cada país las que se encargan de aplicarla. En España esta misión la cumple la Dirección General de Aviación Civil. Los pilotos deben someterse a un examen médico «inicial» y, sucesivamente, a otros periódicos, una vez al año hasta los 40 años y cada seis meses a partir de entonces.
Uno de los centros médicos habilitados para realizar estos exámenes médicos es el Centro de Investigación de Medicina Aereoespacial (CIMA). El aspirante a piloto en su examen «inicial» tiene que acudir en ayunas y nada más llegar se le extrae sangre y aporta una muestra de orina para detectar posibles sustancias incompatibles (drogas, etc.). Luego tiene lugar un reconocimiento físico por parte de un médico aeronáutico y después se le pasa consulta en diferentes especialidades (oftalmología, cardiología, etc.). Por último, tiene lugar la prueba que suele poner más nerviosos a los pilotos, la revisión psicológica.
Daniel Muñoz, doctor en Psicología experto en Aeronáutica del Grupo Álava Reyes, explica el «proceso estándar» al que se someten los aspirantes a pilotos. «Se evalúan tres áreas: la personalidad, la inteligencia y capacidad cognitiva, y la capacidad atencional», afirma. El test de personalidad se basa habitualmente en tres modelos conocidos como MMPI, Neo PI-R y 16 PF –«muy utilizado en aeronáutica», asegura–. El piloto debe responder entre 200 y 300 preguntas «sobre su forma de sentir, actuar y relacionarse con los demás». En este sentido, se encuentan afirmaciones del tipo «Mi humor cambia con frecuencia». O incluso algunas muy «obvias», como «A veces tengo impulsos de matar a alguien», a las que el aspirante debe responder «si está muy, poco o bastante de acuerdo». A partir del resultado del cuestionario, que se corrige con un procedimiento matemático y se extrae posteriormente un resultado, el psicólogo debe entrevistar al aspirante. La inteligencia y capacidad cognitiva se centra en indagar sobre «la capacidad espacial y de razonamiento», con ejercicios como la rotación de figuras. Por último, la capacidad atencional se centra en evaluar la actitud en «momentos críticos, como el despegue y el aterrizaje, que es cuando el piloto más recursos necesita». «Se trata de realizar tareas muy repetitivas a través del ordenador», añade.
El proceso completo lleva unas cinco horas. En un examen inicial típico, el aspirante a piloto entra a las 8:30 de la mañana y sale a las 12:30 aproximadamente.
El examen descrito es el «inicial», luego vienen anualmente los periódicos. LA RAZÓN se puso ayer en contacto con un piloto español que había sido sometido a su revisión médica periódica ayer mismo. En ningún momento se produjo entrevista alguna con un especialista en psicología o psiqiatría. Sólo tuvo lugar un encuentro con un facultativo general con una cualificación especial que le habilitaba como «médico aeronautico».
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