Política

Tiroteos en Estados Unidos

Tiroteo en California: «Todo lo que queríamos era salir del infierno»

Dos mujeres envueltas en una manta abandonan el área del bar donde se produjo el tiroteo
Dos mujeres envueltas en una manta abandonan el área del bar donde se produjo el tiroteolarazon

Supervivientes del crimen de la masacre del bar Borderline, en Thousand Oaks (California) trataban de explicar a las cámaras el horror. Un padre, delante de los reporteros locales, explicaba que nada más escuchar el primer disparo supo que era de verdad, que iba en serio. Su hijo creyó que era una broma y el hombre logró que se escondiera junto a él. Inmediatamente después contempló cómo el asesino se desplazaba a su derecha y asesinaba al portero del local.

Entre los muertos estaba el estudiante universitario Justin Meek, de 23 años. Según el decano de la Universidad Luterana de California, Chris Kimball, el joven habría actuando «heroicamente» y «salvó vidas en el incidente». Otro de los fallecidos fue Cody Coffman, de 22 años de edad. Su padre, Jason Coffman, le dijo a a la CNN que acaba de hablar con su hijo. Le pidió que no condujera si bebía.

«Disparaba contra todo», explicó llorando Kayla Simmons, «contra los altavoces, contra todo. Así que todo lo que realmente vimos era el humo, y los disparos, y tratamos de agacharnos lo más rápido que pudimos y escapar de allí». También dijo que «escuché los disparos, toda la gente se volvió loca, empezó a correr, les dije que se agachasen, que saliéramos de allí. Necesitamos salir de aquí antes de que pase algo. No sabemos de dónde viene todo». Simmons confirmó que el asesinó usó un arma semiautomática: «Escuché 18, 20 disparos a la vez antes de salir». A su lado, otra de los testigos comentó que «todo el empeño de las víctimas pasaba por escapar de aquel infierno. Como fuera. Encontrar refugio y esperar que nuestros amigos también lo encontrasen».

Otro testigo, Matthew Wennerstrom, de 20 años, explicó a «Los Angeles Times» que el bar era un lugar de reunión habitual para universitarios de Malibú. Había billares y una zona de baile. Aunque la música estaba a todo volumen, los disparos resultaron inconfundibles inmediatamente. La gente, contó, trató primero de refugiarse debajo de las mesas de billar. Después usó todo lo que pudo encontrar para romper las ventanas y escapar. Como explicó el presentador de la CNN, se trata de la mayor matanza con arma de fuego cometida en Estados Unidos... en los últimos once días.