Investigación científica
Comer sano, dormir bien y ser positivo, claves para la felicidad
Una buena alimentación, dormir lo necesario y dedicar más tiempo a los aspectos positivos de la vida y a las personas que te rodean, son las claves para lograr ser un más felices cada día.
Tener una buena alimentación, dormir lo necesario y dedicar más tiempo a los aspectos positivos de la vida y a las personas que te rodean, son algunas de las claves para lograr ser un "poquito más felices"cada día, según ha asegurado la psicóloga de la Clínica Vithalia, Jerónima Teruel Romero.
Y es que, aunque no existe una receta mágica para alcanzar la felicidad, hay pautas que pueden ayudar a conseguirla como, por ejemplo, ser asertivo y aprender a ser más tolerante con el prójimo o mantener una alta autoestima. En este sentido, la experta miembro de Saluspot ha destacado el importante papel que en este área juega la salud mental ya que, tal y como ha recordado, si la mente está en "perfecto estado"el estado de ánimo será mejor "para todo".
"Vemos los problemas menos graves, tenemos más capacidad de resolución de conflictos y estamos más ágiles mentalmente. Todo esto contribuye a tener un autoconcepto y autoestima más positiva y, como resultado final, nos sentiremos más satisfechos, más felices", ha señalado Romero.
Por tanto, ha subrayado la importancia cuidar la salud mental ya que, de lo contrario, puede provocar estrés, ansiedad e, incluso, depresión. Para ello, Romero ha recomendado practicar la asertividad y desarrollar la empatía porque ayuda al "equilibrio emocional".
"Ser asertivos implica tener la capacidad de expresarse libremente, ser capaz de hablar de lo bueno y lo malo de nosotros mismos. Si solo ejercemos una de estas dos cuestiones, estaremos limitando una parte de nosotros que es crucial para desarrollar la inteligencia emocional, lo cual tendrá repercusiones negativas en las interacciones que realicemos con otras personas", ha recalcado.
Finalmente, la psicóloga ha destacado la necesidad de evitar el estrés mantenido en el tiempo porque puede provocar la aparición de irascibilidad, insensibilidad y, en algunos casos, de respuestas desproporcionadas o agresivas.
"Cuando el sujeto no dispone de herramientas suficientes para abordar esas situaciones estresantes, o no es capaz de tomar determinadas decisiones, el estrés se puede convertir en patológico afectando gravemente tanto a sus funciones orgánicas como psíquicas", ha zanjado.
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