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Guerra en Gaza

Netanyahu acepta el plan de paz de Trump para Gaza

El texto pactado por el presidente de EE UU y el «premier» hebreo prevé un alto al fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes en 48 horas y la retirada gradual de las tropas israelíes

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, protagonizaron este lunes una jornada intensa en la Casa Blanca, donde el mandatario norteamericano aseguró que el fin de la guerra en Gaza está “muy, muy cerca”.

“Estamos, como mínimo, muy, muy cerca. Y creo que estamos más allá de muy cerca”, dijo Trump en el comedor de Estado al presentar lo que describió como un “gran día, un día hermoso, potencialmente uno de los grandes días de la civilización”.

Sin embargo, pese a la euforia presidencial, el acuerdo final todavía no existe. El plan, convertido ahora en una propuesta de 20 puntos difundida por la Casa Blanca, requiere ser aceptado por Hamás, el único actor que aún no ha dado su visto bueno.

En la rueda de prensa conjunta con Netanyahu, Trump agradeció al primer ministro israelí por “aceptar” el plan de paz. No obstante, Netanyahu no confirmó explícitamente esa adhesión en público, y en círculos diplomáticos persisten dudas sobre hasta qué punto Israel respalda la totalidad de la propuesta.

El documento prevé un alto al fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes en 48 horas y la retirada gradual de las tropas israelíes de Gaza. Además, establece la creación de un organismo de supervisión internacional para la reconstrucción del enclave.

Trump insistió en que Hamás también estaría dispuesto a sumarse: “Estoy escuchando que Hamás quiere que esto se haga”. Pero advirtió de que, si la organización rechaza el acuerdo, Israel tendría “todo el respaldo de Estados Unidos para continuar su campaña militar”.

En un giro inesperado, Trump anunció que él mismo presidirá un “Board of Peace” o Junta de Paz Transicional, que supervisará la reconstrucción de Gaza tras el fin de la guerra. “No fue decisión mía, créanme, estoy muy ocupado”, dijo el presidente entre risas. “Pero los líderes del mundo árabe, Israel y todos los involucrados me pidieron hacerlo, y acepté”.

Según la Casa Blanca, este consejo estará integrado por jefes de Estado, representantes árabes e israelíes, y figuras internacionales como el ex primer ministro británico Tony Blair, quien tuvo un rol clave en el diseño del plan.

Trump destacó que su plan ha sido discutido ampliamente con líderes internacionales. Mencionó contactos directos con Arabia Saudita, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Turquía, Pakistán, Jordania e Indonesia. “Han estado muy involucrados en esta negociación, aportando ideas, señalando lo que pueden aceptar y lo que no. Es bastante complejo”, reconoció.

El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, incluso expresó en la red X su apoyo al plan, mientras que Trump calificó de “terrífico” al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi por su respaldo.

La amplitud de los contactos refleja el esfuerzo de Washington por coordinar a múltiples actores en un conflicto donde las divisiones entre facciones palestinas, la desconfianza hacia Israel y la rivalidad entre potencias regionales han frustrado anteriores intentos de alto el fuego.

Para Netanyahu, esta ha sido la cuarta reunión con Trump desde que el presidente estadounidense volvió al poder en 2025. La visita ocurre en un contexto de presión creciente: las familias de los rehenes exigen soluciones inmediatas, mientras encuestas recientes de Gallup muestran que apenas el 21% de los israelíes creen posible alcanzar la paz con Palestina.

A nivel internacional, su gobierno enfrenta aislamiento. La semana pasada, decenas de delegados abandonaron en masa la Asamblea General de la ONU cuando Netanyahu defendió que Israel “debe terminar el trabajo” contra Hamás y calificó de “vergonzosa” la decisión de varios países de reconocer al Estado palestino.

El propio Trump, pese a su cercanía con Netanyahu, ha marcado límites. Reiteró que no permitirá una anexión israelí de Cisjordania: “Ya ha sido suficiente. Es hora de detenerse”.

El trasfondo de la reunión sigue siendo una tragedia humanitaria. Desde el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 muertos en Israel y 251 secuestrados, la respuesta militar israelí ha causado más de 66.000 muertes en Gaza, según cifras del Ministerio de Salud del enclave, administrado por Hamas. Gran parte de la infraestructura ha quedado destruida y organismos internacionales alertan de hambruna y desplazamientos masivos.

Israel estima que de los 251 rehenes iniciales quedan 48 en Gaza, de los cuales solo 20 estarían vivos. La liberación inmediata de esos cautivos es uno de los pilares del plan de paz.

Otro punto clave de la jornada fue la confirmación de que Netanyahu pidió disculpas al primer ministro catarí por el bombardeo en Doha del 9 de septiembre, en el que murió un guardia de seguridad catarí. “Israel lamenta que uno de sus ciudadanos haya sido asesinado en nuestro ataque”, expresó Netanyahu, según un comunicado de su oficina. El líder israelí aseguró que no volverá a violar la soberanía catarí y aceptó la creación de un grupo trilateral con EE.UU. y Catar para abordar agravios mutuos.

Catar, que ha jugado un rol mediador en múltiples rondas de negociaciones indirectas entre Israel y Hamás, sigue siendo un actor indispensable para cualquier acuerdo duradero.

Aunque Trump habló de un “día histórico” y aseguró que “todos menos Hamás han aceptado el plan”, la realidad sigue plagada de incertidumbres. No está claro si Hamás aceptará las condiciones impuestas, ni cómo se implementará la salida de sus líderes de Gaza o el eventual rol de la Autoridad Palestina en la administración del territorio.

Fuentes diplomáticas advierten de que el plan estadounidense, más que un esquema detallado, es una lista de objetivos generales que aún requiere negociación minuciosa. Lo que sí parece claro es que Trump busca marcar un hito diplomático que refuerce su legado en Medio Oriente, mientras Netanyahu intenta demostrar que todavía cuenta con el respaldo de su aliado más poderoso.