Aranceles

Los Veintisiete ultiman la lista de represalias para castigar a EE UU si ambas partes no logran un acuerdo

Los castigos no entrarán en vigor antes del 1 de agosto

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der LeyenEuropa Press

Las manecillas del reloj siguen girando. Los Veintisiete se asoman el precipicio del 1 de agosto entre la esperanza, la cautela y el pesimismo. Nadie sabe muy bien qué va a hacer Donald Trump y esta incertidumbre tiene sumidas a las cancillerías europeas en una tensa espera.

El comisario de comercio, Maros Sefcovic, viajó a Washington el pasado miércoles para mantener reuniones con el comisario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick y el representante de Comercio, Jamieson Greer. Tras este nuevo desplazamiento, Sefcovic informó el pasado viernes de estos nuevos contactos a los embajadores europeos. Aunque la apuesta sigue siendo por el diálogo, Francia y Alemania han ido subiendo el tono y piden a la Comisión Europea que deje claro a Washington que los aranceles de Trump no quedarán sin respuesta.

Dos listas de contramedidas

De momento, la UE tiene preparadas dos listas de contramedidas. La primera de ellas, de 21.000 millones de euros lleva finalizada desde hace meses, ya que responde a la primera subida arancelaria impuesta por Donald Trump al aluminio y el acero del 25% (actualmente este incremento se ha duplicado hasta el 50%). Se conoce que esta lista golpea a aquellos productos fabricados en Estados pro-Trump y que también simbolizan al modo de vida americano como la soja, los pantalones vaqueros o las motos Harley Davidson. De hecho, es un listado de bienes muy similar al que los Veintisiete impusieron a Estados Unidos durante el primer mandato de Trump en 2017, cuando también Washington gravó el aluminio y el acero.

La segunda lista de 72.000 millones de euros no está preparada todavía, ya que las consultas con las capitales europeas prosiguen. El documento definitivo fue enviado a los Estados miembros el lunes por la tarde de la semana pasada, tras la reunión del Consejo de Comercio de los Veintisiete en el que por primera vez se analizó la carta enviada por Trump el sábado anterior en la que amenaza con un arancel del 30%.

En un primer momento, el Ejecutivo comunitario quería que esta lista ascendiera a 95.000 millones de euros, pero los países europeos pidieron eliminar algunos productos, ante el temor a las represalias del Trump. En el nuevo documento enviado a las capitales europeas se mantiene la carne de vacuno y de cerdo, todoterrenos, camionetas y componentes aeronáuticos además del whisky bourbon de Kentucky que fue retirado de la primera lista de 21.000 millones de euros debido, sobre todo, a las presiones por parte de Francia. A pesar de esto, este nuevo listado aún puede sufrir nuevos ajustes hasta su entrada definitiva en vigor. El Ejecutivo comunitario, a través de su portavoz de Comercio, Olof Gill, ha evitado este martes dar una fecha sobre cuando terminará este proceso.

Las contramedidas entrarán en vigor a partir del 1 de agosto

Lo único que se sabe es que ninguna contramedida entrará en vigor antes del 1 de agosto, por lo que aún quedan algunos días para seguir perfilando la lista de productos definitivos. Pero la gran pregunta es hasta qué punto esta respuesta será suficiente, ya que estas represalias estaban planteadas antes de que Trump amenazara con el 30%. Una cifra que, según reconoció el comisario de Comercio Maros Sefcovic la semana pasada, hará prohibitivo el comercio a ambos lados del Atlántico.

Francia es el país que pide una mayor contundencia e incluso desenfundar el denominado instrumento anti-coerción, una herramienta aprobada en el año 2023 y que busca responder a chantajes geopolíticos de terceros países a través de la política comercial. Entre las medidas previstas en esta nueva herramienta, se contempla no solo el aumento de aranceles sino también restricciones a las importaciones y a la inversión extranjera directa en la UE o contramedidas en el ámbito de las licitaciones, que incluye la exclusión de proveedores, mercancías o servicios. El Ejecutivo comunitario prefiere no adelantarse a este escenario y cree que no es el momento todavía de utilizar este instrumento.

Los días anteriores al 9 de julio, el escenario era muy diferente. La UE y Estados Unidos estaban avanzando en un acuerdo comercial. Los Veintisiete parecían haberse resignado a aceptar un 10% de arancel general a todos los productos a cambio de que Washington impusiera algunas excepciones a bienes sensibles. La propia Comisión Europea había asegurado que no esperaba ninguna misiva intimidatoria de Donald Trump y que, aunque la tregua comercial se hubiese extendido hasta el 1 de agosto, el propósito era llegar a una pacto lo antes posible para terminar con la incertidumbre. Pero las amenazas de gravar todos los productos europeos al 30% desmontaron los planes iniciales. La imprevisibilidad del inquilino de la Casa Blanca vuelve a confundir a los socios europeos.