EE UU
Trump atemoriza a los estudiantes extranjeros con sus visados en regla
La fuga de talento por la falta de fondos y la persecución preocupan a la comunidad científica de EE UU
«Siento no haber podido cuadrar la entrevista, pero la verdad es que los estudiantes estamos muy nerviosos», es la respuesta de una alumna universitaria española que vive en Nueva York cuando LA RAZÓN contacta con ella para entrevistarle acerca de las nuevas políticas de Donald Trump. Ana (nombre ficticio) prefiere mantener el anonimato por temor a las represalias por hacer esta entrevista. «La verdad es que incluso tenemos miedo a la hora de compartir ideas por las redes sociales, por lo que nos dijo la abogada de inmigración, son nuestro peor enemigo», relata la estudiante a este diario. «Están usando posts o incluso fotografías de eventos que van en contra de los ideales del Gobierno para utilizarlo en nuestra contra».
Esta semana muchos centros educativos disfrutan del llamado «Spring Break», unos días de vacaciones a principio de la primavera. Es un período que muchos estudiantes extranjeros aprovechan para regresar a sus países. Sin embargo, este año desde las universidades les han recomendado que, salvo que sea imperativo, lo mejor es no viajar. «A nosotros nos ha recomendado que no salgamos del país por ahora porque estamos en proceso de renovación de visado». Por eso Ana estas vacaciones «por si acaso me quedo aquí». La joven explica que los abogados del centro donde estudia no tienen respuestas claras «con los precedentes de los últimos meses». Es decir, la detención de varios alumnos que aun teniendo su documentación en regla han sido detenidos por defender la causa palestina en redes sociales o en las calles del país.
Un grupo de académicos ha demandado a la Administración de Trump alegando los arrestos arbitrarios de los alumnos, defienden que son inconstitucionales porque atentan contra la primera enmienda que consagra la libertad de expresión y reunión. El último caso conocido ha tenido lugar en Somerville (Massachusetts), cuando seis agentes del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) vestidos de civil detuvieron a Rumeysa Ozturk, una estudiante turca con visa F1 válida de la Universidad Tufts. La detención se produjo por presuntamente «participar en actividades de apoyo a Hamás», declaró un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional sin especificar a qué actividades se refieren. Su abogado alega que el motivo es un artículo en el que Oztuk participó en 2024 que criticaba como su centro había manejado las protestas propalestinas. El jueves, una jueza del distrito de Talwani había dado 48 horas al Gobierno para explicar la detención.
Lo mismo que le ha ocurrido al activista propalestino Mahmoud Khalil, graduado de la Universidad de Columbia con Green Card (residente permanente), que fue detenido hace unos días y contra quien este jueves la Administración presentó cargos por esconder información durante la aplicación de su visa, al no revelar que había trabajado previamente para la oficina siria de la embajada británica en Beirut o que era miembro del organismo de Obras Públicas y Socorro de Naciones Unidas para los Refugiados de palestina en Oriente Medio (UNRWA).
Precisamente a la Universidad donde estudiaba el joven, Columbia, la Administración Trump amenazó con retirar 400 millones de dólares en fondos si no aceptaba endurecer las acciones contra las protestas propalestinas. Tras la congelación de varios fondos, el centro claudicó y aceptó los términos, entre ellos prohibir el uso de mascarillas en las protestas, que el campus cuente con 36 agentes con potestad para llevar a cabo detenciones, que los jóvenes detenidos durante las protestas del pasado cumplan su condena y que el Centro de Estudios Palestinos esté liderado por un director que elegirá la Administración Trump, quien decidirá los planes de estudios y las contrataciones que se realizarán. Uno de los principales motivos de ceder a la presión de Trump es que sus programas de investigación se habían visto afectados por la falta de financiación, y de momento, siguen parados porque no está claro ni cómo ni cuándo se reanudará la inyección de dinero gubernamental.
Uno de los afectados es el doctor Ian Lipkin, profesor e investigador de la Universidad de Columbia, y su equipo. En una entrevista con LA RAZÓN, el doctor Lipkin explica que tenía tres proyectos en marcha que arrancó en 1985, 1997 y 2012 y que, por ahora, están suspendidos a la espera de ver cómo se resuelve la situación. «Una de las investigaciones se centra en el análisis de la enfermedad llamada MEFCFS (encefalomielitis mialgia), el síndrome de fatiga crónica, que afecta a al menos tres millones de personas en EE UU. Contamos con una subvención de 50 millones de dólares», cuenta, «pero estamos parados».
Durante la entrevista los tres laboratorios en los que trabaja su equipo estaban vacíos, hasta que se aclare su futuro económico, un hecho sin precedentes en los más de 40 años de profesión que lleva a su espalda. La situación es terrible por muchas cosas, confiesa a este medio. «Primero por los pacientes, que son lo más importante, y luego por las personas que hacen el trabajo porque se está despidiendo a gente», relata y «el problema es que tenemos una cantera de jóvenes que serían el futuro de la ciencia y la medicina, pero estas personas tienen que encontrar otras formas de mantenerse. Si seguimos actuando así podríamos perder a toda una generación de científicos».
Las amenazas de Trump han creado miedo en una comunidad cuyos salarios suelen depender de fondos gubernamentales y privados y, ante esta situación, algunos están empezando a buscar otras oportunidades, una situación que la UE está aprovechando. Al menos 10 países, incluidos España, Francia y Alemania, han contactado con la Comisión Europea para que aumente en dos millones de dólares la inversión en investigación y atraer así al talento que huye de EE UU. Un claro ejemplo es la Universidad de Aix- Marsella, en Francia, que acaba de inaugurar un programa para investigadores estadounidenses llamado «Lugar Seguro para Ciencia» y ya tiene varias solicitudes.