Drenaje linfántico
¿Realmente los masajes de drenaje linfáticos funcionan? Esto es lo que hacen en tu cuerpo
Cada vez más personas lo prueban por estética, salud o bienestar. Pero ¿qué dice la ciencia sobre sus efectos reales?
En redes sociales se ha convertido en un fenómeno. Bajo hashtags como #lymphaticdrainage o #lymphfluencers, miles de vídeos prometen eliminar toxinas, reducir la hinchazón y hasta perder peso gracias a un masaje. Sin embargo, detrás de esta técnica hay más historia -y más ciencia- de la que se suele contar en TikTok.
El drenaje linfático no es nuevo: se remonta a los años 30 (y a Hipócrates)
Aunque ahora lo veamos en spas de lujo y cuentas de wellness, el interés por el sistema linfático no es reciente. Hipócrates ya describió ganglios linfáticos en el siglo IV a.C., y el término "linfáticos" comenzó a usarse en el norte de Europa en el siglo XVII.
Pero fue en los años 30 cuando el doctor danés Emil Vodder y su esposa Estrid desarrollaron un tratamiento moderno que observaba cómo masajear ciertas zonas del cuerpo podía estimular los ganglios y mejorar su función. Su técnica llegó a América del Norte en los años 70 y se convirtió en una herramienta útil para tratar la hinchazón y mejorar la circulación.
¿Por qué no sabíamos más de esto antes?
Durante mucho tiempo, el sistema linfático fue ignorado por la medicina moderna. Según Stanley Rockson, profesor de investigación linfática en Stanford, en 2004 los estudiantes de medicina en EE.UU. recibían en promedio solo 30 minutos de formación sobre linfáticos durante toda la carrera.
Eso ha cambiado. En la última década, los avances en imagen médica y biología molecular han permitido entender mejor el papel del sistema linfático, no solo en enfermedades como el cáncer, sino en el funcionamiento diario del cuerpo.
¿Qué hace exactamente un masaje de drenaje linfático?
El masaje estimula manualmente el flujo de linfa hacia zonas donde el sistema sigue funcionando correctamente. No es como un masaje de tejido profundo: se realiza con movimientos suaves, rítmicos y muy superficiales, ya que los vasos linfáticos están justo bajo la piel.
Según la terapeuta Lizabeth Gottsegen, esto permite "abrir caminos" para redirigir la linfa estancada hacia otros nodos activos. Ella trabaja habitualmente con pacientes oncológicos para evitar o tratar el linfedema tras cirugías.
¿Sirve para eliminar toxinas, adelgazar o reforzar el sistema inmune?
Aquí es donde la ciencia matiza. Aunque el drenaje linfático puede reducir la retención de líquidos, especialmente en casos médicos, no hay evidencia sólida de que ayude a perder grasa o a "desintoxicar" el cuerpo como afirman algunos influencers. El sistema linfático ya realiza esa función de forma natural.
Lo que sí puede aportar es una sensación de ligereza, alivio en zonas inflamadas y bienestar general. En pacientes con problemas linfáticos reales, es una herramienta valiosa. En personas sanas, puede ser un complemento, pero no reemplaza otros hábitos de salud.