Gastronomía

La Tienta: Los tomates de Ángel y otras maravillas

Taberna madrileña con alma taurina y flamenca, con un enfoque muy gastronómico.

@tabernalatienta
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En la esquina de Alejandro González con Alcalá, y a escasos minutos de Las Ventas he descubierto, no hace mucho, un clásico renovado llamado La Tienta. Un lugar que lleva desde 1952 abriendo sus puertas para tertulias taurinas y haciendo el que (podría ser) uno de los mejores rabos de toro. Antes de continuar sólo quiero dejar por escrito que nunca he asistido a una corrida de toros y que, por tanto, no me considero ni una amante de esta tradición pero tampoco una detractora. Sin embargo, La Tienta recoge ese ambiente taurino, combinado con una estética minimalista y renovada, y taurinos o no: todos tienen su plato que degustar.

Más allá de sus interesantes comienzos, siendo un negocio familiar regentado por Venancio Molero, en 2008 sus hijos tomaron el negocio, y actualmente, uno de ellos, César, tiene de socio a nada menos que el Doctor Ángel Martín, uno de los cirujanos plásticos más reputados de España (y si me apuran, más mediáticos) fundador de Clínica Menorca, una de las clínicas de medicina y cirugía estética más pioneras de España.

Pero, saliéndome del mundo toro y belleza, me voy a detener a hablar de tomates y en especial de los tomates de Ángel, que, además de estar en El Quintín, también tienen su rincón en este restaurante. ¡Son una auténtica gozada! Ecológicos y del huerto particular del Doctor, ubicado en Navarriesca, son sin duda uno de los platos estrella del restaurante.

Aunque no menos alabanzas se merecen ‘Los Pepitos’ renovados de La Tienta, uno de ellos bautizado como ‘Don Josito’ por el propio Chicote al probar el pepito de carne de angus diseñado por el propio Ángel Martín.

Y es que el sitio es un auténtico éxito: precios competitivos, los tomates de Ángel y una carta tradicional pero exquisita y a la vanguardia, hacen que LA TIENTA sea uno de los sitios preferidos por multitud de rostros conocidos. Desde Mario Casas, pasando Iker Casillas, Vicente del Bosque, Carlos Herrera o Miguel Torres son clientes asiduos de la taberna.

El rabo de toro estofado me pareció tierno y con un sabor intenso, y los torreznos nada pesados. La carta también incluye raciones como la ensaladilla rusa al estilo de La Tienta, la pluma ibérica con mojo de piquillos, los clásicos calamares a la andaluza, alcachofas al carbón (todo el año y con un sabor muy diferente) o callos a la madrileña, entre otros platos.

Uno no puede considerarse madrileño si aún no conoce La Tienta y sus maravillas. Hablando de tomates y huertos, aprovecho y os cuento que Sánchez Romero acaba de abrir su flagship store nº11 en Majadahonda, y la sección de verduras es una auténtica oda a la ecología y al medioambiente revestido de elegancia, calidad y espacio. ¿Cuándo se ha visto una sección de frutas y verduras tan organizada? Digna de fotografiar. Por no decir que tienen mi fruta preferida: la exótica y olvidada pithaya. Como os he contado en otras ocasiones, si algo me flipa de ir a comprar a Sánchez Romero del Barrio de Salamanca (Castelló con Goya) es que tienes un “aparcacoches” en la puerta. Yo no sé si a algunos esto les parecerá una pijada, pero a mí me parece que es práctico cuando hablamos de una zona tan difícil de aparcar como la mencionada. (Ya si nos remontamos al Zielo de Pozuelo o a La Moraleja Green en donde también está presenta la cadena de supermercados, es otra historia, y hay sitios de sobra, como en el nuevo de Boadilla-Majadahonda). Aprovecho y os cuento que hace no mucho que salía un artículo por ahi que aseguraba que SÁNCHEZ ROMERO era la cadena de supermercados más cara de España: y lo sorprendente es que las Coca-Cola, las Mahou o las Estrella Galicia (por no citar todas las marcas y aburriros) vale un céntimo menos un céntimo más que en cualquier otro supermercado. Algunos madrileños viven engañados creyendo que esta cadena es sólo para gente con un poder adquisitivo alto, pero esto no es del todo cierto. Las compras a domicilio no tienen coste extra.

Y la vida es eso que ocurre entre ceviche y tortilla de patatas, y la compra del mes. Hablando de ceviches, me despido por hoy (y aunque no venga a cuento) haciendo mención al restaurante Quispe que conocí de casualidad hace dos semanas. Está ubicado en la Calle Orellana esquina con la Plaza Santa Bárbara (metro Alonso Martínez), y puedo prometer que el ceviche de corvina es una bomba para el paladar y sus niguiris no tienen nada que envidiar al Kabuki. ¡Precios tirados! Y una estética moderna decorada con fotografías hiperrealistas de lugares recónditos de Perú y de sus gentes. Quispe es el apellido más típico del país inca, de ahí el nombre del restaurante.

Así que mi cata del viernes viene completa: cocina madrileña, tomates para los ‘seres fit’, la mejor calidad en un supermercado 10 que abre su tienda de 11, y cocina peruana para los frikis del ceviche y otras maravillas igual de exóticas pero menos populares. Para todo lo demás, siempre nos quedará Glovo (y similares).